Una mancha de sangre junto a un puente que cruza el río Sena era la única señal que quedaba el domingo del mortal ataque con cuchillo contra un turista alemán 12 horas antes, presuntamente perpetrado por un joven bajo vigilancia por su supuesta radicalización islámica después de cumplir una sentencia en prisión por preparar un ataque violento.
El ataque aleatorio de la noche del sábado cerca de la Torre Eiffel causó especial preocupación en la capital francesa a menos de un año de ser sede de los Juegos Olímpicos, con la ceremonia de inauguración llevándose a cabo a lo largo del río en un inicio escénico sin precedentes en el centro de París.
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Como señal de dicha preocupación, la primera ministra Elisabeth Borne convocó a una reunión el domingo con ministros clave y funcionarios de seguridad para hacer una “revisión completa” de las medidas vigentes y el manejo de los “individuos más peligrosos”, informó su oficina.
Después de matar al turista, el agresor cruzó el puente a la margen derecha de la ciudad e hirió a dos personas con un martillo, informó el sábado el ministro del Interior Gerald Darmanin. En ese momento, el sospechoso, quien aparentemente gritó “Alá Akbar” (Dios es grande), fue arrestado.
En videos que circulan en internet se ve a policías con las armas en la mano acorralando a un hombre vestido de negro, con la cara cubierta y lo que parece ser un cuchillo en su mano derecha. En dos ocasiones usaron pistolas paralizantes contra el hombre antes de arrestarlo, informó Darmanin.
Interrogado por la policía, el sospechoso expresó angustia por la muerte de musulmanes, sobre todo en Afganistán y territorios palestinos, y afirmó que Francia era cómplice, añadió Darmanin.
La ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, publicó en X, antes conocida como Twitter, que la noticia de París era “impactante”.
“Mis pensamientos están con los amigos y la familia del joven alemán”, escribió. “Prácticamente tenía su vida entera por delante… el odio y el terrorismo no tiene lugar en Europa”.