La directora ejecutiva de Proyecto Matria y licenciada, Amárilis Pagán Jiménez, reaccionó la mañana de hoy, viernes, al asesinato de una mujer a manos de su pareja.
“Esta mañana se reportó un feminicidio perpetrado por otra mujer y un medio de comunicación reseñó que ambas tenían una relación consensual de tres años. Otro medio dijo que era ‘una amiga’. Ante esto, nos parece urgente señalar que la violencia en relaciones de pareja del mismo sexo tiene elementos diferentes a los de las parejas heterosexuales pero sigue siendo un delito que debe ser procesado y atendido tanto por el sistema de justicia como por agencias que trabajan prevención y apoyo a víctimas”, expresó Pagán Jiménez en declaraciones escritas.
PUBLICIDAD
“El asesinato de Nitza Marie Valderrama debe ser investigado en profundidad y pedimos a los medios que traten el evento respetando la dignidad de la víctima y la manera en que se habla de la relación que podría haber existido entre ella y la mujer que le disparó”.
Según Proyecto Matria, la violencia en parejas del mismo sexo, tiene como elementos adicionales los siguientes:
· Si la víctima no ha sido abierta en cuanto a su orientación sexual, la parte agresora puede amenazar a la víctima con exponerle frente a familiares y amistades, incluso en espacios laborales.
· También puede existir un patrón de poder y control basado en relaciones económicas o sociales. No necesariamente a partir de capacidad física.
· Cuando hay menores involucrados, la parte agresora puede amenazar con quitar la custodia o testificar en su contra para que otra persona le quite la custodia.
PUBLICIDAD
· La víctima podría temer denunciar la violencia porque piensa que no se le creerá o se le atenderá bien en el sistema de justicia.
· En el caso de las mujeres lesbianas, reciben el doble estigma de no amoldarse a los roles tradicionales de madre y esposa, unido al estigma de vivir con una orientación sexual no heterosexual.
“Lamentablemente en nuestro país todavía es un tabú hablar de las relaciones lésbicas. En ocasiones, esas relaciones no son reconocidas por las familias y entornos de amistades y se les califica de “amigas”. Esto pone a la víctima en una posición de vulnerabilidad porque siente que lo que le está pasando no es real, no es algo válido y no tiene remedios legales”, expresó Pagán.
Esta recordó que hace apenas 10 años se reconoció que la Ley 54 aplica a parejas del mismo sexo. “La Ley 23 del 2013 enmendó la Ley 54 de Violencia Doméstica para reconocer que la misma aplica a toda relación de pareja independientemente de la orientación sexual o identidad de género de las personas que la componen. Hasta ese momento, una lesbiana o un homosexual carecía de las protecciones de esa ley y, por lo tanto, ni siquiera estaban educados para reconocer la violencia doméstica cuando la vivían”, añadió. “Reconocer la violencia doméstica es esencial para poder sobrevivirla. De lo contrario, las víctimas pasan por alto las banderas rojas de letalidad”.
Pagán explicó que pocas organizaciones tienen protocolos y prácticas dirigidas a educar a lesbianas, homosexuales y bisexuales sobre la violencia doméstica, cómo reconocerla y cómo buscar ayuda. “Creo que Matria es de las pocas organizaciones que desde hace casi 19 años aborda el tema de manera directa. Socialmente no ha habido un desarrollo de conciencia sobre esto como ha ocurrido con la violencia doméstica en parejas heterosexuales”.
La Línea de Ayuda de Matria atiende casos de violencia doméstica en parejas del mismo sexo. El número es el 787-489-0022.