CIUDAD DE GUATEMALA (AP) — Los dos candidatos que disputarán la presidencia de Guatemala en una segunda vuelta el 20 de agosto, Sandra Torres y Bernardo Arévalo, arrancaron el sábado sus campañas, mientras cientos de guatemaltecos exigían la renuncia de la fiscal general Consuelo Porras, a quién señalan de judicializar la política y poner en riesgo la estabilidad del país.
Por tercer día consecutivo numerosos inconformes con banderas de Guatemala y carteles de repudio a Porras se congregaron frente a la sede del Ministerio Público en la zona uno de la capital por considerar que actuó en contra del partido Movimiento Semilla, al que pertenece Arévalo.
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“Es la fiscal más nefasta de la historia, su administración intenta sacar a Semilla de la contienda, nunca vieron como una amenaza a Semilla hasta que pasaron a segunda vuelta, ahora los persigue judicialmente”, dijo el manifestante Edward Gómez, de 26 años.
El jueves, la Corte de Constitucionalidad puso fin a la incertidumbre al otorgar un amparo provisional al partido Semilla luego de que un juez intentara a petición del fiscal Rafael Curruchiche suspender la personería jurídica de esa organización política.
En 2021, el gobierno estadounidense sancionó a Curruchiche y le prohibió entrar en Estados Unidos al acusarlo de obstaculizar la lucha anticorrupción y socavar la democracia en la nación centroamericana.
Cuando faltaban 50 minutos para que el Tribunal Supremo Electoral anunciara oficialmente que Torres y Arévalo irían al balotaje por haber captado el mayor número de votos, Curruchiche anunció en un video la decisión del juez Fredy Orellana de frenar la participación del Semilla y su abanderado, en una decisión que causó el repudio nacional e internacional.
La ley guatemalteca establece que en los comicios para presidente y vicepresidente si ninguna de las fórmulas obtiene el 50% más uno de los votos válidos, las dos que hayan logrado la mayor votación disputarán la segunda ronda. Torres captó el 15.8 % de los votos válidos y Arévalo el 11.7%.
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El sábado, Arévalo llamó a sus simpatizantes a votar por él ofreciendo que pondrá fin a la corrupción que según él impera en las instituciones del Estado y que ha provocado hartazgo entre la población.
Dijo a sus seguidores en el departamento de Totonicapán, en el occidente del país, donde la mayoría es indígena y campesina, que “el movimiento Semilla necesita al pueblo para gobernar, para poder transformar el país; no será fácil, porque son siglos de opresión, de discriminación, de racismo para la población”.
Torres, exprimera dama postulada por el partido Unidad Nacional de la Esperanza, por su parte, señaló que retoma el sábado su campaña luego de haberla suspendido debido a las acciones judiciales contra Semilla y por considerar que no estaba compitiendo en condición de igualdad. También instó a que se realizara la segunda vuelta como estaba previsto.
Torres se reunió con un pequeño grupo de partidarios y les pidió su voto en el municipio de San José Pinula, en el departamento de Guatemala.
La candidata dijo que varios líderes locales de otros partidos políticos se habían unido a su proyecto en apoyo a su campaña.
“Es el proyecto que va a salvar a Guatemala, la UNE es un proyecto de nación que respeta la vida desde su concepción, que respeta y protege a la familia; conmigo sus hijos van a estar protegidos”, dijo Torres.
Úrsula Roldán, analista política y actual directora del Instituto de Ciencias Socio Humanistas de la Vicerrectoría de Investigación y Proyección de la Universidad Rafael Landívar, señaló que está en juego “el último bastion” en referencia al proceso electoral.
El pueblo “ha votado pacíficamente, lo ha hecho de una manera contundente, la ciudadanía es muy consciente hasta donde deberíamos caminar, tiene su propio poder que es la participación en las urnas, la participación en la movilización pacífica”, destacó.