Alarmados por un nuevo aumento de los casos de sífilis en recién nacidos, las autoridades estadounidenses de salud han llamado a que se intensifiquen las medidas de prevención, entre ellas animar a millones de mujeres en edad fértil y a sus parejas a hacerse pruebas de detección de esta enfermedad de transmisión sexual.
Más de 3,700 bebés nacieron con sífilis congénita en 2022, 10 veces más que hace una década y un aumento del 32% con respecto a 2021, dijeron el martes los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). La sífilis causó 282 mortinatos y muertes infantiles, casi 16 veces más que las muertes de 2012.
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El número de 2022 fue el mayor en más de 30 años, dijeron funcionarios de los CDC, y en más de la mitad de los casos de sífilis congénita, las madres dieron positivo durante el embarazo pero no recibieron el tratamiento adecuado.
El aumento de la sífilis congénita se produce a pesar de repetidas advertencias de los organismos de salud pública y está relacionado con el aumento de los casos primarios y secundarios de sífilis en adultos, según los CDC. También ha sido cada vez más difícil para los proveedores médicos conseguir inyecciones de penicilina benzatínica —la principal arma médica contra la sífilis congénita— debido a la escasez de suministros.
“Está claro que algo no funciona aquí, que algo tiene que cambiar”, afirmó la doctora Laura Bachmann, de los CDC. “Por eso pedimos medidas excepcionales para hacer frente a esta desgarradora epidemia”.
La agencia federal quiere que los proveedores de atención médica inicien el tratamiento de la sífilis cuando una mujer embarazada dé positivo por primera vez, en lugar de esperar a las pruebas de confirmación, y que amplíen el acceso al transporte para que las mujeres puedan recibir tratamiento. Los CDC también pidieron que las pruebas rápidas no se limiten a los consultorios médicos y las clínicas de ETS, sino que se extiendan a salas de urgencias, los programas de intercambio de agujas y las prisiones y cárceles.
Los funcionarios federales recomendaron nuevamente que las mujeres sexualmente activas en edad fértil y sus parejas se hagan una prueba diagnóstica de sífilis al menos una vez si viven en un condado con tasas elevadas. Según un nuevo mapa y definición de los CDC, el 70% de los adultos estadounidenses viven en un condado con tasas elevadas. Es decir, probablemente decenas de millones de personas, según una estimación de The Associated Press basada en datos federales.
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Las recomendaciones de los CDC son sólo eso; no se destinarán nuevos fondos federales a los departamentos de salud estatales y locales para reforzar las pruebas o el acceso. Algunos departamentos de salud estatales ya han manifestado que no se dan abasto para tareas de tratamiento y prevención, aunque Illinois anunció la semana pasada que iba a poner en marcha una línea telefónica para ayudar a los proveedores de atención médica con la búsqueda de expendientes, las consultas y la notificación obligatoria.
La sífilis es una infección bacteriana que durante siglos fue una enfermedad de transmisión sexual común pero temida. Las nuevas infecciones cayeron en picada en Estados Unidos a partir de la década de 1940, cuando se generalizó la disponibilidad de antibióticos, y alcanzaron su nivel más bajo a finales de la década de 1990. En 2002, los casos empezaron a aumentar de nuevo, afectando de forma desproporcionada a los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, aunque la ETS se está extendiendo entre varios grupos demográficos.
En la sífilis congénita, las madres transmiten la enfermedad a sus bebés, lo que puede provocar la muerte del niño o problemas de salud como sordera, ceguera y malformaciones óseas. Las tasas de casos han aumentado en todos los grupos raciales y étnicos.
El doctor Mike Saag, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Alabama campus Birmingham, afirma que la sífilis puede ser “una infección silenciosa” en las mujeres porque es difícil de diagnosticar sin un análisis de sangre (no todas presentan llagas indoloras, lesiones verrucosas u otros síntomas visibles).
Los CDC recomiendan desde hace tiempo que todas las mujeres embarazadas se sometan a la prueba diagnóstica de sífilis en su primera visita prenatal, pero el escaso acceso a la atención prenatal —sobre todo en las zonas rurales— puede dificultarlo. Según los CDC, casi el 40% de los casos de sífilis congénita del año pasado correspondieron a madres que no habían recibido atención prenatal.
Si la sífilis se diagnostica al principio del embarazo, la amenaza de transmitirla al bebé puede eliminarse con una sola inyección de penicilina. Pero, según los expertos, cuanto más avanzado esté el embarazo, más probabilidades habrá de necesitar varias inyecciones, y el esquema debe completarse al menos 30 días antes del parto.
“He tenido pacientes que han estado en un régimen (de tres inyecciones) que se saltan una inyección”, dijo la doctora Nina Ragunanthan, ginecóloga y obstetra en el Delta Health Center en Mound Bayou, Mississippi. “Así que intentan ponerse las inyecciones, pero si no se ponen las tres seguidas, por problemas de transporte, de trabajo, de cuidado de los niños, por cualquier razón que les impidan volver, no completan su tratamiento”.
Además, la escasez de inyecciones dificulta la tarea de reducir las cifras de sífilis, según declararon a la AP funcionarios de salud de todo Estados Unidos. Las pacientes que no están embarazadas pueden utilizar el antibiótico doxiciclina para tratar la sífilis, pero a las autoridades sanitarias les preocupa que el periodo de 14 a 28 días del tratamiento sea difícil de completar, dejando a las personas infectadas sin curar.
Pfizer es el único proveedor nacional de la inyección de penicilina. Este mismo año, los directivos de la empresa declararon que escaseaba debido al aumento de la demanda. Pfizer también señaló que es posible que la escasez no se resuelva sino hasta el próximo año.
Los CDC afirmaron que la escasez no afectó el número de casos de sífilis congénita de 2022 y que, a pesar de esa escasez, no tienen constancia de que haya pacientes que no hayan recibido las inyecciones necesarias.