Las cuadrillas de bomberos combatieron el fin de semana “remolinos de fuego” en la Reserva Nacional de Mojave, en California, cuando un enorme incendio forestal se adentraba en Nevada en medio de temperaturas peligrosamente altas y fuertes vientos.
El incendio York alcanzaba el lunes una superficie aproximada de 284 kilómetros cuadrados (120 millas cuadradas) y no estaba contenido. El fuego estalló el viernes cerca de la remota zona de Caruthers Canyon, en la vasta reserva natural, cruzó los límites del estado de Nevada el domingo y arrojó el humo hacia el este, al valle de Las Vegas.
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Las llamas arrastradas por el viento, de 6 metros (20 pies) de altura en algunos puntos, calcinaron decenas de miles de hectáreas de matorral desértico, enebro y bosque de árboles de Joshua, según una actualización del incidente.
Según el Servicio de Parques Nacionales, un remolino de fuego, a veces llamado tornado de fuego, es una “columna de fuego giratoria” que se forma cuando se combinan un calor intenso y vientos turbulentos.
Los vórtices -que pueden tener desde unos pocos metros de altura hasta varios cientos de metros, con diferentes velocidades de rotación- fueron detectados el domingo en el extremo norte del incendio York.
“Aunque su observación puede resultar fascinante, se trata de un fenómeno natural muy peligroso que puede producirse durante los incendios forestales”, escribió el servicio de parques.
Los equipos esperaban tener una visibilidad limitada debido al denso humo del incendio. Se sigue investigando la causa del incendio York.
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Al suroeste, el incendio Bonny arrasó unos 9,3 kilómetros cuadrados (3,6 millas cuadradas) en las escarpadas colinas del condado Riverside. El incendio estaba controlado en un 20 % el lunes.
Más de 1,300 personas tuvieron que evacuar sus hogares el sábado cerca de la comunidad de Aguanga, que alberga ranchos de caballos y bodegas de vino.
Un bombero resultó herido en el incendio.
El Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California informó en un comunicado que los fuertes vientos y la posibilidad de tormentas eléctricas hasta el martes aumentarán el riesgo de que el fuego vuelva a crecer.