La participación de militares rusos en desfile militar para conmemorar el inicio de la lucha por la independencia de México desató nuevas críticas sobre la postura del país ante la invasión rusa a Ucrania.
En el desfile, también intervinieron representaciones de China, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Venezuela, entre otros, pero la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de invitar a una delegación de Rusia al evento generó airadas reacciones.
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Por un lado, la embajadora de Ucrania en México, Oksana Dramaretska, afirmó que el acto conmemorativo se vio “mancillado” por los militares rusos porque “sus botas y manos de criminales de guerra están manchadas de sangre”.
“¿Cómo de coherente es, señor Andrés Manuel López Obrador, su política de neutralidad y su condena de la agresión contra mi país?”, se preguntó Dramaretska en un mensaje publicado en X, conocida anteriormente como Twitter.
También, el senador independiente Emilio Álvarez Icaza se sumó a las críticas y expresó, en su cuenta de la red social, que “miles de ucranianos muertos bajo bombardeos rusos, y hoy el ‘humanismo mexicano’ se coloca del lado de Putin el invasor”, refiriéndose al presidente de Rusia Vladímir Putin.
Aunque López Obrador ha defendido en reiteradas ocasiones la neutralidad de México frente a la guerra en Ucrania, algunos acusan al mandatario de tener preferencia por Rusia.
Por ejemplo, México tardó en expresar una postura clara de rechazo a la invasión rusa a Ucrania y se negó apoyar cualquier sanción sobre Rusia que no fuera aprobada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, lo que alimentó las dudas sobre la neutralidad del país latinoamericano ante el conflicto bélico.
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El mandatario mexicano también cuestionó los envíos de armas y dinero de Estados Unidos y otros países a Ucrania, y propuso la creación de un comité internacional para promover un diálogo y lograr la paz en Ucrania.
Las celebraciones por la independencia coincidieron con la extradición a Estados Unidos de Ovidio Guzmán López, hijo del exlíder del cártel de Sinaloa Joaquín “El Chapo” Guzmán, lo que restó reflectores a los actos oficiales.
En medio del silencio de las autoridades mexicanas por la extradición de Guzmán López para enfrentar cargos de narcotráfico en una corte estadounidense, López Obrador encabezó el acto militar que se inició en el zócalo capitalino. Durante la ceremonia el gobernante solo estuvo acompañado de su esposa, algunos miembros de su equipo y el alto mando militar.
Cerca de la medianoche, López Obrador inició los festejos con un acto desde un balcón del Palacio Nacional, donde tocó una campana para conmemorar el 213 aniversario del inicio de la independencia de México de España. Cada año, se recuerda así el llamado a las armas — el llamado “Grito de Independencia” — que hizo Miguel Hidalgo para comenzar, en 1810, una lucha que culminó en 1821.
En el estado norteño de Sinaloa, los actos se desarrollaron en medio de tensión por temor a posibles represalias de los miembros del cartel de Sinaloa por la extradición de Guzmán López, uno de los líderes de una facción del grupo.
Por otro lado, gobernador de la entidad, Rubén Rocha Moya, dijo a la prensa que no había indicaciones especiales para reforzar la seguridad en el estado, pero agregó que las autoridades se mantendrían alerta ante cualquier eventualidad.
En los actos oficiales en la capital del país, los grandes ausentes fueron los miembros de la Suprema Corte de Justicia y del Congreso, rompiendo una tradición de que los representantes de los poderes públicos participen en las celebraciones.
López Obrador había adelantado a mediados de semana que el acto sería austero y que no invitaría a los miembros del alto tribunal debido a la mala relación que mantiene con el organismo, al que ha señalado de incurrir en actos de corrupción y representar a la “oligarquía” y a la “delincuencia de cuello blanco”.
Las relaciones entre el gobierno y la Suprema Corte de Justicia se han deteriorado en los últimos meses luego que el máximo tribunal invalidó el traspaso de la Guardia Nacional al Ejército y una reforma electoral que contemplaba la reducción de la estructura del Instituto Nacional Electoral, dos iniciativas impulsadas por López Obrador.
Francisco Burgoa, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Nacional Autónoma de México, dijo a The Associated Press que la decisión de López Obrador de no invitar a los ministros deja al descubierto el “enfrentamiento abierto” que tiene con el poder judicial. Además, afirmó que la situación continuará durante 2024, en plena campaña electoral, cuando indicó que el mandatario apostará todo su capital político para cambiar los ministros de la corte y los magistrados electorales.
“Lamentablemente, es más su deseo de sobreponerse o anteponerse al Poder Judicial que ejercer sus funciones como presidente”, agregó Burgoa.