En el verano de 2023 están cayendo récords meteorológicos uno tras otro.
Casi todas las grandes organizaciones de seguimiento del clima proclamaron que junio de este año ha sido el junio más caluroso de la historia. Posteriormente, el 4 de julio se convirtió en el día más caliente del mundo, aunque extraoficialmente, según el Reanalizador Climático de la Universidad de Maine. Rápidamente fue superado por las temperaturas del 5 y el 6 de julio. A continuación llegó la semana más calurosa, un poco más oficial, impresa en los libros por la Organización Meteorológica Mundial y la Agencia Meteorológica Japonesa.
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Con un verano de récords meteorológicos extremos dominando las noticias, meteorólogos y científicos dicen que récords como estos permiten vislumbrar el panorama general: un planeta que se calienta a causa del cambio climático. Es una imagen que aparece en los vibrantes rojos y morados que representan el calor en los mapas meteorológicos diarios en internet, los periódicos y la televisión.
Pero más allá de los mapas y las cifras hay daños reales que matan. Más de 100 personas han muerto en olas de calor en Estados Unidos e India en lo que va del verano boreal.
Los registros son cruciales para las personas que diseñan infraestructuras y trabajan en la agricultura porque necesitan planificar para los peores escenarios, dijo Russell Vose, director del grupo de análisis climático de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA por sus siglas en inglés). También preside un comité sobre registros nacionales.
Según la NOAA, en las últimas semanas se han batido o igualado casi 5.000 récords de calor y precipitaciones en Estados Unidos y más de 10.000 en todo el mundo. Tan sólo en las ciudades y pueblos de Texas se han superado 369 récords diarios de temperaturas máximas desde el 1 de junio.
Desde el año 2000, Estados Unidos ha batido el doble de récords de calor que de frío.
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“Los registros se remontan a finales del siglo XIX, y podemos ver que ha habido un aumento de las temperaturas década tras década”, dijo Gavin Schmidt, director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, guardián de los registros climáticos de la agencia. “Lo que está ocurriendo ahora ciertamente aumenta las posibilidades de que 2023 sea el año más cálido jamás registrado. Mis cálculos dejan entrever que hay, ahora mismo, una probabilidad del 50-50″.
Cuanto mayor sea la zona geográfica y el periodo de tiempo durante el que se establecen los récords, es más probable que las condiciones representen el cambio climático y no el clima diario. Así, es “extremadamente improbable” que el mes de junio más caluroso del mundo se produzca sin que el cambio climático tenga que ver, a diferencia del récord diario de una ciudad, dijo John Nielsen-Gammon, climatólogo del estado de Texas.
De todas formas, algunos datos locales son sorprendentes: el Valle de la Muerte se ha acercado este verano a la temperatura más alta de la historia moderna, aunque ese récord de 56,7 grados Celsius (134 Fahrenheit) está en disputa.
Recientemente, Phoenix acaparó los titulares entre las principales ciudades de Estados Unidos, cuando sumó su 19no día consecutivo de megacalor implacable: 43,3 ºC (110 ºF) o más. Y siguió avanzando, alcanzando posteriormente su 22do día consecutivo. El calor diurno se vio acompañado de una racha récord de noches en las que la temperatura nunca descendió de los 32,2 ºC (90 ºF).
“Todo el mundo se siente atraído por los extremos”, dijo Vose. “Es como el Libro Guinness de Récords. La naturaleza humana se siente atraída por las cosas extremas por curiosidad”.
Pero las cifras pueden ser imperfectas para comunicar lo que representan.
La comunidad científica “no tiene realmente el vocabulario para comunicar lo que se siente”, dijo Chris Field, científico del clima de la Universidad de Stanford, que copresidió un informe pionero de las Naciones Unidas en 2012, en el que se advertían los peligros del clima extremo debido al cambio climático.
“No me parece que capture el sentido humano, pero realmente subraya que vivimos en un mundo diferente”, dijo Field sobre los registros.
Natalie Mahowald, climatóloga de la Universidad de Cornell, señaló que las estadísticas son como pinceladas en una pintura sobre el clima mundial. No hay que obsesionarse con ninguna cifra concreta.
“Los detalles importan, por supuesto, pero lo que realmente importa, sobre todo para la pintura impresionista, es cuando se da un paso atrás y se observa todo lo que está ocurriendo”, dijo Mahowald.
Ella y otros climatólogos dicen que el calentamiento a largo plazo provocado por la quema de carbón, petróleo y gas natural es la principal causa del aumento de las temperaturas, junto con impulsos ocasionales de calentamiento natural provocado por El Niño en algunas zonas del Pacífico, como el que está experimentando el planeta este año.
El Niño es un calentamiento temporal natural de partes del Océano Pacífico que modifica los patrones meteorológicos en todo el mundo y añade un impulso adicional de calor. En junio se formó un fenómeno de El Niño, y los científicos dicen que éste parece fuerte. En los tres años anteriores, La Niña, la cara fría de El Niño, atenuó un poco el calor causado por el hombre.
Un El Niño especialmente fuerte hizo elevar las temperaturas globales en 1998, seguido de un menor calentamiento e incluso temperaturas estables durante unos años, hasta el siguiente gran fenómeno de El Niño, dijo Mahowald.
El clima no empeorará cada año y no debería convertirse en una expectativa común, pero se intensificará a largo plazo, explicó.
Richard Rood, de la Universidad de Michigan, solía publicar acerca de récords climáticos para Weather Underground, pero en 2014 se hartó de los nuevos extremos continuos y dejó de hacerlo.
“Creo que tenemos que alejarnos de ese tipo de sensacionalismo que bate récords a cierto nivel y centrarnos realmente en el trabajo duro”, dijo, refiriéndose a la necesidad de que la gente se adapte a un mundo más cálido y se tome en serio la reducción de las emisiones que causan un clima más cálido y extremo.
La NOAA hace un seguimiento de las observaciones meteorológicas desde decenas de miles de estaciones en todo Estados Unidos, y sus cálculos globales incorporan datos de más de 100.000 estaciones, explicó Vose.
Cuando esos registros arriban, la agencia verifica su calidad y calcula dónde encajan las cifras históricamente. El Centro Nacional de Información Ambiental de la NOAA, en Carolina del Norte, es el árbitro de los registros nacionales, mientras que las oficinas locales del Servicio Meteorológico Nacional se encargan de los de cada ciudad, señaló Vose.
Un comité internacional especial se ocupa de los récords mundiales y, en ocasiones, los científicos discrepan sobre la confiabilidad de los datos centenarios. Esos desacuerdos entran en juego en cuestiones como la determinación de la temperatura más alta registrada en la Tierra.
Validar los registros lleva tiempo. Debido a la acumulación de fenómenos meteorológicos extremos que analizar, las autoridades no han terminado de aprobar los registros de 54 ºC (130 ºF) de 2020 y 2021 en el Valle de la Muerte, dijo Vose.
“Nuestro trabajo principal es llevar la cuenta, es decir: ¿qué pasó? ¿Qué tan inusual fue?”, preguntó. “No es que nos alegre mucho decir que fue el año más cálido registrado. Otra vez”.
Lo que importa es el panorama general, dijo Victor Gensini, científico del clima de la Universidad del Norte de Illinois.
“Verlos todos juntos en el sentido agregado de la orquesta atmosférica”, dijo Gensini. “Hay muchos indicios claros de que no estamos viviendo en el mismo tipo de clima que antes”.
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Seth Borenstein está en Twitter como: @borenbears
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La cobertura climática y ambiental de The Associated Press recibe el apoyo de varias fundaciones privadas. La AP es la única responsable de todo el contenido.