Soldados de Israel mataron el viernes por error a tres rehenes en Ciudad de Gaza, mientras que un ataque israelí mató a un periodista palestino en el sur del territorio asediado, lo que subraya la ferocidad del asalto de Israel.
Las muertes fueron anunciadas mientras un enviado estadounidense intentaba persuadir a Israel para que reduzca la intensidad de su campaña militar en el corto plazo.
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Los rehenes murieron en el área de Shijaiyah en Ciudad de Gaza, donde las tropas israelíes han tenido duros enfrentamientos con combatientes de Hamás en los últimos días. Los soldados creyeron erróneamente que los tres israelíes eran una amenaza y les dispararon, informó el portavoz del ejército, el contralmirante Daniel Hagari.
Se cree que los tres habían huido de sus captores o habían sido abandonados, indicó el vocero.
“Quizás en los últimos días, o durante el último día, todavía no conocemos todos los detalles, llegaron a esta zona”, dijo Hagari. Señaló que el ejército expresó “profundo pesar” y estaba investigando.
Hamás y otros combatientes secuestraron a más de 240 personas en el ataque del 7 de octubre que desencadenó la guerra, y la difícil situación de los rehenes ha dominado el discurso público en Israel desde entonces. Sus familias han liderado una poderosa campaña pública para pedir al gobierno que haga más para traerlos a casa.
Casi todos los días hay manifestaciones de solidaridad con los rehenes y sus familias. El viernes por la noche, cientos de personas bloquearon la carretera principal de Tel Aviv en una manifestación espontánea para pedir el regreso de los rehenes.
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Los líderes políticos y militares israelíes suelen decir que liberar a todos los rehenes es su principal objetivo en la guerra, además de destruir a Hamás.
Aun así, en las siete semanas que han transcurrido desde que las tropas terrestres avanzaron hacia el norte de Gaza, no han rescatado a ningún rehén, aunque liberaron a uno al comienzo del conflicto y encontraron los cuerpos de otros. Hamás liberó a más de 100 a cambio de la excarcelación de prisioneros palestinos el mes pasado, y se cree que aún tiene cautivos a más de 130.
Los tres rehenes muertos a manos de los soldados israelíes fueron secuestrados en comunidades de Israel cercanas a la frontera con Gaza y fueron identificados como Yotam Haim, de 28 años, Samer Al-Talalka, de 25, y Alon Shamriz, de 26.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó sus muertes como una “tragedia insoportable” y prometió continuar “con un esfuerzo supremo para devolver a todos los rehenes a casa sanos y salvos”.
En el sur de Gaza, la cadena de televisión Al Jazeera informó que un ataque israelí mató el viernes al camarógrafo Samer Abu Daqqa en la ciudad de Jan Yunis, y que su corresponsal principal en Gaza, Wael Dahdouh, resultó herido. Los dos estaban reporteando en una escuela que había sido bombardeada cuando fue blanco de un segundo ataque con dron, dijo la cadena.
Jan Yunis ha sido el principal objetivo de la ofensiva terrestre de Israel en el sur del territorio palestino.
Hablando desde una cama de hospital, Dahdouh dijo a la cadena que logró caminar hasta una ambulancia. Pero Abu Daqqa quedó tirado desangrándose en la escuela y murió horas después. Una ambulancia intentó llegar a la escuela para evacuarlo, pero tuvo que regresar porque los caminos estaban bloqueados por los escombros de las casas destruidas, se informó.
Dahdouh, un veterano cubriendo las guerras entre Israel y Gaza, y cuya esposa e hijos murieron por un ataque israelí previo en la guerra, resultó herido por metralla en el brazo derecho.
Según el Comité para la Protección de los Periodistas, Abu Daqqa es el 64to periodista asesinado desde que estalló el conflicto: 57 palestinos, cuatro israelíes y tres libaneses.
El embajador palestino ante la ONU, Riyad Mansour, dijo en una reunión de la Asamblea General sobre la guerra que Israel “ataca a aquellos que podrían documentar (sus) crímenes e informar al mundo: los periodistas”.
“Lloramos a uno de esos periodistas, Samer Abu Daqqa, herido en un ataque de Israel con drones y abandonado para que muriera desangrado durante seis horas mientras se impedía que las ambulancias llegaran hasta él”, dijo Mansour.
El ejército israelí no respondió a una solicitud de The Associated Press para comentar sobre la muerte de Abu Daqqa.
La ofensiva de Israel ha arrasado gran parte del norte de Gaza y ha expulsado de sus hogares al 80% de los 2,3 millones de habitantes. Los desplazados se han apiñado en refugios principalmente en el sur, en una crisis humanitaria en espiral.
El asalto de Israel ha matado a más de 18.700 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza. Miles más están desaparecidos y se teme que hayan muerto bajo los escombros. El ministerio no diferencia entre muertes de civiles y combatientes. Su último recuento no especificaba cuántas eran mujeres y niños, pero en conteos anteriores siempre representan dos tercios de los fallecidos.
Aunque golpeado por la ofensiva israelí, Hamás sigue lanzando ataques. El viernes disparó cohetes desde Gaza hacia el centro de Israel, lo que provocó que se activaran las sirenas en Jerusalén por primera vez en semanas, pero no causó heridos. La resistencia del grupo armado palestino pone en duda si Israel puede derrotarlo sin arrasar todo el territorio.
Los israelíes siguen apoyando firmemente la guerra y la consideran necesaria para evitar que se repita el ataque de Hamás, en el que murieron unas 1.200 personas, en su mayoría civiles. Un total de 116 soldados israelíes han muerto en la ofensiva terrestre contra Gaza que comenzó el 27 de octubre.
El gobierno de Estados Unidos ha expresado inquietud porque Israel no ha logrado limitar las víctimas civiles y por sus planes para el futuro de Gaza, pero la Casa Blanca sigue brindándole apoyo incondicional con suministros de armas y respaldo diplomático.
Los bombardeos y los cañoneos de tanques israelíes continuaron el viernes, incluso en Jan Yunis y Rafah, que es una de las áreas cada vez más pequeñas de la pequeña y densamente poblada Franja de Gaza a la que Israel ha ordenado a los civiles palestinos que se desplacen. Los detalles sobre muchos de los ataques no pudieron ser confirmados porque los servicios de comunicaciones están caídos en toda Gaza desde el jueves por la noche debido a los combates.
En reuniones con líderes israelíes el jueves y viernes, el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, discutió un calendario para poner fin a la fase de combates intensos de la guerra.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, dijo a Sullivan que se necesitarían meses para destruir a Hamás, pero no indicó si su estimación se refería a la fase actual de intensos ataques aéreos y batallas terrestres.
“No hay contradicción entre decir que la lucha va a durar meses y también decir que se llevarán a cabo diferentes fases en diferentes momentos durante esos meses, incluida la transición de operaciones de alta intensidad a operaciones más específicas”, declaró Sullivan el viernes.
Sullivan también se reunió con el presidente palestino Mahmud Abás para discutir el futuro de Gaza en la posguerra. Un alto funcionario estadounidense dijo que una idea que se está planteando es traer de vuelta a las fuerzas de seguridad palestinas que Hamás expulsó de Gaza cuando asumió el poder en 2007.
Cualquier papel de las fuerzas de seguridad palestinas en Gaza seguramente provocará una fuerte oposición de Israel, que busca mantener una presencia de seguridad indefinida allí. Netanyahu ha dicho que no permitirá un punto de apoyo en la posguerra para la Autoridad Palestina liderada por Abás, que administra partes de Cisjordania, otro territorio palestino ocupado por Israel.
Estados Unidos ha dicho que eventualmente quiere ver a Cisjordania y Gaza bajo una “Autoridad Palestina revitalizada” como precursora de un Estado palestino, una idea rechazada rotundamente por Netanyahu, quien dirige un gobierno de derecha que se opone a un Estado palestino.
Los funcionarios palestinos han dicho que considerarán un papel de posguerra en Gaza sólo en el contexto de medidas concretas respaldadas por Estados Unidos hacia la creación de un Estado.
En la reunión, Abás pidió un cese del fuego inmediato y un aumento de la ayuda a Gaza, y enfatizó que Gaza es una parte integral del Estado palestino, según un comunicado de su oficina que no hacía mención de conversaciones sobre escenarios de posguerra.
Abás, de 88 años, es profundamente impopular: una encuesta publicada el miércoles indica que casi el 90% de los palestinos quieren que renuncie. Mientras tanto, según la encuesta, el apoyo palestino a Hamás se ha triplicado en Cisjordania y ha repuntado un poco en Gaza. Aun así, según la encuesta, la mayoría de los palestinos no respalda a Hamás.
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Jeffery informó desde El Cairo; Frankel desde Jerusalén. Los periodistas de The Associated Press Aamer Madhani en Washington, Elena Becatoros en Atenas y Edith M. Lederer desde Naciones Unidas contribuyeron a este despacho.