El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu manifestó su desacuerdo el sábado con el fallo de la Corte Internacional de Justicia de limitar las muertes y la destrucción en la ofensiva militar israelí en Gaza, y sostuvo que “nosotros decidimos y actuamos según lo que es necesario para nuestra seguridad”.
Según testigos, tres palestinos murieron la mañana del sábado en un ataque aéreo que, de acuerdo con el ejército israelí, iba dirigido contra un comandante de Hamás en el sur de Gaza.
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El ejército israelí se encuentra bajo una atenta observación ahora que el tribunal más importante de la ONU ha pedido a Israel que publique un informe de cumplimiento con las medidas establecidas en el plazo de un mes. La decisión vinculante de la Corte, emitida el viernes, no ordena un cese al fuego, pero sus órdenes fueron, en parte, una reprimenda a la conducta de Israel en su guerra de casi cuatro meses contra Hamás, el grupo que gobierna Gaza.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por sus siglas en inglés), que es la principal organización de ayuda para la población de Gaza en medio del desastre humanitario, indicó que nueve países suspendieron su financiación tras las acusaciones de que varios miembros de su personal en Gaza participaron en el ataque de Hamás del 7 de octubre, el cual desató la guerra. Gran Bretaña, Italia y Finlandia se unieron a Estados Unidos, Australia y Canadá en la suspensión de la financiación a la UNRWA.
El jefe de la UNRWA, Philippe Lazzarini, dijo que sería “inmensamente irresponsable” sancionar a la agencia y a la comunidad a la que sirve en un momento tan desesperado para los habitantes de Gaza, especialmente después que despidió rápidamente al “pequeño grupo” de personal. La agencia, formada por 13,000 personas y que depende casi exclusivamente de las contribuciones de los países, indicó que actualmente administra refugios para más de 1 millón de personas y que su labor “puede colapsar en cualquier momento”.
La guerra entre Israel y Hamás ha matado a más de 26.000 palestinos, según funcionarios de salud locales, ha destruido vastas franjas de Gaza y ha desplazado a casi el 85 por ciento de los 2.3 millones de habitantes del territorio. El ataque de Hamás en el sur de Israel mató a unas 1,200 personas, en su mayoría civiles, y tomó unos 250 rehenes.
Al menos 174 palestinos murieron durante las últimas 24 horas, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza. No distingue entre combatientes y civiles en sus cifras, pero ha aseverado que alrededor de dos tercios de los muertos son mujeres y niños.
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Israel responsabiliza a Hamás de las víctimas civiles al argumentar que los milicianos se mezclan entre la población local. Israel afirma que su ofensiva aérea y terrestre en Gaza ha matado a más de 9,000 combatientes.
El ejército israelí señaló que ha realizado varias “incursiones dirigidas contra objetivos terroristas” en la ciudad sureña de Jan Yunis, además del ataque aéreo en la cercana ciudad de Rafah, que tuvo por objetivo a un comandante de Hamás.
Bilal al-Siksik dijo que su esposa, un hijo y una hija murieron en el ataque en Rafah, que sucedió mientras dormían. Añadió que el fallo del tribunal de Naciones Unidas significaba poco, dado que no detuvo la guerra.
“Nadie puede hablar delante de ellos (Israel). Estados Unidos, con toda su grandeza y fuerza, no puede hacer nada”, subrayó, de pie junto a los escombros y el metal retorcido de su casa.
Más de un millón de personas han huido a Rafah y áreas circundantes después que Israel ordenó a los civiles que buscaran refugio en la zona. Las áreas de evacuación designadas han sido atacadas por aire repetidamente, e Israel ha dicho que seguirá persiguiendo a los milicianos hasta donde sea necesario.
En Muwasi, una estrecha franja costera alguna vez designada como zona segura pero atacada en días recientes, los palestinos desplazados caminaban de puntillas y calzando sandalias a través de charcos llenos de basura en un clima húmedo y frío. Los muros de sábanas y lonas ondeaban con el viento. Una madre lloró cuando la lluvia se filtró y empapó las mantas.
“Esta es nuestra vida. No tenemos nada y dejamos (nuestras casas) sin nada”, dijo Bassam Bolbol, cuya familia terminó en Muwasi tras abandonar Jan Yunis y no encontrar refugio en Rafah.
La frustración por la incertidumbre crece
Al tiempo que miles de gazatíes huían de la guerra en Jan Yunis hacia Muwasi, Israel compartió un video en que se muestra a una multitud que aparentemente pide derrocar a Hamás.
Los residentes de Gaza expresaron su decepción de que el tribunal de la ONU no ordenara un cese inmediato de la guerra. En la acusación presentada por Sudáfrica, se señala que Israel comete genocidio contra los habitantes del territorio de Palestina, lo cual Israel niega vehementemente. Se espera que pasen varios años antes de obtener el veredicto final.
El tribunal ordenó a Israel que permita urgentemente la entrada de ayuda básica a Gaza donde, según la ONU y otros miembros, la ayuda que entra en el territorio sigue estando muy por debajo del promedio diario de 500 camiones antes de la guerra. La ONU afirma que el acceso al centro y el norte de Gaza ha disminuido debido a “retrasos excesivos” en los accesos y a un aumento en la actividad militar.