RÍO DE JANEIRO (AP) — El borrador de un reporte legislativo sobre la insurrección del 8 de enero en Brasil presentado el martes acusa al expresidente Jair Bolsonaro de ser el autor intelectual del alzamiento y recomienda se le acuse penalmente de intentar un golpe de Estado.
El informe de la senadora Eliziane Gama es producto de meses de audiencias de un comité que investiga el alzamiento en Brasilia, y cita algunas pruebas que son del dominio público. Propone acusar a Bolsonaro de buscar el derrocamiento violento del gobierno democrático, entre otros cargos.
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Bolsonaro, que perdió su intento de reelección el año pasado, ha negado toda participación en los tumultos, que tuvieron lugar después de su partida discreta a Florida y su negativa a asistir a la juramentación de su sucesor, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Un panel de 32 legisladores —en su mayoría aliados de Lula— deben votar sobre el informe el miércoles y parece probable que aprobarán la medida, que serviría de recomendación a los fiscales.
El 8 de enero pasado, una semana después de la juramentación de Lula, miles de partidarios de Bolsonaro que se negaban a aceptar su derrota tomaron por asalto las sedes del Congreso, el Tribunal Supremo Federal y el palacio presidencial. Saltaron barricadas, se treparon a los techos, rompieron ventanas e invadieron los edificios.
Muchos observadores conjeturaron en el momento que se trataba de un esfuerzo coordinado para derrocar a Lula y que no podría haber ocurrido sin complicidad de elementos de las fuerzas armadas y la policía. El informe de Gama coincide con esas denuncias y da un paso más al nombrar a Bolsonaro como cabecilla.
“Jair Bolsonaro y quienes lo rodeaban estaban enterados de esto”, dijo Gama al leer su informe de 1.100 páginas en el Senado. “Comprendían la violencia y la magnitud de las manifestaciones. Frecuentaban los mismos grupos en redes sociales. Alentaban y alimentaban la rebelión y la insatisfacción. Agregaban deliberadamente combustible al fuego encendido por ellos”.
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Bolsonaro había azuzado entre sus seguidores acérrimos la idea que el sistema electrónico de votación era vulnerable al fraude, aunque nunca presentó pruebas de ello.
En una de las audiencias más seguidas de la investigación, un hacker brasileño afirmó que Bolsonaro, cuando todavía estaba en el poder, le había pedido que se infiltrara en el sistema de votación electrónica nacional para exponer sus supuestas debilidades antes de las elecciones presidenciales del 30 de octubre de 2022. Bolsonaro reconoció que él y el hacker hablaron, pero niega la acusación de que él solicitara la infiltración.
Además de Bolsonaro, la lista de acusaciones propuestas por Gama también apunta a decenas de personas.
Entre ellos figura el general Braga Netto, que fue ministro de Defensa de Bolsonaro y luego su compañero de fórmula. También están en la lista Anderson Torres, exministro de Justicia y secretario de Seguridad Pública de Brasilia; el exministro de Seguridad Institucional, el general Augusto Heleno; y el exjefe del Estado Mayor, el general Luiz Eduardo Ramos.
La policía federal investiga por separado el papel de Bolsonaro en la instigación de la revuelta del 8 de enero.
El incendiario conservador perdió su intento de reelección frente a Lula, su némesis político de izquierda, que obtuvo el 50,9% de los votos. Fue el resultado electoral más ajustado desde el retorno de Brasil a la democracia en 1985, tras dos décadas de régimen militar.
Desde entonces, Bolsonaro ha huido del foco de atención. Primero permaneció refugiado en la residencia presidencial y luego, en vísperas de la toma de posesión de Lula, se marchó a Orlando, Florida, y permaneció allí durante meses. Su partido había conseguido más escaños en el Congreso que ningún otro, pero su futuro líder estaba prácticamente en silencio. Y Bolsonaro no tardó en estar en el punto de mira de otras investigaciones.
La policía federal denunció en agosto que Bolsonaro recibió dinero en efectivo de la venta de casi 70.000 dólares de dos relojes de lujo que recibió como regalo de Arabia Saudí mientras ocupaba el cargo. Los agentes allanaron los domicilios y oficinas de varias personas supuestamente implicadas en el caso, entre ellas un general de cuatro estrellas del ejército.
Bolsonaro ha negado haber cometido algún delito relacionado con los regalos.
En junio también se le prohibió presentarse a las elecciones hasta 2030, después de que un panel de jueces concluyera que había abusado de su poder y arrojado dudas infundadas sobre el sistema de votación del país.
En 2021, un informe de investigación dirigido por el Senado instó a que Bolsonaro fuera acusado de crímenes contra la humanidad por la presunta negligencia en la respuesta del país al COVID-19 y por contribuir a que Brasil fuera el segundo país del mundo con mayor número de muertos por la pandemia. No se han presentado cargos en este sentido.