La demanda por fraude que podría costarle al expresidente Donald Trump el control de algunas de sus propiedades más preciadas fue a juicio el lunes, y los abogados del estado de Nueva York prometieron hacerlo rendir cuentas al tiempo que él denunciaba el caso como una “estafa” por motivos políticos
El caso civil, presentado por la secretaria de Justicia de Nueva York, Letitia James, acusa al magnate y empresario convertido en político y a su compañía de engañar a bancos, aseguradoras y otros al tergiversar habitualmente su riqueza en los estados financieros.
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“Mintieron año tras año tras año”, subrayó Kevin Wallace, abogado de la fiscalía estatal, en su discurso de apertura cuando Trump permanecía sentado frente a la mesa de la defensa. Miró al frente, con los brazos cruzados, de espaldas a la pantalla que mostraba detalles de la presentación de Wallace.
El abogado defensor Christopher Kise, en su discurso de apertura, dijo que los estados financieros eran ciertos y sugirió que la prueba estaba en el resultado de la carrera empresarial de Trump.
“Ha hecho una fortuna, literalmente, teniendo razón en cuanto a las inversiones inmobiliarias”, dijo Kise.
Trump se presentó voluntariamente al juicio, que le podría costar el control de la Trump Tower y otras preciadas propiedades.
“Esta es la continuación de la mayor cacería de brujas en toda la historia”, aseveró Trump al llegar al tribunal en Nueva York.
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“Es una estafa, es una mentira”, añadió el exmandatario, reiterando sus afirmaciones de que la demanda entablada por James es un intento político de impedir que regrese a la presidencia.
“Lo que hay aquí es un intento de perjudicarme en una elección”, dijo Trump, añadiendo: “No creo que el pueblo estadounidense lo vaya a tolerar”.
Trump alejó la mirada, con gesto de desprecio, cuando James le pasó enfrente para entrar a la sala.
El juez Arthur Engoron ya ha fallado que Trump cometió fraude en sus transacciones empresariales. Es un juicio sin jurado, por lo cual el mismo Engoron decidirá sobre las otras seis acusaciones incluidas en la demanda.
James, quien es demócrata, exige el pago de 250 millones de dólares en penalidades y que se le prohíba a Trump hacer negocios en Nueva York. El fallo del juez la semana pasada, si se ratifica tras una apelación, podría obligar a Trump a deshacerse de propiedades como la Trump Tower, un edificio de oficinas en Wall Street, campos de golf y una mansión en los suburbios de la ciudad.
Trump, quien lidera las encuestas para ser el candidato presidencial republicano en las elecciones de 2024, niega haber cometido ilegalidad alguna. Afirma que James y el juez están subvalorando propiedades como Mar-a-Lago, y que no importa lo que él haya dicho en los documentos financieros porque éstos contenían un pie de página en que se advierte que no se debe confiar en ellos.
El juicio por fraude en Nueva York podría extenderse hasta diciembre, señaló Engoron.