Hunter Biden se negó el miércoles a declarar puertas cerradas ante una comisión legislativa republicana que investiga sus negocios, e insistió afuera del Capitolio que solo testificará en público.
El hijo del presidente Joe Biden fustigó el pedido de declarar a puertas cerradas, afirmando que ese testimonio podía ser manipulado. El representante James Comer de Kentucky, titular de la Comisión de la Cámara de Representantes para la Supervisión y Reforma del Gobierno, ha dicho que los republicanos esperan “total cooperación” con sus demandas. La audiencia había sido fijada para el miércoles.
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“¿A qué le tienen miedo? Yo estoy aquí, estoy listo”, declaró Hunter Biden, quien vive en California, frente al Capitolio. Dijo que se le permitió elegir entre ir a una deposición o a una audiencia de la comisión. “Pues bien, ya decidí”, dijo. “Estoy aquí para testificar en una audiencia pública hoy, para responder cualquier pregunta legítima que tenga la comisión”.
Los republicanos están llevando a cabo una investigación, tratando de vincular al presidente Biden, que es demócrata, con los negocios de su hijo.
Hasta ahora no han descubierto pruebas que vinculen al presidente con ilegalidad alguna. Pero han surgido cuestionamientos sobre la ética de los negocios internacionales de la familia Biden, y los legisladores insisten que la evidencia pinta un retrato preocupante de “tráfico de influencias”, especialmente con clientes internacionales.
“No hay evidencia que fundamente las denuncias de que mi padre estuvo financieramente implicado en mis negocios porque eso no sucedió”, dijo Hunter Biden.
Aparte de eso, Hunter Biden enfrenta cargos penales en dos estados presentados por un fiscal especial que supervisa una dilatada investigación. En Delaware, se le acusa de violar las normas que prohíben que consumidores de drogas tengan armas en 2018, una época en que él mismo reconoce que luchaba contra una adicción. El fiscal especial David Weiss también presentó cargos la semana pasada acusando a Hunter Biden de tratar de evadir el pago de unos 1,4 millones de dólares en impuestos en un período de tres años.