Al menos siete personas murieron después de que la combinación de humo de incendios en pantanos del sur de Luisiana y una densa niebla provocó que 158 vehículos chocaran entre sí el lunes por la mañana, informaron autoridades.
Veinticinco personas resultaron lesionadas, y el número de fallecimientos podría aumentar, ya que los rescatistas siguen retirando escombros y buscando a posibles víctimas, señaló la Policía Estatal de Luisiana en un comunicado de prensa por la noche.
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El gobernador John Bel Edwards solicitó donadores de sangre y pidió oraciones “por los heridos y muertos”.
En videos de los choques podía verse lo que parecía un depósito de chatarra interminable sobre la carretera interestatal 55 cerca de Nueva Orleans. Los vehículos estaban aplastados, incrustados debajo de otros, y algunos habían sido devorados por las llamas. Había muchas personas observando el desastre a la orilla de la vía rápida, mientras que otras aguardaban en sus automóviles a ser auxiliadas.
Christopher Coll, de 41 años, era uno de los conductores que esperaban en uno de los choques.
“Ya estaba pisando los frenos, disminuyendo la velocidad, cuando una camioneta F-250 se subió al remolque con el que trabajo y me llevó a dar un paseo”, le dijo Coll al periódico The Times-Picayune/The New Orleans Advocate.
Coll podía oler el humo mientras escuchaba a otros conductores gritar pidiendo ayuda y los sonidos de automóviles que chocaban y neumáticos que reventaban. Pudo abrir a patadas la puerta del lado del pasajero para escapar, y luego ayudó a otras personas, incluida una que extrajo a través de una ventana de un auto.
Se produjo un embotellamiento de kilómetros en ambas direcciones de la carretera interestatal 55. La falta de visibilidad también obligó a cerrar partes de la carretera I-10 y de la Carretera Elevada del Lago Pontchartrain en ciertos momentos.