Las ventas de viviendas previamente ocupadas en Estados Unidos cayeron en 2023 a su nivel más bajo en casi 30 años, debido a que el alza tanto de los precios como de las tasas hipotecarias se combinó con la escasez de la oferta para dejar la compra fuera del alcance de muchos estadounidenses.
La Asociación Nacional de Inmobiliarias (NAR por sus siglas en inglés) informó el viernes que las ventas sumaron 4.09 millones el año pasado, 18,7% menos que en 2022. Fue el año con menos ventas de viviendas desde 1995 y la caída anual más grande desde 2007, al comenzar el declive de los últimos años.
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El precio nacional medio de todo el año pasado aumentó apenas por debajo de 1% a la cifra récord de 389,800 dólares, indicó la NAR.
La baja de las ventas el año pasado replica la caída anual de 18% en 2022, cuando empezaron a aumentar las tasas hipotecarias, las que se duplicaron con creces para fines del año. La tendencia continuó en 2023, elevando la tasa promedio de la hipoteca a 30 años a 7.79% a finales de octubre, el nivel más alto desde fines de 2000.
El aumento brusco de los costos de préstamos para vivienda sumados a los años de precios en alza limitaron el poder adquisitivo de los buscadores de vivienda. La escasez de casas en venta también marginó a muchos aspirantes a comprar o vender.
Las tasas hipotecarias han bajado en general desde noviembre, haciéndose eco de un retroceso en el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años, que los prestamistas usan como guía para fijar el costo de los préstamos. El rendimiento ha bajado ante la esperanza de que la inflación se ha enfriado lo suficiente para que la Reserva Federal empiece a reducir las tasas de interés este año.
La tasa promedio de un préstamo para vivienda a 30 años fue de 6.6% esta semana, según el comprador de hipotecas Freddie Mac. Si las tasas siguen bajando, como prevén muchos economistas, impulsará la demanda de cara a la temporada de compra de viviendas que comienza tradicionalmente a finales de febrero.