El Tribunal Supremo sonó escéptica el jueves sobre las gestiones para excluir al expresidente Donald Trump de la papeleta electoral de 2024.
En argumentos que se extendieron por más de 90 minutos el jueves, magistrados tanto conservadores como liberales plantearon interrogantes sobre si Trump puede ser inhabilitado a raíz de sus intentos por anular su derrota en las elecciones de 2020, lo que culminó en el asalto al Capitolio en Washington el 6 de enero de 6, 2021.
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Entre las inquietudes estaba si el Congreso debería actuar primero, antes de que los estados puedan invocar una cláusula constitucional aprobada después de la Guerra Civil, según la cual exfuncionarios que “hayan participado en una insurrección” no deben volver a ejercer cargo público alguno. Había también cuestionamientos sobre si un presidente está cubierto por esa cláusula.
Sin dicha medida legislativa, no queda claro “por qué un solo estado debe decidir quién debe ser presidente de Estados Unidos”, dijeron los jueces, entre ellos la jueza Elena Kagan.
Ocho de los nueve magistrados sugirieron que estaban abiertos a por lo menos algunos de los argumentos planteados por Jonathan Mitchell, abogado de Trump en la Corte Suprema. Trump podría ganar el caso si el tribunal halla persuasivo a solo uno de esos argumentos.
Solo la jueza Sonia Sotomayor parecía inclinada a ratificar la sentencia de la Corte Suprema de Colorado según la cual Trump “participó de una insurrección” y está inhabilitado para la presidencia. La corte estatal decidió que Trump no figure en la boleta electoral de las primarias el 5 de marzo.
En otra señal negativa para los votantes de Colorado que demandaron retirar a Trump de la boleta, los jueces casi no dedicaron tiempo a discutir si Trump realmente “participó en una insurrección” tras los comicios de 2020.
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El abogado de los votantes, Jason Murray, insistió en que Trump incitó a la turba a atacar el Capitolio para impedir la transferencia pacífica del poder “por primera vez en la historia”.
Mitchell sostuvo que los incidentes del 6 de enero no fueron una insurrección, y aunque lo fuera, Trump no la incitó.
Es precisamente el tipo de causa que el alto tribunal trata de evitar, en la que se constituye en árbitro de última instancia de una disputa política.
El presidente de la corte, John Roberts, expresó el temor de que una sentencia contra Trump alentaría otros esfuerzos para descalificar candidatos, “y sin duda, algunos tendrán éxito”.
Los abogados de Trump argumentan que los disturbios del 6 de enero no fueron una insurrección, y que aunque lo fuera, Trump no participó de ella. Además, dicen, la redacción de la enmienda excluye a la presidencia y los candidatos a presidente. Y dicen que en todo caso, el Congreso debe aprobar una ley que ratifique esa cláusula.
Los abogados de los votantes republicanos e independientes que pidieron retirar a Trump de la boleta en Colorado sostienen que hay pruebas de sobra de que los sucesos del 6 de enero constituyeron una insurrección y que Trump la incitó. Dicen que sería absurdo aplicar la Sección 3ra a todo menos la presidencia y que Trump está exento de alguna manera. Y sostienen que la cláusula no requiere una ratificación que la active.
Una sentencia definitiva a favor de Trump significaría que no prosperarían los intentos en Colorado, Maine y otros estados de impedir que aparezca en la boleta.