El funeral de una niña migrante de ocho años que murió bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza está programado para este viernes en la ciudad de Nueva York, a donde se dirigía su familia el mes pasado antes que su viaje por la frontera sur de Estados Unidos terminara en tragedia.
La muerte de Anadith Tanay Reyes Álvarez ha puesto al gobierno de Estados Unidos bajo un nuevo escrutinio por la atención que brinda a miles de migrantes detenidos en la frontera diariamente.
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La madre de Anadith dice que la menor tenía antecedentes de problemas cardíacos y anemia falciforme. Una investigación interna encontró que el personal médico de la Patrulla Fronteriza estaba al tanto del historial médico de la niña, pero se negó a revisar el expediente antes que sufriera una convulsión y muriera el 17 de mayo, en el noveno día que su familia estaba bajo custodia.
En un comunicado, la familia Álvarez afirmó que seguirá buscando por justicia a fin de que casos como el suyo no vuelvan a ocurrir.
Los servicios funerarios se llevarán a cabo hoy por la noche en la ciudad de Nueva York y la familia dice que la niña será enterrada el sábado en un cementerio de Nueva Jersey.
Anadith, que nació en Panamá, murió en una estación de la Patrulla Fronteriza en Harlingen, Texas. Más de una semana antes, su familia de cinco miembros se había entregado a los agentes fronterizos después de cruzar el Río Bravo desde México.
Anadith dio positivo a influenza estando bajo custodia de la Patrulla Fronteriza estadounidense. La madre, Mabel Alvarez Benedicks, le dijo a The Associated Press que advirtió a los agentes y al personal sobre el historial médico de Anadith.
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Un informe preliminar de la Oficina de Responsabilidad Profesional de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) encontró que el personal médico se negó a revisar el expediente.
El jueves por la noche, la CBP anunció que había reasignado a su director médico, el doctor David Tarantino, después de la muerte de Anadith, y dijo en un comunicado que estaba “trayendo líderes adicionales para dirigir operaciones en toda la agencia”.
La familia ingresó a Estados Unidos en un momento en que los cruces diarios sin autorización legal superaron los 10.000, cuando estaban a punto de vencer las restricciones relacionadas con la pandemia para solicitar asilo, el 11 de mayo.
Cuando la familia se hallaba detenida en Harlingen, la niña experimentó dolores de estómago, náuseas, dificultad para respirar y una fiebre que alcanzó los 104,9 grados un día antes de su muerte, según el informe de la CBP.
La enfermera practicante también informó haber negado tres o cuatro solicitudes de ambulancia de la madre hasta que la niña perdió el conocimiento.
Abogados del Texas Civil Rights Project y Haitian Bridge Alliance, una organización no gubernamental que trabaja con la familia, solicitaron una autopsia independiente para determinar la causa de la muerte de la niña.