Lluvias intensas acompañadas de inundaciones letales afectaron varios países el fin de semana y la semana pasada.
Se registraron varias decenas de muertos en regiones del centro y sur de Corea del Sur, incluida la región de Chongju, donde un paso a desnivel se inundó y varios conductores que quedaron atrapados en sus coches fallecieron ahogados.
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En Estados Unidos, las inundaciones cobraron cinco vidas en el municipio de Upper Makefield, Pensilvania, en el que continúa la búsqueda de dos niños desaparecidos. También se registraron anegaciones en partes de Nueva Hampshire, Massachusetts, Connecticut, Nueva York y Nueva Jersey este fin de semana que recién concluyó. El gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, declaró un estado de emergencia luego de que inundaciones y deslaves dejaron daños significativos.
La semana pasada se registraron inundaciones implacables en la India, Japón, China, Turquía y Estados Unidos.
Aunque las destructivas anegaciones están ocurriendo en distintas partes del mundo, los científicos atmosféricos aseguran que tienen algo en común: con el cambio climático se están formando tormentas en una atmósfera más cálida, lo que hace que las lluvias extremadamente intensas sean más frecuentes ahora. El calentamiento adicional que según los científicos se avecina sólo empeorará las cosas.
Eso se debe a que una atmósfera más cálida retiene más humedad, lo que resulta en tormentas con mayor precipitación que pueden tener consecuencias fatales. Los contaminantes, en particular el dióxido de carbono y el metano, están calentando la atmósfera. En lugar de permitir que el calor salga de la Tierra hacia el espacio, lo retienen.
Aunque el cambio climático no es la causa de que las tormentas traigan lluvias, estas tormentas se están formando en una atmósfera cada vez más caliente y húmeda.
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“Sesenta y ocho grados Fahrenheit (20 °Celsius) pueden retener dos veces más agua que 50 grados Fahrenheit (10 °C)”, dijo Rodney Wynn, del Servicio Meteorológico Nacional en Tampa Bay. “El aire caliente se expande y el aire frío se contrae. Uno puede pensar en ello como si se tratara de un globo: cuando se calienta, su volumen será mayor, y por lo tanto puede retener más humedad”.
Por cada grado Celsius (o cada 1,8 grados Fahrenheit) que se calienta la atmósfera, retiene aproximadamente 7% más humedad. Según la NASA, la temperatura promedio a nivel mundial ha aumentado al menos 1,1 °C (1,9 °F) desde 1880.
“Cuando se forma una tormenta eléctrica, el vapor de agua se condensa en gotitas de lluvia y cae de nuevo a la superficie. Así que a medida que estas tormentas se forman en ambientes más cálidos que tienen una mayor humedad, la cantidad de lluvia aumenta”, explicó Brian Soden, profesor de ciencias atmosféricas de la Universidad de Miami.
A lo largo de la costa montañosa y panorámica de Turquía sobre el Mar Negro, las fuertes lluvias desbordaron ríos y causaron daños en ciudades con inundaciones y deslaves.
Al menos 15 personas perdieron la vida debido a las inundaciones en otra región montañosa, en el suroeste de China.
“A medida que el clima se caliente, prevemos que las lluvias intensas se vuelvan más comunes; es una predicción muy sólida de los modelos climáticos”, añadió Soden. “No es sorpresivo ver que estén ocurriendo estos eventos, es lo que los modelos han estado pronosticando desde el primer día”.
Gavin Schmidt, climatólogo y director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, dijo que las regiones más afectadas por el cambio climático no son las que emiten la mayor cantidad de contaminantes que contribuyen al calentamiento del planeta.
“La mayor parte de las emisiones provienen de las naciones industrializadas de Occidente, y la mayor parte del impacto está ocurriendo en lugares que no cuentan con una buena infraestructura, que están menos preparados para (capear) extremos climáticos y no tienen formas reales de manejar esto”, subrayó Schmidt.
En las inundaciones de la semana pasada, algunas escuelas de Nueva Delhi se vieron obligadas a cerrar el 10 de julio debido a las intensas lluvias monzónicas que azotaron la capital de la India, con deslaves e inundaciones repentinas que dejaron al menos 15 muertos. Más al norte, el desbordamiento del río Beas arrasó con vehículos y anegó vecindarios enteros.
En Japón, lluvias torrenciales en el suroeste del país provocaron inundaciones y deslaves que cobraron la vida de dos personas y al menos dejaron a otras seis desaparecidas. La televisión local transmitió imágenes de casas dañadas en la prefectura de Fukuoka, y las aguas fangosas del desbordado río Yamakuni parecían poner en peligro un puente en el poblado de Yabakei.
En el condado Ulster, en el Valle Hudson de Nueva York, y en Vermont, algunas personas aseguraron que no habían visto inundaciones de tal magnitud desde la devastación que causó el huracán Irene en 2011.
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La cobertura climática y ambiental de The Associated Press recibe el apoyo de varias fundaciones privadas. La AP es la única responsable de todo el contenido.