Tras las rejas en colonias penales o en el exilio en el extranjero, dirigentes de la oposición rusa prometen que seguirán su lucha contra el presidente Vladímir Putin, quien busca un mandato más en las elecciones de marzo.
Aunque creen que Putin será declarado ganador sin importar cómo voten los electores, dicen que esperan socavar el amplio apoyo público que disfruta, cambiar la opinión popular contra la devastadora guerra que desató en Ucrania y mostrar a quienes ya se oponen que no están solos.
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“Nadie más que nosotros intervendrá en esta batalla por los corazones y las mentes de nuestros conciudadanos. Así que tenemos que hacerlo y ganar”, dijo el encarcelado líder de la oposición rusa Alexei Navalny en una declaración en línea transmitida desde tras las rejas.
Putin, de 71 años, anunció el viernes que volverá a postularse para presidente, para sumar otros seis años a sus dos docenas en el poder. Y podría volver a hacerlo en 2030.
La votación está prevista del 15 al 17 de marzo y su victoria está prácticamente asegurada. La gran mayoría de las figuras de la oposición están encarceladas o han huido del país, casi todos los medios de comunicación independientes han sido bloqueados, y cualquier crítica ha sido silenciada por una serie de leyes represivas sancionadas durante la última década.
“Esto es, básicamente, una garantía de que (el Kremlin) puede declarar cualquier resultado que quiera”, dijo Nikolay Petrov, investigador visitante del Instituto Alemán para Asuntos Internacionales y de Seguridad, en una entrevista con The Associated Press.
Algunos activistas coinciden en que no tiene sentido tratar de influir en el resultado de las elecciones. Dicen que aprovecharán la campaña electoral para expresar sus opiniones sobre Putin y su gobierno cuando “los rusos estarán políticamente más activos de lo habitual”, según Leonid Volkov, principal estratega y colaborador de Navalny.
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“Nuestra tarea es asegurarnos de que los temas que podremos plantear, y llevar a la agenda pública en enero, febrero y marzo, hagan mella, y lo hagan entre los rusos incluso después de las elecciones”, dijo Volkov, quien abandonó Rusia hace varios años.
Con ese propósito, Volkov y su equipo lanzaron un proyecto llamado “La Máquina de Campaña de Navalny”. La idea es simple: hablar con tantos rusos como sea posible, ya sea por teléfono o en línea, y convencerlos “de que se vuelvan contra los candidatos que odiamos —el candidato Putin y la candidata ‘(La) Guerra’”—, como lo expresó el propio Navalny en una publicación en línea cuando anunció el proyecto en junio.
A finales de octubre, el proyecto ya contaba con alrededor de 170 voluntarios que hacían llamadas, dijo Volkov, y realizaba una encuesta para determinar las quejas y necesidades específicas de las personas con el fin de adaptar los temas de conversación que utilizarían en llamadas telefónicas futuras.
Volkov dijo que de las miles de llamadas ya realizadas, solo un puñado de personas dijeron estar completamente satisfechas con todo lo que sucede en Rusia y más allá.
Otros tenían al menos una queja. “Alguien está descontento por la guerra, alguien está descontento con la situación económica, alguien está descontento con el sistema de salud, la justicia social... muchas cosas”, añadió Volkov.
Hay preguntas que “las autoridades no pueden responder” y, al planteárselas a los rusos, el equipo espera causar “problemas políticos” al Kremlin, explicó Volkov. La incapacidad de las autoridades para abordar estas cuestiones “provocará frustración y dolor, problemas políticos para Putin que no harán más que crecer”, agregó.
En la víspera del anuncio de Putin, el equipo colocó varias vallas publicitarias —en Moscú, San Petersburgo y otras ciudades rusas— que decían “Rusia” y “Feliz Año Nuevo”, con enlaces y códigos QR que conducen a un sitio web titulado “Rusia sin Putin”. Dicho sitio web insta a la gente a “convencer al menos a 10 personas para que actúen contra Putin”, y habla de varias formas de hacer campaña.
El Comité Antiguerra —otra fuerza de oposición que une a destacados activistas en el exilio como el exmagnate Mijail Jodorkovsky, el célebre ajedrecista Garry Kasparov y los exlegisladores convertidos en políticos de oposición Gennady Gudkov y su hijo, Dmitry Gudkov— también planea una campaña llamada “¡No a Putin!”
Gennady Gudkov dijo a la AP que el objetivo general de la campaña es explicar a los rusos “cómo puede ser el futuro sin Putin”: sin guerra, sin represiones, con el gobierno centrado en cosas como la economía, la ciencia y la educación.
Una posible táctica el día de las elecciones, dijo Gudkov, podría ser instar a los críticos de Putin a acudir a las urnas a una hora determinada para que se formen largas filas que muestren cuántas personas se oponen a él: “Si el país, las élites y el mundo ven largas filas de personas que claramente disienten de las políticas de Putin, será suficiente”.
No obstante, un grupo cree que es provechoso presentar candidatos que desafíen a Putin en las urnas. Un proyecto llamado Nuestra Sede Central, lanzado por varios activistas que ayudan a quienes huyen de Rusia a establecerse en el extranjero, promete apoyar a “candidatos democráticos con una posición antibélica”.
El coordinador del proyecto, Andrei Davydov, dijo a la AP que pueden ofrecer ayuda a los posibles candidatos con su campaña y los aspectos procesales, como juntar al grupo de 500 personas requeridas por ley para presentar a un candidato independiente, o reunir y verificar las 300.000 firmas necesarias para registrarse en la boleta.
Para obtener el apoyo de Nuestra Sede Central, un candidato debe oponerse a la guerra, estar dispuesto a liberar a los prisioneros políticos e implementar reformas democráticas en Rusia, dijo Davydov. El proyecto ya ha respaldado a una candidata: Yekaterina Duntsova, periodista y abogada de la región de Tver, al norte de Moscú, quien ya fue miembro de la legislatura local. Davydov dijo que estaban en conversaciones con algunas otras personas.
“Necesitamos dar esperanza a la gente, darles la oportunidad de expresarse. No hay otras posibilidades legales (para opinar) en Rusia en estos días, aparte de apoyar a un candidato antibélico”, explicó. “La tarea mínima es (lograr) que la gente comprenda que hay muchos de ellos, y que necesitan actuar, defender su posición”.
Un objetivo más ambicioso es registrar a un candidato de oposición para desafiar a Putin en la boleta, dijo Davydov. “Trabajaremos para lograr un resultado, una victoria, y veremos qué pasa”, agregó.
En una declaración en líne, Navalny instó a quienes lo apoyan a acudir a las urnas el día de las elecciones y votar “por cualquier otro candidato”. Es una estrategia similar a la que propuso en 2012, cuando Putin se postuló para presidente tras una pausa de cuatro años en los que se desempeñó como primer ministro debido al límite del mandato presidencial. Esa votación, así como una elección parlamentaria meses antes, provocaron enormes protestas que asustaron al Kremlin y llevaron a una represión contra la disidencia.
Después, en 2018, Navalny pidió boicotear la votación luego de que se le prohibiera participar en la contienda.
Desde entonces, el equipo de Navalny organizó una estrategia de votación para promover a los candidatos locales con mayores posibilidades de derrotar a quienes son respaldados por el partido Rusia Unida, del Kremlin. Aún no se ha utilizado en una elección presidencial.
Ivan Zhdanov, aliado de Navalny, dijo a la AP que el equipo propondrá otras acciones el día de las elecciones, pero se negó a dar detalles.
Maria Pevchikh, directora de la junta directiva de la Fundación Anticorrupción, de Navalny, instó a la Unión Europea, Estados Unidos y Gran Bretaña a “hacer más dolorosa la reelección de Putin” y prometer sanciones contra cualquier celebridad que lo respalde.
“Una cosa es cambiar tu foto de perfil y decir que eres ‘Equipo Putin’. Es algo completamente distinto perderlo todo, incluidas tus cuentas bancarias, por participar en la campaña ‘electoral’ de Putin. Debemos incrementar el costo de tal decisión”, explicó. Los gobiernos no han respondido públicamente a su propuesta.
Petrov, el investigador, cree que el mayor temor del Kremlin respecto de las elecciones es que la imagen de Putin podría resultar dañada.
Las elecciones “deben realizarse tranquilamente, con calma y demostrar que la gente acepta a las autoridades tal como son. Y en este sentido, es muy importante para el Kremlin evitar contratiempos, escándalos que puedan poner en duda el resultado que será declarado”, dijo Petrov.