La cifra de muertos palestinos en Gaza tras tres meses de guerra entre Israel y Hamás, el grupo que gobierna el territorio, ha superado las 25,000 personas, indicó el domingo el Ministerio de Salud de Gaza, al tiempo que el gobierno israelí anunció la muerte de otro rehén y parecía lejos de alcanzar su objetivo de aplastar al grupo armado y rescatar a más de 100 rehenes.
El nivel de muerte, destrucción y desplazamientos por la guerra ya carece de precedentes en décadas de conflicto israelí-palestino. Sin embargo, las autoridades israelíes dicen que los combates probablemente continuarán durante varios meses.
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Los lentos progresos y la situación de los rehenes retenidos en Gaza han dividido a los israelíes de a pie y sus líderes, cuando la ofensiva amenaza con iniciar una guerra más amplia que implica a grupos con apoyo iraní en Líbano, Siria, Irak y Yemen que apoyan a los palestinos.
Estados Unidos, que ha prestado un apoyo diplomático y militar esencial a la ofensiva, ha tenido un éxito limitado a la hora de persuadir a Israel para que adopte tácticas militares que supongan menos riesgo para los civiles y facilite la entrega de más ayuda humanitaria.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu señaló que durante su conversación con el presidente estadounidense Joe Biden el viernes reiteró su rechazo a las demandas de Hamás de un alto el fuego, la retirada de las fuerzas israelíes y la liberación de los palestinos retenidos por Israel a cambio de los rehenes restantes. Dijo que aceptar tales peticiones implica que otro ataque devastador de Hamás “sólo será cuestión de tiempo”.
Netanyahu también ha rechazado las peticiones estadounidenses e internacionales de un plan de posguerra que incluya una vía para formar un Estado palestino. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, calificó la negativa a aceptar una solución de dos Estados como “totalmente inaceptable”.
“Oriente Medio es un polvorín. Debemos hacer todo lo posible para evitar que estalle el conflicto en toda la región”, sostuvo Guterres el domingo. “Y eso comienza con un alto el fuego humanitario inmediato para aliviar el sufrimiento en Gaza”.
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En el más reciente de una serie de choques casi diarios entre las fuerzas de Hezbollah y soldados israelíes a lo largo de la frontera libanesa, un aéreo israelí impactó el domingo un auto cerca de un puesto de control del ejército libanés en la ciudad sureña de Kafra, matando al menos a una persona e hiriendo a varias más, informaron medios estatales libaneses. Las autoridades no han revelado las identidades de los muertos y heridos. El ejército de Israel indicó que no hace declaraciones sobre reportes de medios extranjeros.
El ejército de Israel afirmó que sus aviones y tanques dieron en varios objetivos de Hezbollah y que un misil antitanque lanzado desde el Líbano impactó una casa en Avivim, en el norte de Israel. No se reportaron heridos.
SUBE CIFRA DE MUERTOS EN GAZA POR NUEVOS ATAQUES DE ISRAEL
La guerra comenzó con el ataque sorpresa de Hamás a Israel el 7 de octubre, en el que milicianos palestinos mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y se llevaron a unos 250 rehenes, entre hombres, mujeres y niños.
El ejército de Israel anunció la muerte del sargento Shay Levinson, que estaba entre los rehenes. La fecha de su muerte fue el 7 de octubre, pero no hubo más detalles. Según los medios israelíes, su cadáver aún sigue en Gaza.
Israel ha respondido al ataque del 7 de octubre con una campaña aérea de tres semanas antes de añadir una invasión terrestre en el norte de Gaza que arrasó con barrios enteros. Ahora las operaciones terrestres se centran en la ciudad sureña de Jan Yunis y en campamentos de refugiados urbanos en el centro de Gaza construidos en la guerra de 1948 en torno a la creación de Israel.
Israel sigue realizando ataques aéreos sobre todo el territorio asediado, incluidas zonas en el sur donde instó a los civiles que se refugiaran. Muchos palestinos han ignorado las órdenes de evacuación, y señalan que no hay ningún lugar seguro.
El domingo, el ejército de Israel dijo que se estaba revisando la demolición de la semana pasada de un edificio clave en la Universidad Israa en Gaza, y afirmó que los hallazgos preliminares indicaban que Hamás había utilizado el complejo con fines militares. La universidad ha dicho que el “ataque” se produjo semanas después que las fuerzas israelíes ocuparan el edificio.
Desde que comenzó la guerra han muerto un total 25.105 palestinos en la Franja de Gaza y otros 62.681 han resultado heridos, de acuerdo con el Ministerio de Salud. Esa cifra incluye los 178 cadáveres que han sido trasladados a los hospitales de Gaza en las últimas 24 horas, junto con casi 300 heridos, según Ashraf al Qidra, vocero del Ministerio.
Se cree que la cifra real de muertos es más alta, dado que muchas personas siguen sepultadas bajo los escombros dejados por ataques israelíes o en lugares fuera del alcance de los médicos, subrayó Al Qidra.
El Ministerio de Salud no diferencia entre civiles y combatientes en su cifra de muertos, pero afirma que en torno a dos tercios de los fallecidos eran mujeres y niños.
El Ministerio de Salud forma parte del gobierno que gestiona Hamás, pero sus cifras de bajas de guerras anteriores eran en su mayor parte consistentes con los cálculos de agencias de Naciones Unidas e incluso del ejército israelí.
El ejército israelí asegura haber matado a aproximadamente 9.000 milicianos, sin presentar pruebas, y culpa a Hamás de la alta cifra de muertos civiles porque combate en zonas residenciales densamente pobladas.
De acuerdo con el ejército israelí, 195 de sus soldados han muerto desde el inicio de la ofensiva en Gaza.
En torno al 85% de la población de Gaza ha huido de sus hogares y cientos de miles de personas abarrotan campamentos de carpas y refugios gestionados por Naciones Unidas en el sur del diminuto enclave costero. Responsables de la ONU afirman que un cuarto de los 2,3 millones de habitantes están en situación de hambruna, ya que apenas un goteo de ayuda humanitaria entra en el territorio debido a los combates y a las restricciones israelíes.
“El pan no alcanza ni para una hora”, dijo Ahmad Al-Nashawi, quien aceptó alimentos donados en una tienda de campaña de plástico en la ciudad sureña de Rafah. “Ustedes pueden ver cuántos hijos tenemos, aparte de las mujeres y los hombres. Lo más importante para un niño es comer”.
ISRAELÍES SE MUESTRAN CADA VEZ MÁS DIVIDIDOS
Netanyahu ha prometido mantener la ofensiva hasta que Israel logre una “victoria total” sobre Hamás y rescate a todos los rehenes restantes. Pero incluso algunos altos funcionarios israelíes han comenzado a reconocer que esos objetivos podrían ser mutuamente excluyentes.
Un miembro del Gabinete de Guerra de Israel, el exjefe del ejército Gadi Eisenkot, dijo la semana pasada que la única manera de liberar a los rehenes era mediante un alto el fuego. En una crítica implícita a Netanyahu, señaló que las afirmaciones en sentido contrario equivalían a “ilusiones”.
Se cree que Hamás mantiene a los cautivos en túneles y los utiliza como escudos humanos para sus principales líderes. Israel ha logrado rescatar sólo a un rehén, y Hamás afirma que varios han muerto en ataques aéreos israelíes o durante operaciones fallidas de rescate.
Hamás ha reiterado que no liberará a más rehenes hasta que Israel ponga fin a su ofensiva. Se espera que el grupo condicione cualquier liberación adicional a la libertad de miles de palestinos encarcelados en Israel, incluyendo milicianos de alto perfil involucrados en ataques que cobraron la vida de israelíes.
El gobierno de Israel lo ha descartado por ahora, pero enfrenta una creciente presión de las familias de los rehenes, que exigen un intercambio como el que se realizó durante un alto el fuego de una semana en noviembre.
Algunos israelíes también están frustrados por las fallas de seguridad que precedieron al ataque del 7 de octubre y por el manejo de la guerra por parte de Netanyahu. Miles de personas se reunieron en Tel Aviv durante el fin de semana para exigir nuevas elecciones.
Pero los aliados de coalición de ultraderecha de Netanyahu lo están presionando para que intensifique la ofensiva, y algunos piden la emigración “voluntaria” de cientos de miles de palestinos de Gaza y el restablecimiento de asentamientos judíos allí. Israel retiró soldados y colonos del territorio en 2005, dos años antes que Hamás tomara el poder de manos de fuerzas palestinas rivales.