En una derrota por los derechos de la comunidad LGBTQ+, la mayoría conservadora de la Corte Suprema dictaminó el viernes que un artista gráfico cristiano que quiera diseñar sitios web de bodas puede negarse a trabajar con parejas del mismo sexo. Uno de los jueces liberales de la corte escribió en su disidencia que el efecto de la decisión es “marcar a los gays y lesbianas como de segunda clase” y que abre la puerta a otra discriminación.
El tribunal dictaminó 6-3 a favor de la diseñadora Lorie Smith a pesar de una ley de Colorado que prohíbe la discriminación por orientación sexual, raza, género y otras características. Smith había argumentado que la ley viola sus derechos de libertad de expresión.
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Los oponentes de Smith advirtieron que una victoria para ella permitiría que una variedad de negocios discriminen, negándose a atender a clientes negros, judíos o musulmanes, parejas interraciales o interreligiosas o inmigrantes. Pero Smith y sus partidarios habían dicho que un fallo en su contra obligaría a los artistas, desde pintores y fotógrafos hasta escritores y músicos, a realizar un trabajo que va en contra de sus creencias.
El juez Neil Gorsuch escribió para los seis jueces conservadores de la corte que la Primera Enmienda “concibe a Estados Unidos como un lugar rico y complejo donde todas las personas son libres de pensar y hablar como deseen, no como exige el gobierno”. Gorsuch dijo que la corte ha sostenido durante mucho tiempo que “la oportunidad de pensar por nosotros mismos y expresar esos pensamientos libremente es una de nuestras libertades más preciadas y parte de lo que mantiene fuerte a nuestra República”.
En una disidencia, la jueza Sonia Sotomayor, de origen puertorriqueño, escribió: “Hoy, la Corte, por primera vez en su historia, otorga a un negocio abierto al público el derecho constitucional de negarse a atender a miembros de una clase protegida”. A ella se unieron los otros dos liberales de la corte, la jueza Elena Kagan y el juez Ketanji Brown Jackson.
Sotomayor dijo que la lógica de la decisión “no puede limitarse a la discriminación por orientación sexual o identidad de género”. Un diseñador de sitios web podría negarse a crear un sitio web de bodas para una pareja interracial, un papelero podría negarse a vender un anuncio de nacimiento para una pareja discapacitada y una gran tienda minorista podría limitar sus servicios de retratos a familias “tradicionales”, escribió.
“Nefasta decisión”
En Puerto Rico, el activista de derechos humanos Pedro Julio Serrano, calificó de nefasta la decisión del Supremo federal,
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“Esta decisión es nefasta y pone en peligro a millones de personas LGBTQ+ en Estados Unidos y Puerto Rico. Básicamente, el Tribunal Supremo de Estados Unidos otorgó una licencia para discriminar a las personas LGBTQ+, creando una ciudadanía de segunda categoría que pone en peligro la salud, la seguridad y el bienestar de nuestra gente”, aseveró Serrano.
El portavoz de Puerto Rico Para Todes destacó la opinión disidente de la jueza Sonia Sotomayor. Apuntó que Sotomayor argumentó que la ley de no discrimen “regula la conducta, no la expresión; por lo que el acto de discriminar nunca ha sido una expresión protegida bajo la Primera Enmienda”.
“Aunque es una decisión que ciertamente afecta la paz, la equidad y la dignidad de las personas LGBTQ+, seguiremos luchando para garantizar que todos nuestros derechos sean protegidos y reconocidos en todos los espacios. Esta lucha no dará ni un paso atrás y lucharemos hasta lograr la equidad”, concluyó Serrano.