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Temen retroceso en igualdad racial en Estados Unidos con últimos fallos de Corte Suprema

La Corte Suprema eliminó la llamada Acción Afirmativa

Corte Suprema en Washington
Corte Suprema en Washington Un grupo de personas protestan contra la injusticia racial frente a la Corte Suprema en Washington, el 31 de octubre de 2022. (Foto AP /J. Scott Applewhite) (J. Scott Applewhite/AP)

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Como estudiante negra criada por una madre soltera, Makia Green cree que se benefició con un plan que daba ventajas a estudiantes de no blancos provenientes de hogares con dificultades económicas cuando ella pudo ingresar a la Universidad de Rochester hace más de una década.

Pero aún debía un poco más de 20.000 dólares de su préstamo estudiantil y contaba con que la condonación prometida por el presidente Joe Biden eliminaría casi toda la deuda.

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La Corte Suprema, sin embargo, desmanteló el plan de condonación y además el jueves eliminó la llamada Acción Afirmativa, una política gubernamental vigente desde hace décadas que garantizaba la igualdad de oportunidades a todos sin distinción de raza, sexo, edad, religión u orientación sexual.

Las dos disposiciones ayudaban sobre todo a los estudiantes negros. Para Green y mucha gente no blanca, su anulación refleja una reacción más amplia contra el avance racial en la educación superior.

“Siento que la gente trabajadora ha sufrido mucho… yo he sufrido mucho”, expresa Green, quien es una activista comunitaria. “Una pandemia, una insurrección, una recesión, el aumento del costo de la vida. Merecía algo de alivio”.

Las sentencias también tendrían consecuencias políticas para Biden, ya que toda una generación de votantes jóvenes no blancos había creído en su promesa de campaña de que condonaría la deuda.

“A pesar del trastorno del fallo de hoy, exigimos que el gobierno de Biden cumpla su promesa de condonar la deuda estudiantil”, declaró el presidente de la NAACP, la organización que defiende los derechos civiles de la gente no blanca, Derrick Johnson. “Siempre se ha considerado a la educación un camino hacia la riqueza generacional, la liberación económica y la realización del sueño americano. Digámoslo claramente: la deuda estudiantil mata el sueño”.

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El plan presidencial condonaba hasta 10.000 dólares de la deuda federal de los beneficiarios de préstamos y hasta 20.000 para beneficiarios de los subsidios Pell, otorgado a los estudiantes de menores ingresos. Se habría eliminado la mitad de la deuda federal promedio de cada estudiante negro o hispano, según la Casa Blanca.

Seis estados gobernados por republicanos cuestionaron si el presidente, que es demócrata, tenía autoridad para condonar la deuda. El viernes, la Corte Suprema sentenció que el gobierno necesitaba el respaldo del Congreso para aplicar un plan tan costoso.

El viernes, Biden anunció un nuevo plan de condonación con un fundamento distinto del que fue anulado horas antes. Se basa en una cláusula de la Ley de Educación Superior que permite al secretario de Educación condonar los préstamos. Es probable que el nuevo plan también enfrente impugnaciones legales.

En los casos de Acción Afirmativa, la Corte estudió los criterios de admisión basados en la raza que muchas universidades han aplicado durante décadas para fomentar la diversidad racial en su alumnado. Las demandas fueron presentadas por un activista de derecha con el fundamento de que la Constitución prohíbe emplear el criterio de raza en las admisiones universitarias.

En conjunto, los casos son desastrosos para los estadounidenses negros, opinó el reverendo Al Sharpton, un destacado activista de los derechos civiles.

“La realidad es que la raza es un factor en las admisiones, desde el preescolar hasta el posdoctorado y las instituciones acaban de ver cómo se proscribe su mejor herramienta para la imparcialidad”, declaró Sharpton.

Con respecto a los préstamos, Sharpton dijo que “a generaciones de jóvenes negros se les vendía la idea de que la educación superior era un camino para salir de la pobreza, sólo para quedar agobiados bajo el peso aplastante de una deuda que jamás les permite ver realizados sus sueños”.

Los dos casos se centraron en medidas para remediar disparidades raciales en el acceso a la educación superior, ya que los prestatarios negros se endeudan desproporcionadamente más que otros para poder pagar la universidad, advierte Dominique Baker, profesora de Políticas Educativas en la Universidad Metodista del Sur.

Luego de períodos de cambio y progreso social se suele producir una reacción al progreso racial, afirma Baker. En un estudio publicado en 2019, Baker halló que los estados tendían más a proscribir la Acción Afirmativa cuando bajaban las inscripciones de blancos en las universidades prestigiosas.

“Estas son herramientas legales cuyo objetivo explícito es reducir el poder de la supremacía blanca”, señala Baker. Se puede considerar que las dos demandas “son una reacción contra dos intentos de avanzar hacia la justicia racial”.

Green, que creció en un hogar de bajos ingresos en Harlem, Nueva York, se recibió de Rochester con una deuda federal de unos 40.000 dólares. Se le condonó una parte al servir como voluntaria en la agencia de acción comunitaria AmeriCorps y siguió reduciéndola con el pago de cuotas mensuales hasta que el gobierno puso en pausa los pagos debido a la pandemia. Los pagos se reanudarán el 1 de octubre.

Green dice que las dos sentencias están relacionadas con ataques de la derecha hacia los programas de diversidad, equidad e inclusión. Los detractores dicen que la oposición a esos programas está arraigada en el cuestionamiento de la justicia y en la insatisfacción de los blancos con el progreso de las personas no blancas.

“Esto es obra de los supremacistas blancos”, asevera Green. “Es una táctica a largo plazo de grupos conservadores de tendencia supremacista blanca para limitar el acceso de la gente negra a la educación con el fin de controlarnos y oprimirnos”.

En las décadas de 1960 y 1970, muchas universidades elaboraron planes de acción afirmativa frente al hecho de que muchas instituciones de mayoría blanca tenían problemas para atraer gente de sectores históricamente en desventaja y marginados. También se elaboraron planes para promover una mayor inclusión de mujeres.

Desde fines de la década de 1970, la Corte Suprema ratificó en tres ocasiones la Acción Afirmativa en las admisiones universitarias, con el argumento de que las instituciones tienen un interés apremiante en remediar la discriminación pasada que excluía a los estudiantes no blancos de la educación superior. Los jueces aceptaron también el argumento de que la diversidad promovía la comprensión entre las razas.

Algunos estudiantes y activistas expresaron temor por el efecto del fallo sobre la diversidad en las universidades.

Tarina Ahuja, estudiante de último año en Harvard, dijo que ser parte de un estudiantado diverso ha sido un aspecto crucial de sus estudios. Recordó clases en las cuales los estudiantes hablaron de sus experiencias en asuntos como la violencia policial, el colonialismo y el movimiento sindical, discusiones que no habrían tenido el menor valor si no fuera por la amplia gama de vivencias.

Anticipando un fallo contra las admisiones con conciencia racial, algunas universidades han pensado agregar más ensayos de ingreso para tener un panorama más amplio de los antecedentes del solicitante, un enfoque que la sentencia del jueves parece apoyar. Otras planean reclutar en zonas de diversidad racial, pero en los estados que ya han vedado la Acción Afirmativa, los esfuerzos similares de ciertas universidades no han podido mantener la diversidad lograda.

Jonathan Loc, estudiante de posgrado en Harvard que ayudó a organizar conferencias en apoyo a la Acción Afirmativa, dijo que para los estudiantes no blancos es imposible hablar sobre sus vidas sin mencionar la raza, ya sea para explicar las penurias que han sufrido o para expresar orgullo en su patrimonio cultural.

“Yo crecí como hijo de refugiados en una comunidad de bajos ingresos y una familia de madre soltera agobiada por el mito de la minoría modelo”, afirma. “Pero creo que esa narrativa me ayuda a ser un estadounidense de ascendencia asiática enfocado en la justicia racial, enfocado en asegurar que cada uno que tenga una historia particular relacionada con su origen racial o cualquier origen se haga oír”.

Será importante para las universidades encontrar la manera de demostrar que ven a los estudiantes como algo más que un número en un papel, advierte Damon Hewitt, presidente y director ejecutivo del Comité de Abogados por los Derechos Civiles bajo la Ley.

“Es necesario que las instituciones digan, ‘Vean, la Corte dice que no podemos tener en cuenta la raza, pero nosotros los vemos’”, añade Hewitt, cuya organización defendió la Acción Afirmativa ante la Corte Suprema en octubre.

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