La inflación que azota Europa aumentó al 2.9% en diciembre, recuperándose después de siete declives mensuales consecutivos una vez que los precios de los alimentos subieron y el apoyo a las altas facturas de energía terminaron en algunos países. El aumento de los niveles de precios avivó el debate sobre qué tan pronto se podrían esperar recortes de las tasas de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE).
La cifra publicada el viernes fue superior a la inflación anual del 2.4% registrada en noviembre, pero está muy por debajo del máximo del 10,6% registrado en octubre de 2022.
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La presidenta del BCE, Christine Lagarde, advirtió que la inflación podría aumentar en los próximos meses, desviándose de su reciente trayectoria descendente. El banco central de los 20 países de la Unión Europea que utilizan el euro ha elevado su tasa de interés de referencia a un nivel récord del 4% y afirma que la mantendrá allí el tiempo que sea necesario con el fin de reducir la inflación a su objetivo del 2%, considerado mejor para la economía.
La caída de la inflación más rápida de lo esperado en los últimos meses de 2023 llevó a algunos analistas a predecir que el banco central comenzará a recortar las tasas de interés ya en marzo.
Sin embargo, el repunte de diciembre respaldó a los analistas que predicen que las tasas no comenzarán a bajar hasta junio.
“El aumento sirve como recordatorio de que los recortes de las tasas de interés en el primer trimestre son poco probables, pero esto no debería disipar las expectativas de recortes más adelante en el año”, subrayó Bert Colijn, economista senior de la eurozona del banco ING.
Las opiniones divergieron sobre la importancia de la cifra de inflación. El aumento de diciembre fue “sólo un problema pasajero” que se revertirá en enero, aseveró Jack Allen-Reynolds, economista jefe adjunto de la eurozona de Capital Economics.
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La inflación en diciembre recibió un impulso por el fin de los subsidios a la energía en Alemania y Francia con que habían reducido los precios hace un año.
La inflación subyacente, que excluye los precios volátiles de los combustibles y los alimentos, disminuyó a 3,4% desde 3,6% en noviembre, según la agencia de estadísticas de la Unión Europea, Eurostat. El BCE sigue de cerca la cifra.
Los precios de los alimentos han caído desde dolorosas cifras de dos dígitos en varios meses del año pasado, pero aún así subieron un 6.1% anual en diciembre.
Europa —y el resto del mundo— se enfrenta a la posibilidad de nuevos retrasos y precios más altos para los productos de consumo, ya que los ataques de los rebeldes hutíes de Yemen han ahuyentado a las compañías navieras de contenedores más grandes del mundo y al gigante energético BP de navegar por el Mar Rojo y el Canal de Suez.