Después de 10 semanas, 40 testigos y algunos arrebatos en el tribunal, el miércoles concluyeron los testimonios en el juicio civil por fraude empresarial del expresidente Donald Trump. Sin embargo, aún falta al menos un mes para el veredicto.
Los alegatos finales están programados para el 11 de enero, y el juez Arthur Engoron ha dicho que espera decidir el caso para finales de ese mes. El caso amenaza con afectar el imperio inmobiliario del favorito para llevarse la candidatura republicana rumbo a las elecciones de 2024, e incluso podría impedir que haga negocios en su estado natal.
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El veredicto está en manos del juez debido a que la procuradora general de Nueva York, Letitia James, presentó la demanda bajo una ley estatal que no permite la intervención de un jurado.
“De una manera extraña, voy a echar de menos este juicio”, reflexionó Engoron en voz alta el miércoles antes de las últimas horas de testimonios, que fueron sobre normas contables.
La demanda entablada por James acusa a Trump, a su compañía y a algunos de sus principales ejecutivos, incluidos los hijos del expresidente: Donald Trump Jr. y Eric Trump, de engañar a bancos y aseguradoras al entregarles estados financieros que inflaban el patrimonio del expresidente en miles de millones de dólares.
La demanda alega que los documentos inflaron el valor de propiedades tan destacadas y personalmente significativas como su penthouse de la Torre Trump en Nueva York y su club y finca de Mar-a-Lago en Florida, así como campos de golf, hoteles, un edificio de oficinas de Wall Street y muchos más. Los abogados del estado sostienen que Trump obtuvo tasas de interés más bajas y otros beneficios debido a las riquezas mostradas en sus declaraciones.
Los acusados niegan haber cometido delito alguno, y Trump lo ha dejado claro en el banquillo de los testigos, en el pasillo del tribunal y en frecuentes comentarios en su plataforma Truth Social.
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“Un completo desastre”, escribió con mayúsculas el miércoles en una publicación en la que reiteró sus quejas de que “no hubo jurado, ni víctima”. Tanto James como el juez son demócratas, y Trump ha señalado que el proceso es un ataque partidista.
Trump no sólo testificó, sino que asistió voluntariamente a otros días del juicio. No estuvo allí el miércoles para ver cómo concluía la fase de testimonios. James, que ha asistido con cierta regularidad, observó desde entre el público.