Una inédita lista publicada por el gobierno cubano con 61 ciudadanos de la isla contra las cuales tiene causas por terrorismo y que radican especialmente en Estados Unidos fue considerada por expertos como un intento de La Habana por poner de manifiesto la política doble de Washington en esta materia.
Sin embargo, los analistas coincidieron también que en la práctica el listado no conseguiría la extradición de alguno de los encausados por Cuba o la posibilidad de lograr algún tipo de sanciones prácticas contra Estados Unidos.
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La lista se divulgó en las últimas horas a menos de una semana de que Estados Unidos publicara otra —de carácter anual— volviendo a colocar a Cuba entre los países patrocinadores del terrorismo, una acusación que provoca dificultades financieras en las operaciones comerciales de la nación caribeña con terceros países y forma parte de un entramado de sanciones impuestas por Washington presionando un cambio de modelo político en la isla.
La divulgación también ocurre unos días después de que un exdiplomático estadounidense —Manuel Rocha— fuera acusado de ser agente secreto para el gobierno de La Habana por décadas.
“El gobierno cubano argumentó durante mucho tiempo que Cuba no apoya el terrorismo internacional, como afirma el Departamento de Estado, y que es Estados Unidos quien alberga a personas que han participado en acciones terroristas contra Cuba. La nueva lista cubana formaliza esa acusación”, dijo el viernes a The Associated Press, William LeoGrande, un politólogo experto en Cuba de la American University, en Washington.
“Ciertamente parece ser una reprimenda a la negativa de Estados Unidos a sacar a Cuba de su lista de terroristas, a pesar de la falta de evidencia de que Cuba apoye el terrorismo”, agregó LeoGrande.
El reporte estadounidense de la semana pasada y correspondiente a 2022 mantuvo a la isla entre los patrocinadores del terrorismo sosteniendo que en su momento no extraditó a varios líderes de la guerrilla colombiana del Ejército Nacional de Liberación (ELN) que realizaban diálogos de paz con el gobierno del país sudamericano en Cuba.
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También acusó a Cuba de proteger a prófugos estadounidense que obtuvieron estatus de refugiados en los años 70. Siria, Irán y Corea del Norte comparten esta categoría de patrocinadores.
Cuba, una antigua antagonista de la política de Whashington, fue sacada en 2015 de esa lista norteamericana tras un acercamiento binacional bajo la administración del entonces presidente Barack Obama, pero su sucesor Donald Trump la volvió a sumarla en medio de un duro incremento de las sanciones.
A diferencia de la estadounidense, la lista Nacional de Terroristas de la isla no incluye a países, sino a personas (todos cubanos) y entidades que según las resoluciones de Naciones Unidas y “el ordenamiento jurídico interno, han sido sometidas a investigaciones penales y se encuentran buscadas por las autoridades cubanas por estar vinculadas a actos de terrorismo”, expresó la resolución del Ministerio del Interior.
“Es un intento de exponer la hipocresía y contradicción de Estados Unidos sosteniendo que Cuba también es víctima de terrorismo”, expresó a la AP Michael Shifter, especialista de la organización Diálogo Interamericano, con sede en Washington. “Puede ser (la) primera vez que el régimen cubano lo hace, pero no es sorprendente y no va a cambiar nada”.
Tanto Shifter como LeoGrande coincidieron que el listado tiene poco valor práctico pues no implicará ni la extradición de alguno de los encausados mencionados, ni Cuba tiene posibilidades de imponer sanciones a Estados Unidos.
En Cuba el terrorismo está tipificado como figura en su Código Penal y señala a quienes buscan intimidar al gobierno, provocar estado de alarma en la población o pone en riesgo vidas y bienes.
El listado nacional cubano detalló las causas por las cuales se busca a esas personas desde 1999, cuando se produjo la explosión de varios hoteles. Por este expediente se agregó a los dirigentes anticastristas Guillermo Novo Sampoll, Pedro Remón Crispín Rodríguez y José Francisco Hernández Calvo, residentes en Estados Unidos.
La lista sumó otros por causas a lo largo de los 2000 y la pasada década como intentos de sabotaje, infiltraciones y desembarcos con armas o su financiamiento. Entre ellos se incorporó a Ninoska Pérez Castrellón, una reconocida activista radical cubanoamericana, así como a Ana Olema Hernández Matamoros.
Con un expediente investigativo de 2020 está Alexander Alazo Baró, quien fue arrestado tras agredir con un arma de fuego la sede de la Embajada de Cuba en Estados Unidos.
Ya para las causas de 2021 —año en el cual se produjeron manifestaciones algunas de las cuales terminaron en vandalismo y agresiones y que fueron incentivadas por redes sociales—, el listado cubano de terrorismo incorporó a Liudmila Santiesteban Cruz y Alain Lambert Sánchez, quien suele presentarse en Internet como Paparazzi Cubano.
Para el caso de las organizaciones, todas con base en Estados Unidos, la norma incorporó a algunas bastante conocidas como la Fundación Nacional Cubano Americana y otras menos pero con trayectorias radicales o violentas como Autodenfensa del Pueblo.
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Andrea Rodríguez está en Twitter como www.twitter.com/ARodriguezAP