La planificación, hoy día, es una tarea compleja, pues “hay que planificar lo que ya está planificado”, de forma que, bajo la visión inicial, y tras los cambios en los terrenos y necesidades, mejoren las condiciones tanto sociales y ambientales, como económicas. Así lo expuso el presidente y el secretario de la Sociedad Puertorriqueña de Planificación (SPP), Tomás Torres-Placa.
Conforme a Torres-Placa, una dificultad en el proceso de planificación de Puerto Rico se debe a que existen áreas que están zonificadas y calificadas de una forma, pero, a medida que ha pasado el tiempo, requieren de otros usos. “El desfase ocurre cuando las necesidades no están de acuerdo a las calificaciones existentes”, indicó.
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La SPP reunirá, durante la Semana de la Planificación, a más de 20 conferenciantes para discutir cómo Puerto Rico puede tener un desarrollo sostenible y sustentable hacia el futuro. Una de las estrategias que discutirán es la integración de distritos de planificación urbanos o rurales para la revaluación de los usos de ciertas zonas y la agilización del proceso de otorgación de permisos.
“La utilización del suelo no es estática, evoluciona a través del tiempo y, en la medida en que nosotros tengamos unos procesos de planificación robusta, que mantenga esos usos del suelo de acuerdo a la necesidad de la población, pues ahí vamos a tener unos procesos ágiles”, aseguró Torres-Placa.
Por su parte, el planificador y profesor jubilado de la Escuela Graduada de Planificación de la Universidad de Puerto Rico, Félix Aponte Ortiz, entiende que no hay que hacer mucho, sino que es cuestión de acordar entre partes dónde realizar la gran inversión material de infraestructura para organizar los espacios más eficazmente.
Aponte Ortiz señaló que, debido a la continua baja poblacional en el archipiélago, la plantilla de estructuras construidas, tanto comerciales como residenciales, exceden, por mucho, cualquier necesidad futura.
“El país tiene que decidir si va a ‘reciclar la ciudad’, reciclar los espacios ya construidos para la actividad humana [...], pues no haría falta hacer otra cosa que reflejar esa conceptualización del Plan de Uso de Terrenos del 2015 en las revisiones necesarias de los planes territoriales, y entonces añadirle algunos elementos para incorporar el riesgo creciente a la susceptibilidad a las inundaciones”, expresó.
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El catedrático apuntó a los cascos urbanos para llevar a cabo esa gran inversión, de forma que se organicen para ser ocupados de manera más efectiva y funcional.
El dilema de la zona marítimo terrestre
La zona marítimo terrestre es un bien de dominio público, es decir, no se supone que se autorice ninguna construcción en dicho espacio, a excepción de proyectos dependientes del agua y de interés y carácter público.
Aponte Ortiz sostuvo que la complicación técnica en dicha zona surge, en gran parte, a raíz del proceso erosivo y el alza del nivel del mar, lo que está moviendo su límite tierra adentro.
“El litoral costero es la zona de conflicto de las normativas de planificación que no se aplicaron correctamente; que requieren una actualización a la realidad física natural de cambio de clima”, puntualizó .
No obstante, el catedrático tiene esperanza de que el Plan de Mitigación, Adaptación y Resiliencia al Cambio Climático en Puerto Rico, desarrollado por el Comité de Expertos y Asesores sobre Cambio Climático y cuyo borrador está siendo evaluado en vistas públicas, provoque una reflexión sobre las determinaciones de planificación que son indispensables a futuro para asegurar una sociedad segura y saludable.