Diversas son las situaciones complejas que suelen afrontar las personas desplazadas, víctimas de circunstancias forzosas; padecen problemas físicos y psicológicos como estrés postraumático y ansiedad.
Asimismo, sufren depresión. De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU), “les hacen más vulnerables a desarrollar problemas mentales y comenzar a usar drogas”.
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El último informe de la organización lo mencionó. “En el primer semestre del año pasado se alcanzó la cifra récord de cien millones de desplazados en todo el mundo (…)”, señaló la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD) en Informe Mundial sobre estupefacientes de 2023.
La droga en la personas desplazadas
En el análisis subrayó que se ha convertido en todo un reto el hecho de “(…) evitar y tratar los trastornos por el uso de drogas en ese grupo”.
Debido a ello, la “situación obliga a una inversión mucho mayor en la provisión de iniciativas de prevención del consumo de drogas y de tratamiento y servicios relacionados con las drogas”, argumentó.
“La ansiedad, la depresión y el estrés postraumático son comunes entre las personas desplazadas por crisis humanitarias”, específicamente.
El panorama es amplio e inquietante. “La iniciación en el consumo de drogas entre desplazados es un fenómeno complejo y que no necesariamente difiere del que se da entre la población general”, confestó el organismo de Naciones Unidas.
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Limitación de servicios de salud
A su junio, dijo ONU, “el problema debe ser visto en el contexto de las limitadas infraestructuras sanitarias y la escasez de recursos sociales y económicos que afrontan estas personas” que son desplazadas.
“La disponibilidad y accesibilidad de los servicios de salud mental, incluidos los de tratamiento de la drogodependencia, siguen siendo un reto para las personas desplazadas, que pueden sufrir estigmatización y discriminación al acceder a los servicios locales” de la región que han huído.