El recién elegido Congreso de los Diputados en España aprobó el jueves por mayoría elegir una candidata socialista como presidenta de la cámara, un impulso a las aspiraciones del presidente del gobierno en Funciones, Pedro Sánchez, de formar un nuevo gobierno de izquierdas.
Francina Armengol ganó la crucial votación con 178 votos en la cámara de 350 diputados, frente a los 139 del candidato de la principal formación conservadora, el Partido Popular.
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Era la primera votación parlamentaria desde las elecciones del 23 de julio, que no dejaron una vía clara para formar un gobierno. Los partidos de izquierda y derecha tienen casi los mismos escaños.
Está por ver si Sánchez puede reunir el mismo apoyo si el rey le encarga formar gobierno. Si no es el caso, podrían convocarse nuevas elecciones.
El parlamento también tenía previsto votar sobre los ocho miembros de la mesa del Congreso, un organismo que marca la agenda de las sesiones parlamentarias.
Armengol ganó con 14 votos de dos partidos separatistas de la región nororiental de Cataluña, incluidos siete de Junts, un partido independentista catalán radical liderado por el político prófugo Carles Puigdemont, que reside en Bruselas tras huir de España después de su intento de secesión en 2017.
Junts se apresuró a señalar que el voto sólo era sobre la presidencia de la cámara y no indicaba si el partido apoyaría a Sánchez.
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En ese caso, Puigdemont, que enfrenta cargos penales en España, estaría en posición privilegiada de influencia sobre el rumbo de la política española durante los próximos cuatro años, lo que la convertiría en una legislatura en constante suspenso.
Además de Junts, los socialistas de Sánchez, el grupo de centroizquierda Sumar y cuatro partidos más pequeños suman 171 escaños. El PP, que fue el más votado en las elecciones del mes pasado, el grupo de ultraderecha Vox y un partido más pequeño pueden reunir los mismos 171 escaños. Una mayoría absoluta requiere 176 escaños.
La derrota del PP que lidera Alberto Núñez Feijóo recalcaba el aislamiento de su partido en la cámara. Esa falta de aliados se debía principalmente a sus numerosos pactos en gobiernos locales y autonómicos con Vox, una formación considerada como tóxica por otros grupos del parlamento pero que es la tercera fuerza política del país.
Pero las opiniones de Puigdemont también son muy controversiales para muchos españoles.
El expresidente regional de Cataluña quiere que el próximo gobierno español le garantice que ayudará a cientos de separatistas que enfrentan problemas legales por su participación en el intento de secesión.
También quiere que Madrid autorice un referendo sobre la independencia de Cataluña.
Sánchez y sus rivales conservadores han descartado ese referendo. Sin embargo, el líder socialista ha indultado a varios separatistas destacados y reformado leyes para dar algo de alivio legal a los separatistas dentro de su estrategia para rebajar la tensión en Cataluña.
La próxima traba legal para formar un gobierno se presenta en los próximos días, cuando el rey Felipe VI comience sus consultas con los líderes de los principales partidos para ver quién tiene más opciones de formar un gobierno. Si ese candidato no logra el apoyo del Parlamento, comienza un periodo de cuenta atrás tras el que se convocarían nuevas elecciones.