Para muchos estudiantes de Estados Unidos, la emoción de ser aceptados por la universidad que eligieron como primera opción se ve atenuada este año por la preocupante incertidumbre en torno a si recibirán la ayuda financiera que necesitan para asistir a ella.
Las decisiones sobre dicha ayuda que generalmente se envían con las cartas de aceptación se han retrasado debido a que la Solicitud Gratuita de Ayuda Federal para Estudiantes (FAFSA, por sus siglas en inglés) actualizada —el formulario que las escuelas utilizan para calcular el apoyo financiero— fue lanzada más tarde de lo esperado.
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El resultado: los estudiantes y sus padres están postergando sus decisiones respecto a la universidad.
“No vamos a tomar una decisión sin saber a qué nos comprometemos financieramente; sería irresponsable hacer eso”, dijo Jenny Nicholas, de la localidad de Keene, Nueva Hampshire. Ella quiere asegurarse que su hijo —estudiante de último año de secundaria— vaya a una universidad que sea más asequible para su familia.
El Departamento de Educación dijo que ahora sería más fácil para los padres el completar la solicitud, y utilizó una nueva fórmula para calcular qué tan elegible se es para recibir ayuda, fórmula que toma en cuenta la inflación. Pero no estuvo lista en octubre, cuando normalmente se publican los formularios para el próximo año escolar. Durante un lanzamiento preliminar en diciembre, a muchas personas les resultó difícil acceder a la solicitud. Y la versión inicial no incluía la herramienta de inflación actualizada.
Las escuelas no recibirán la información que necesitan para otorgar ayuda financiera hasta el próximo mes, lo que las obligará a adaptarse. Algunas se han alejado en el calendario de la popular fecha límite del 1 de mayo para que los estudiantes acepten sus ofertas de admisión.
La semana pasada, Virginia Tech, por ejemplo, dijo que había recorrido al 15 de mayo el vencimiento del plazo para el depósito de admisión para estudiantes universitarios de primer año.
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“Es comprensible que las familias estén preocupadas por el proceso de la FAFSA este año, y nos dicen que necesitan más tiempo para tomar decisiones plenamente informadas”, dijo en un comunicado Juan Espinoza, vicerrector interino de gestión de inscripciones.
La escuela reportó que anticipaba notificar a las familias sobre la ayuda financiera a mediados de abril.
“No podemos tomar una decisión hasta que veamos un paquete de ayuda financiera”, opinó Agata James, madre de un estudiante de último año de secundaria del distrito neoyorquino de Queens. “Todo está en el limbo”.
El hijo de James se debate entre dos universidades: una en su estado natal y la otra fuera del estado, la cual es la escuela de sus sueños. Pero James dice que la decisión dependerá de lo que ella pueda pagar sin acumular una enorme cantidad de deuda por préstamos estudiantiles.
El Departamento de Educación ha dicho que trabaja para aliviar las consecuencias de los retrasos. Algunas de las medidas adoptadas son reducir los requisitos de verificación, enviar a expertos federales a escuelas de menores recursos y asignar dinero para asistencia técnica a grupos sin fines de lucro.
“Estamos decididos a hacer esto bien”, dijo en un comunicado este mes Miguel Cardona, secretario de Educación. “Debemos hacerlo, y lo haremos”.
Más de 17 millones de estudiantes utilizan la FAFSA cada año con el fin de recibir ayuda financiera para su educación universitaria. Hasta mediados de febrero se habían presentado con éxito más de 4 millones de solicitudes, reportó el departamento.
Rachel Reniva, de la ciudad de Dothan, Alabama, refirió que la decisión de ayuda financiera afectará no sólo el futuro de su hijo sino también el de toda su familia.
Aunque el Departamento de Educación anunció que la nueva solicitud sería más sencilla de usar, algunos estudiantes y padres todavía tienen problemas para presentarla.
Jesus Noyola, estudiante de segundo año que asiste al Instituto Politécnico Rensselaer, en Troy, Nueva York, reportó que no ha podido enviar su solicitud debido a un error en la sección que concierne a los padres.
“Es decepcionante y muy estresante, ya que todos estos problemas tardan una eternidad en ser resueltos”, agregó Noyola, quien recibe becas y trabaja medio tiempo para financiar su educación.
Otros errores han sido relacionados con los números del Seguro Social, informó Travis Hill, director de Dallas County Promise, un programa de éxito universitario en Texas.
Los padres sin estatus migratorio legal no pueden presentar su parte de la solicitud porque no tienen un número del Seguro Social. Otros padres también encuentran errores al vincular su número del Seguro Social con la solicitud FAFSA de sus hijos.
“Me siento estresado”, dijo Lorenzo Jaramillo, de 17 años, quien cursa el último año de secundaria y quiere estudiar ingeniería informática. Aunque Jaramillo vive en Toronto es ciudadano estadounidense, y, por lo tanto, elegible para recibir ayuda financiera.
Helen Faith, directora de la Oficina de Ayuda Financiera de la Universidad de Wisconsin-Madison, explicó que le preocupa que los retrasos perjudicarán tanto a los estudiantes como a las escuelas.
“A fin de cuentas lo que termina sucediendo es que nuestras poblaciones subrepresentadas y más frágiles son las que se ven desproporcionadamente afectadas”, dijo Hill.