Para mostrar su apoyo a los palestinos un grupo de manifestantes realizó una marcha pacífica por el centro de Londres durante el día de hoy, mientras que contra manifestantes de derecha chocaron con la policía tras una semana de agitadas discusiones acerca de si se debía permitir la protesta en el día en que los británicos rinden homenaje a los caídos en las guerras.
La jornada se desarrolló con el trasfondo de las tensiones avivadas por la secretaria del Interior, Suella Braverman, quien días atrás calificó las manifestaciones propalestinas de “marchas del odio” y pidió que se cancelara la del sábado por respeto a los actos del Día del Armisticio, que conmemoran el fin de la Primera Guerra Mundial.
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Las escaramuzas entre la policía y manifestantes de derecha que ondeaban banderas de Gran Bretaña e Inglaterra confirmaron los temores de que las declaraciones de Braverman atraerían a elementos de derecha en busca de cualquier excusa para enfrentar a los manifestantes propalestinos.
Braverman, que supervisa la aplicación de la ley en Gran Bretaña, ahora debe dimitir, sostuvo Humza Yousaf, primer ministro de Escocia.
“La ultraderecha se ha visto envalentonada por la secretaria del Interior”, dijo Yousaf en X, antes conocido como Twitter. “Ha pasado la semana avivando las llamas de la división. Ahora están atacando a la policía el Día del Armisticio. La posición de la secretaria del Interior es insostenible”.
La policía londinense arrestó a 82 personas para impedir la alteración del orden. Indicó que eran parte de un grupo de contramanifestantes que intentaba llegar a la marcha principal.
A lo largo del día se realizaron otros 10 arrestos, incluyendo acusados de posesión de un cuchillo y ataque a un integrante de personal de emergencias.
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La policía describió a los contramanifestantes en su mayoría como “hooligans” del fútbol de todo el Reino Unido que pasaron el día enfrentándose a los agentes que intentaron impedirles atacar la marcha. Nueve agentes resultaron heridos, entre ellos dos que tuvieron que ser hospitalizados.
“La violencia extrema de los manifestantes de derecha hacia la policía hoy fue extraordinaria y profundamente preocupante”, dijo el subcomisionado Matt Twist en un comunicado. “Llegaron temprano, diciendo que estaban allí para proteger monumentos, pero algunos ya estaban ebrios, eran agresivos y claramente buscaban confrontación. Las agresiones fueron dirigidas a los policías que protegían el Cenotafio —el monumento nacional a los caídos—, incluyendo cánticos de “Ya no eres inglés”.
Twist dijo que la marcha fue la más grande en Londres desde el inicio del conflicto. La policía estimó que participaron unas 300.000 personas, que serpentearon por la ciudad desde Hyde Park hasta la embajada de Estados Unidos, a unos 5 kilómetros (3 millas) de distancia.
Más de 2.000 agentes, incluso de fuerzas policiales de poblaciones circundantes, están en las calles de la capital durante todo el fin de semana para garantizar que los manifestantes acaten la ley y para prevenir posibles enfrentamientos entre protestas contrarias, de acuerdo con el Servicio de Policía Metropolitana.
La policía londinense también tomó medidas para tranquilizar a la comunidad judía, que ha sido blanco de una ola de incidentes antisemitas desde que milicianos de Hamás atacaron Israel el 7 de octubre y las fuerzas israelíes respondieron con ataques aéreos y terrestres a la Franja de Gaza.
“Sabemos del impacto acumulativo que las continuas protestas, las crecientes tensiones y el aumento de delitos de odio están teniendo en todo Londres y el miedo y la ansiedad que sienten nuestras comunidades judías en particular”, subrayó la policía en un comunicado. “Tienen derecho a sentirse seguros en su ciudad, sabiendo que pueden viajar por Londres sin miedo a la intimidación o el acoso”.
La operación policial sucede luego que el comisionado de la Policía Metropolitana, Mark Rowley, resistiera la presión de los líderes políticos para prohibir la marcha.
El primer ministro Rishi Sunak y Braverman también han expresado su preocupación de que las protestas puedan extenderse hasta el domingo, cuando el rey Carlos III y los primeros ministros de las naciones de la Commonwealth depositarán coronas de flores en el Cenotafio.