A casi un mes de la devastación que dejó el huracán Otis, de categoría 5, en la localidad turística de Acapulco, el gobierno mexicano decidió recurrir a los pobladores, que aún siguen padeciendo penurias por las fallas en los servicios y la falta de agua y alimentos, para que ellos reconstruyan sus viviendas.
Así lo anunció el jueves el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador al presentar en su conferencia matutina, que organizó desde Acapulco, los lineamientos del “sistema de autoconstrucción”.
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La propuesta está pensada para que los habitantes de la ciudad turística y de la vecina localidad de Coyuca de Benítez, en el estado sureño de Guerrero, se encarguen de la tarea de reconstruir miles de viviendas y pequeños comercios dañados o destruidos por el huracán dado que, reconoció el mandatario, el gobierno no tiene capacidad para asumir ese trabajo solo.
En Acapulco, que en décadas pasadas fue un destino del turismo más glamoroso, más del 80% de los hoteles y comercios sufrieron daños y unas 250.000 personas quedaron damnificadas. El potente ciclón dejó 50 fallecidos y una treintena de desaparecidos.
López Obrador admitió que “son más de 250.000 viviendas que necesitamos rehabilitar y eso no lo podríamos hacer solos, desde el gobierno o con las empresas constructoras”.
Para esa tarea de autoconstrucción se otorgarán a las familias y los pequeños comerciantes ayudas económicas entre 35.000 pesos (unos 2.000 dólares) y 60.000 pesos (unos 3.300 dólares), según anunció el presidente mexicano, que implican 322.129 apoyos directos para reconstruir viviendas y locales afectados.
Además, habrá un aporte adicional de 8.000 pesos (unos 400 dólares) para limpieza.
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En medio de la visita del mandatario un grupo de habitantes realizó una protesta en el puerto turístico para reclamar la entrega de ayudas a los damnificados y la búsqueda de las personas que aún permanecen desaparecidas.
Aún no está claro si el gobierno dará algún tipo de asesoría a los pobladores para el levantamiento y reparación de las viviendas y evitar que se construyan en condiciones de alto riesgo y sin servicios públicos adecuados.
Por años, Acapulco ha enfrentado un desordenado crecimiento urbano, especialmente en las zonas populares, que ha llevado a muchos de sus pobladores a vivir en escarpadas laderas y en zonas de riesgo sin adecuados servicios ni sistemas de drenaje, lo que ha contribuido a contaminar las aguas del puerto turístico.
El mandatario presentó a inicios de mes un plan de reconstrucción de más de 3.400 millones de dólares para ayudar a familias, pequeños empresarios y hoteleros, así como la creación de 38 cuarteles y el envío de 10.000 elementos de la Guardia Nacional para reforzar la seguridad en Acapulco, donde tras el paso del huracán proliferaron los saqueos de comercios.
El gobierno apuesta a que para diciembre se reactive la actividad turística en Acapulco, donde vive cerca de un millón de personas, pero el sector empresarial ha manifestado dudas de que esa meta se pueda lograr.
El empresario Antonio Hernández Venegas, presidente de Grupo Mundo Imperial, dijo el jueves en la conferencia presidencial matutina que Acapulco ya tiene una oferta hotelera de alrededor de 4% y que para mediados de diciembre se espera alcanzar un promedio de 20%.
La Comisión Federal de Electricidad informó que de los 284.850 usuarios que quedaron sin servicio eléctrico en Guerrero a consecuencia de Otis, ya se ha recuperado el 98%.