La secretaria del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), Anais Rodríguez, afirmó que actualmente en Puerto Rico existen alrededor de 83 mil embarcaciones y que no hay vigilantes suficientes para vigilar a los navegantes que como ocurrió el pasado 4 de julio inundaron varias playas.
Sus expresiones surgen luego de un video publicado en las redes sociales donde se ven múltiples embarcaciones específicamente en la playa Puerto Nuevo en Vega Baja, sin embargo esto suele ocurrir en otras zonas como los cayos del área este y otras partes como Aguadilla. Según Rodríguez, el Cuerpo de Vigilantes del DRNA emitió multas a varias embarcaciones que se aglomeraron en Vega Baja.
PUBLICIDAD
“El Cuerpo de Vigilantes estuvo en dos turnos en esa área y multaron a muchas personas en el día del 4 de julio por falta de cumplimiento con las leyes de navegación en Puerto Rico”, expresó Rodríguez.
Rodríguez indicó que hasta el momento se esta dialogando sobre regular la capacidad de embarcaciones por los cuerpos de agua. Sin embargo, se tienen que realizar los estudios necesarios para llevar a cabo este tipo de regulación.
Preocupante el deterioro acelerado de la calidad ambiental en La Parguera
Un grupo de científicos del Departamento de Ciencias Marinas del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR) alertaron en febrero de este año sobre el deterioro acelerado de la calidad ambiental y el estado de comunidades marinas que forman el ecosistema de la reserva natural de La Parguera en Lajas.
“Los arrecifes de coral, las praderas de hierbas marinas y los manglares de la RNLP muestran un deterioro acelerado, consecuencia de una combinación letal entre el calentamiento global y las actividades humanas incontroladas. El incremento en la frecuencia e intensidad de tormentas, enfermedades de arrecifes y arribadas de sargazo en el área son problemas naturales que no podemos controlar, pero si podemos reducir el impacto de las actividades humanas”. La Parguera ha sido un atractivo turístico por muchos años debido a su cercanía a áreas de esparcimiento protegidas por el ecosistema arrecifal más desarrollado de Puerto Rico. Luego del huracán María, durante y después de la pandemia, se ha observado un incremento significativo en el número de visitantes, de hospederías, de embarcaciones, de guarderías, restaurantes, y de personas que visitan el pueblo, los cayos y otras áreas de la RNLP durante la semana y principalmente, todos los fines de semana”, y la falta de vigilancia de las agencias oficiales indicó el doctor Ernesto Weil, catedrático y director del DCM, y especialista de arrecifes coralinos.