Las fuerzas israelíes combatieron con milicianos de Hamás el jueves en las afueras de la Ciudad de Gaza, mientras el saldo de muertes palestinas subía a más de 9.000. Tras casi cuatro semanas de guerra provocada por el ataque de Hamás contra Israel, líderes árabes y estadounidenses presionaban a Israel a aflojar su asedio sobre Gaza y hacer aunque sea una pausa breve para permitir la entrada de ayuda humanitaria.
El ejército israelí dijo que estaba a “las puertas de la ciudad de Gaza” en intensos combates contra los milicianos, mientras a cientos de extranjeros y decenas de palestinos gravemente heridos se les permitió salir de Gaza después de más de tres semanas bajo asedio.
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Por su parte, el presidente estadounidense Joe Biden pidió una “pausa” humanitaria en los combates. Biden hablaba en un acto de recaudación de fondos de campaña en Minneapolis cuando un manifestante lo interrumpió y pidió el cese del fuego.
“Creo que necesitamos una pausa”, respondió Biden. Funcionarios de la Casa Blanca dijeron más tarde que una interrupción de los combates permitiría llegar más ayuda a Gaza y crearía la posibilidad de liberar a más rehenes retenidos por Hamás.
Las primeras personas que abandonaron Gaza —aparte de cuatro rehenes mujeres liberadas por Hamás y una soldado rescatada por las fuerzas israelíes— cruzaron a Egipto, escapando de la creciente miseria del territorio mientras los bombardeos expulsan a cientos de miles de sus hogares y los alimentos, el agua y el combustible se agotan.
El Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que algunos ciudadanos estadounidenses se encontraban entre los que se fueron, sin dar detalles. Dijo que esperaba que más estadounidenses y otros ciudadanos extranjeros salieran de Gaza en los próximos días. Según se informa, se estaban manteniendo conversaciones entre Egipto, Israel y Qatar, que ha estado mediando con Hamás.
Fuertes ataques aéreos demolieron edificios de apartamentos por segundo día consecutivo en el campo de refugiados densamente poblado de Jabaliya, cerca de Ciudad de Gaza. La televisión Al Jazeera mostró cómo los heridos, incluidos niños, eran trasladados a un hospital.
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El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, visitará Israel y Jordania el viernes, su segundo viaje a la región desde el asalto de Hamás el 7 de octubre en el sur de Israel. Blinken pretende reiterar el apoyo de Estados Unidos a Israel, pero también presionar para garantizar que la ayuda humanitaria llegue a los palestinos en Gaza.
En una señal de creciente alarma entre los países árabes por la guerra, Jordania —un aliado clave de Estados Unidos con un acuerdo de paz con Israel— retiró a su embajador de Israel y pidió la salida del embajador israelí.
El viceprimer ministro Ayman al-Safadi dijo que el regreso de los embajadores está vinculado a que Israel “detenga su guerra contra Gaza... y la catástrofe humanitaria que está causando”.
Las bombas han obligado a más de la mitad de los 2,3 millones de habitantes del territorio a huir de sus casas mientras los alimentos, el agua y el combustible escasean.
Las tropas israelíes entraron a la Franja de Gaza en gran número durante el fin de semana luego de tres semanas de intensos bombardeos aéreos que arrasaron vecindarios enteros. La guerra —la quinta y la más letal de las que han librado Israel y Hamás— comenzó con un sangriento asalto del grupo insurgente sobre el sur del territorio israelí el 7 de octubre en el que murieron cientos de hombres, mujeres y niños. Unas 240 personas fueron capturadas.
Estados Unidos ha prometido un respaldo inquebrantable a Israel en su intento de poner fin al control de Hamás sobre Gaza y aplastar sus capacidades militares, aunque los aliados no parecen tener un plan de futuro claro para el enclave. Funcionarios de la Casa Blanca indicaron que una pausa en los combates permitiría la entrada de más ayuda en Gaza y crearía las condiciones para la posible liberación de más rehenes.
La salida de palestinos a través del paso de Rafah el miércoles se produjo tras semanas de negociaciones. Fue la primera vez que alguien salía de Gaza, además de las cuatro rehenes liberadas por Hamás y de otra rescatada por las fuerzas israelíes. Israel ha permitido la entrada de más de 260 camiones con comida y medicamentos desde Egipto, pero los cooperantes dicen que no es suficiente.
Al menos 335 personas con pasaporte extranjero salieron del enclave el miércoles y otras 100 lo hicieron el jueves, dijo Wael Abu Omar, vocero de la Autoridad Palestina de Cruces. En total se evacuó a 76 pacientes palestinos y a sus acompañantes, añadió.
Por su parte, Estados Unidos señaló que estaba tratando de sacar a 400 ciudadanos estadounidenses y a sus familias.
Egipto ha dicho que no aceptará una oleada de refugiados palestinos por miedo a que Israel no les permita regresar a Gaza después de la guerra.
Cientos de miles de palestinos siguen en la zona de los combates en el norte de Gaza a pesar de los repetidos llamados de Israel a evacuar el lugar y dirigirse al sur, que también está siendo bombardeado por sus fuerzas.
Las tropas israelíes parecen estar avanzando hacia la Ciudad de Gaza por tres rutas principales: desde el extremo nororiental, desde el noroeste a lo largo de la costa mediterránea y desde el sur tras llegar a la principal autopista que une ambos extremos del enclave. Las autoridades israelíes no han ofrecido información concreta sobre el desarrollo de su campaña terrestre.
Ataques aéreos lanzados por Israel el martes y el miércoles destruyeron edificios residenciales en Jabaliya, en las inmediaciones de la Ciudad de Gaza, pero la cifra de fallecidos y heridos se desconoce por el momento. Según el ejército israelí, el operativo acabó con la vida de insurgentes y demolió túneles de Hamás.
Los insurgentes palestinos dispararon misiles antitanque, accionaron dispositivos explosivos y lanzaron granadas contra las fuerzas israelíes durante un combate nocturno, indicó el ejército el jueves. Los soldados devolvieron el fuego y recurrieron a la artillería, además de a ataques desde un helicóptero y un buque. Los reportes no pudieron confirmarse de forma independiente.
Se espera que las bajas en ambos bandos aumenten a medida que las tropas israelíes avanzan hacia barrios con una alta densidad de población en la Ciudad de Gaza. Funcionarios israelíes sostienen que la infraestructura militar de Hamás, incluyendo sus túneles, se concentra en la ciudad y acusan a los insurgentes de esconderse entre la población civil.
Al menos 9.061 palestinos han muerto en la guerra, en su mayoría mujeres y niños, y más de 32.000 personas han resultado heridas, dijo el jueves el Ministerio de Salud palestino, que no hizo distinciones entre combatientes y civiles. Esta cifra no tiene precedentes en las décadas de violencia entre los dos bandos y es casi cuatro veces mayor que la registrada en la guerra de 2014, que duró más de seis semanas.
Cuatro palestinos, tres de ellos menores de edad, fallecieron baleados en distintas partes de la Cisjordania ocupada a primera hora del jueves, indicó el Ministerio de Salud palestino. Más de 130 palestinos han muerto ese territorio desde el inicio de la guerra, en su mayoría en protestas violentas y tiroteos durante redadas israelíes de detención.
Más de 1.400 personas fallecieron del lado israelí, principalmente civiles que fueron asesinados durante el ataque inicial de Hamás, una cifra que tampoco se había visto nunca antes. Diecisiete soldados israelíes han muerto en Gaza desde el inicio de la ofensiva terrestre.
Los cohetes disparados desde Gaza a Israel y las escaramuzas diarias entre Israel y el grupo insurgente libanés Hezbollah han alterado la vida de millones de israelíes y obligaron a unos 250.000 a salir de localidades fronterizas en el norte y el sur. La mayoría de los proyectiles son interceptados o caen en zonas abiertas.
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Jeffery y Keath informaron desde El Cairo; Wafaa Shurafa en Deir al-Balah, Franja de Gaza, Amy Teibel en Jerusalén, Samy Magdy en El Cairo, Chris Megerian en Minneapolis y Matthew Lee y Aaamer Madhani en Washington contribuyeron a este informe.