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Biden y Trump arrasan en el Supermartes y se acercan a nominación presidencial

La única votación que perdió Biden fue el caucus demócrata en Samoa Americana

Joe Biden AP (Alex Brandon/AP)

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El presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump ganaron sus respectivas primarias en más de una docena de estados en el día más ajetreado del proceso de selección de candidatos, el Supermartes, con lo que se enfilan a un nuevo enfrentamiento e incrementan la presión sobre Nikki Haley, la última gran rival de Trump, para que abandone la contienda.

Las victorias de Biden y Trump en estados de todo el país, incluidos California y Texas, que otorgan un gran número de delegados, dejaron pocas dudas sobre la dirección de la campaña. Haley consiguió una victoria en Vermont, lo que impidió un pleno de Trump, pero el expresidente se impuso en otros estados que podrían haber favorecido a Haley, como Virginia, Massachusetts y Maine, los cuales cuentan con grandes franjas de votantes moderados como los que la han apoyado en primarias anteriores.

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La única votación que perdió Biden fue el caucus demócrata en Samoa Americana, un pequeño territorio en el Pacífico sur. Biden fue superado por un candidato desconocido, Jason Palmer, por 51 votos contra 40.

Ni Biden ni Trump podrán convertirse en los virtuales candidatos de sus respectivos partidos hasta que voten suficientes estados, lo cual se prevé que suceda a mediados de este mes. Pero el día de mayor actividad de las primarias prácticamente sentenció la revancha entre ambos para noviembre próximo. Biden, de 81 años, y Trump, de 77, siguen dominando sus partidos a pesar de los cuestionamientos sobre su edad y de que ninguno goza de una amplia popularidad entre el electorado general.

Haley siguió los resultados en privado y no tenía más actos de campaña programados. Su campaña dijo en un comunicado que los datos reflejaban que muchos republicanos “están expresando profundas preocupaciones sobre Donald Trump”.

“La unidad no se consigue simplemente afirmando ‘estamos unidos’”, dijo la vocera Olivia Perez-Cubas.

En tanto, la finca de Mar-a-Lago de Trump estaba llena de personas que acudieron a un festejo triunfal. Entre los asistentes había empleados y simpatizantes, como el rapero Forgiato Blow y el exrepresentante por Carolina del Norte Madison Cawthorn. La multitud estalló en júbilo mientras las pantallas con la transmisión de Fox News mostraban que el expresidente había ganado las primarias del Partido Republicano en Carolina del Norte.

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“Lo llaman Supermartes por un motivo”, dijo Trump ante un público entusiasta. Después arremetió contra Biden por la gestión de la frontera entre México y Estados Unidos y la retirada estadounidense de Afganistán. Tras comenzar la noche con triunfos en Virginia y Carolina del Norte, completó la jornada ganando en Alaska y Utah.

Biden no ofreció un discurso, sino que emitió un comunicado en la que advirtió que los resultados del martes planteaban a los estadounidenses una decisión clara y defendió sus logros desde que derrotó a Trump.

“Si Donald Trump regresa a la Casa Blanca, todo este progreso está en peligro”, dijo Biden. “Le motivan los agravios y la estafa, centrado en su propia venganza y represalia, no en el pueblo estadounidense”.

Aunque buena parte de atención se centraba en las candidaturas presidenciales, también se celebraron otras consultas importantes. La carrera de gobernador cobró forma en Carolina del Norte, donde el vicegobernador republicano Mark Robinson y el actual fiscal general, el demócrata Josh Stein, se enfrentarán en un estado muy disputado de cara a noviembre.

En California, el representante demócrata Adam Schiff se enfrentará al republicano Steve Garvey, expelotero de los Dodgers de Los Ángeles, por el escaño del Senado que ocupó durante mucho tiempo Dianne Feinstein.

Pese al dominio de Biden y Trump en sus partidos, los sondeos dejaban claro que el electorado en general no quiere que las elecciones de este año sean idénticas a las de 2020. Una nueva encuesta de AP-NORC Center for Public Affairs Research mostraba que la mayoría de los estadounidenses no creen que Biden ni Trump dispongan de la agudeza mental necesaria para el puesto.

“En mi opinión, los dos fracasaron a la hora de unificar este país”, dijo Brian Hadley, de 66 años, de Raleigh, Carolina del Norte.

Los días previos al Supermartes mostraron la naturaleza única de esta campaña. En lugar de recorrer los estados que celebraban primarias, Biden y Trump organizaron actos rivales durante la última semana a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos en un esfuerzo de sacar ventaja en el cada vez más tenso debate sobre la inmigración.

Después de que la Corte Suprema se inclinara el lunes por 9 votos a favor y ninguno en contra por restaurar a Trump en las boletas de las primarias tras intentos de vetarle por impulsar la insurrección en el Capitolio, Trump mencionó los 91 cargos penales en su contra para acusar a Biden de instrumentalizar los tribunales.

“Libre su propia pelea”, dijo Trump. “No utilice a los fiscales y jueces para ir tras su rival”.

Biden tiene previsto ofrecer el jueves su discurso sobre el Estado de la Unión y después hará campaña en los cruciales estados disputados de Pensilvania y Georgia.

El presidente tiene bajos índices de popularidad y las encuestas apuntan a que muchos estadounidenses, incluso una mayoría de demócratas, no quieren que el mandatario de 81 años vuelva a presentarse. Su victoria fácil de la semana pasada en Michigan se vio un poco empañada por una campaña a favor del voto “no comprometido” organizada por activistas que desaprueban la gestión del presidente de la guerra de Israel en Gaza.

Los aliados del movimiento “no comprometido” fomentaron los votos de protestas de forma similar en lugares como Minnesota, que tiene una población musulmana considerable que incluye una comunidad somalíestadounidense. Al menos 45.000 votantes en Minnesota votaron por “no comprometido”, una opción que obtuvo el 19% de los sufragios contabilizados. Eso supera el 13% de Michigan.

“Joe Biden no ha hecho suficiente para ganar mi voto y no ha hecho suficiente para detener la guerra, detener la masacre”, dijo Sarah Alfaham, de Bloomington, un suburbio de Minneapolis.

Biden también es el presidente de más edad en la historia del país, y los republicanos recalcan todos sus deslices al hablar. Sus asesores insisten en que los votantes escépticos cederán cuando quede claro que Trump y Biden serán las opciones a elegir en noviembre.

Ahora Trump tiene los mismos años que tenía Biden en la campaña de 2020, y ha incrementado las dudas sobre su capacidad con errores recientes como sugerir erróneamente que se presentaba contra Barack Obama, que dejó la Casa Blanca en 2017.

“Me encantaría ver a la siguiente generación ascender y asumir puestos de liderazgo”, dijo la demócrata Susan Steele, de 71 años y que votó el martes a Biden en Portland, Maine.

Trump ha derrotado a más de una docena de rivales republicanos relevantes y ya sólo se enfrenta a Haley, que fuera su embajadora ante Naciones Unidas. Ella ha mantenido una sólida recaudación de fondos y el fin de semana consiguió su primera victoria de las primarias en Washington D.C., una ciudad gobernada por demócratas con pocos republicanos inscritos. Trump bromeó que Haley había sido “coronada reina del pantano”.

“Podemos encontrar algo mejor que dos candidatos a presidente de 80 años”, dijo Haley en un mitin el lunes en los suburbios de Houston.

Por dominantes que sean las victorias de Trump, han mostrado puntos débiles entre grupos de votantes influyentes, especialmente en localidades universitarias como Hanover, Nueva Hampshire, donde está el Darthmouth College, o Ann Arbor, donde se encuentra la Universidad de Michigan, así como en zonas con alta concentración de independientes. Eso incluye Minnesota, un estado que Trump no ganó en su por lo demás abrumadora victoria del Supermartes de 2016.

Seth De Penning, que se describió como independiente de tendencia conservadora, votó a Haley el martes en Eden Prairie, Minnesota, porque cree que el Partido Republicano “necesita corregir el rumbo”. De Penning, de 40 años, dijo que su decisión era un voto de conciencia y que nunca ha votado a Trump por reparos sobre su temperamento y su personalidad.

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