El Senado de Puerto Rico aprobó hoy, jueves, el Proyecto número 1180 (P.S. 1180) para establecer en las escuelas públicas programas de prevención y orientación sobre los riesgos que conlleva el uso de cigarrillos o productos derivados del tabaco, alcohol, sustancias derivadas del opio, entre otros.
La medida legislativa, de la autoría de la Senadora Nitza Moran Trinidad, dispone que la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción será responsable de incluir dentro de sus programas de prevención, la educación y orientación a los menores de edad sobre los riesgos que conlleva el uso de las mencionadas sustancias nocivas.
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Según la exposición de motivos del P.S. 1180 la mayor parte del consumo de cigarrillos, alcohol y drogas comienza durante la adolescencia, y el consumo a temprana edad está relacionado con un consumo más prolongado, grave y con mayor dificultad de lograr abstenerse de las mismas.
De acuerdo a la Consulta Juvenil 2018-202, la substancia que más utilizaron los estudiantes alguna vez en su vida fue el alcohol (42.9%), seguido por la marihuana (13.0%) y los inhalantes (6.3%). El 8.7% de los adolescentes indicó haber usado tabaco y el 4.9% reportó el uso de pastillas no recetadas para “coger una nota”. Con excepción del alcohol, los varones informaron haber utilizado todas las sustancias con mayor frecuencia que las féminas. En cuanto al alcohol, varones y féminas lo utilizaron de forma similar.
Expresa que 1 de cada 5 estudiantes (22.7%) ha usado vaporizadores alguna vez en su vida. De éstos, la mayoría reportó haberlos usado con nicotina (32.7%) o marihuana (16.1%. Los principales factores de riesgo reportados por los estudiantes fueron el uso de alcohol en la familia (56.6%) y entre amigos (43.7%). Además, entre 2 y 3 de cada 10 estudiantes reportaron fácil acceso al alcohol (28.6%) y al tabaco (19.2%), ambiente familiar conflictivo (24.2%), uso de drogas en los amigos (20.7%), y uso de tabaco en la familia (19.4%) y en los amigos (20.1%). Menos del 20% de los estudiantes reportaron como factores de riesgo el fácil acceso a las drogas, el ausentismo escolar, el uso de drogas en la familia o historial familiar de problemas con alcohol o drogas.
En cuanto al uso y abuso de los opioides, la misma Consulta Juvenil nos dice que 1 de cada 3 adolescentes experimentó un uso temprano de pastillas consideradas opioides, como percocet u oxicodona, entre los 14 a los 15 años. Por otro lado, se conoce que el fentanilo es 100 veces más potente que la morfina, lo que resulta alarmante toda vez que el Instituto de Ciencias Forenses reportó, recientemente, que esta sustancia había sido detectada en el 95 por ciento de los decesos por sobredosis. Del 2016 al 2020 aumentó el hallazgo de las sustancias, en las autopsias, en un 2 mil por ciento. Y, aunque entre las edades de los fallecimientos no había reportes de personas menores de 18 años, el uso problemático en edades tempranas podría convertirse en un trastorno por consumo de esta sustancia, con repercusiones significativas a la salud física y emocional.
“Sin duda, el uso de sustancias entre los jóvenes representa un serio problema de salud pública en Puerto Rico. Es importante estudiar y monitorear los patrones de uso de sustancias entre los adolescentes para detectar la aparición de nuevas drogas y modalidades de uso, como lo es el uso de vaporizadores o cigarrillos electrónicos, y poder diseñar mejores estrategias de prevención. Todos sabemos de la situación de peligrosidad que existe hoy día con la llegada del fentanilo y como muchas de las sustancias en la calle están siendo mezcladas con esta potente droga la cual podría crear mayor adicción o dependencia. La exposición a los menores siempre estará presente y la mejor manera de combatirla y protegerlos es educándolos y orientándolos sobre las consecuencias del uso de las mismas”, expresó la senadora.