El ministro de Industria de Japón visitó el lunes la planta nuclear de Fukushima que fue afectada por un sismo y tsunami en 2011 para inspeccionar equipos que serán usados para liberar aguas radiactivas tratadas al Océano Pacífico mientras manifestantes, muchos de ellos de Corea del Sur, protestaban en contra del plan.
El gobierno japonés defendió la neutralidad de un reporte del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) sobre el plan de liberar las aguas, según el cual el proyecto cumple con los estándares de seguridad internacionales. El gobierno además negó denuncias de que Japón presionó a la agencia para que publique un informe favorable.
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El ministro de Economía e Industria, Yasutoshi Nishimura, visitó la Planta Nuclear Fukushima Daiichi el lunes en la mañana para inspeccionar los equipos, como el sistema de cierre de emergencia, días después de que la autoridad regulatoria japonesa otorgó el permiso al operador de planta para liberar las aguas, y el OIEA dijo que el impacto ambiental será mínimo.
El gobierno y el operador de la planta, Tokyo Electric Power Company Holdings (TEPCO), han tenido dificultades para manejar la enorme cantidad de agua contaminada procedente de los reactores malogrados, que ha sido filtrada y almacenada en tanques. Desean liberar el agua al océano tras más tratamientos y diluciones en agua salada lo que, según dicen, la hará incluso más segura de lo que estipulan los estándares internacionales.
El gobierno y TEPCO dicen que el agua debe ser extraída para evitar filtraciones accidentales y preparar el cierre de la planta. Esperan poder empezar a liberar el agua este verano.
El plan se ha topado con la oposición de organizaciones pesqueras japonesas, que temen por la reputación de sus mariscos. Hay grupos en Corea del Sur y China que también han expresado inquietudes.
El lunes, docenas de manifestantes, entre ellos legisladores y activistas surcoreanos, protestaron frente a la oficina del primer ministro, sujetando carteles que decían “No lancen agua radiactiva y contaminada al mar”.
Ju Cheol Hyeon, un legislador surcoreano, dijo que Japón debe pedir disculpas al mundo por liberar “los desechos nucleares provenientes del desastre de Fukushima al mar” y exigió una cancelación inmediata del plan.