BRUSELAS (AP) — En los últimos días de la campaña electoral de Estados Unidos en 2016, Donald Tusk, en ese entonces presidente del Consejo Europeo, no pudo contenerse más: "¡Un Donald es más que suficiente!", escribió en Twitter. Cuando Donald Trump fue elegido menos de una semana después, la declaración representó un arranque incómodo de los que resultaron ser cuatro años de relaciones transatlánticas difíciles.
En un momento en que Trump se ha convertido en el primer expresidente estadounidense en enfrentar cargos federales que podrían llevarlo a la cárcel, muchos europeos están siguiendo de cerca el caso. Pero prácticamente ningún gobernante en el mundo ha dicho algo recientemente acerca del hombre que encabeza la contienda por la nominación del Partido Republicano a la presidencia.
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El secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg, al que la revista Foreign Policy nombró su “Diplómático del año” en 2019 por ayudar a la alianza a sortear “un futuro incierto” durante los años del gobierno de Trump, demostró sus agallas cuando le preguntaron sobre un posible segundo periodo de gobierno para el exmandatario: requirió menos de tres frases para cambiar el tema a la serie televisiva “The Crown”.
No es que el público global no esté interesado. La presentación de Trump en la corte ocupó encabezados noticiosos y se destacó de forma prominente en los noticieros nocturnos en gran parte de Europa.
En países tan lejanos como Nueva Zelanda, la mayor parte de la gente “está observando el circo de Trump con el mismo sentimiento de horror y fascinación que marcó sus últimos días en el puesto” en 2021, cuando el Capitolio de Estados Unidos fue atacado, dijo David Capie, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Victoria de Wellington.
Pocos gobernantes europeos recibirían con beneplácito el que Trump sea reelegido. Sus políticas en torno al clima, el comercio y la seguridad chocaban con los intereses y sensibilidades europeos, y muchos temen que retiraría el enérgico respaldo de Washington a Ucrania en su guerra contra Rusia.
“Todo el mundo tiene la misma preocupación. Esperamos que las elecciones estadounidenses reestablezcan un poco de racionalidad”, dijo el martes José Pio Borges, presidente del Centro Brasileño de Relaciones Internacionales, un organismo de investigación. “No es que no le tengamos un gran aprecio (al presidente Joe) Biden, pero no hay comparación".
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En otras partes del mundo en donde se percibe que Estados Unidos está más lejano, como China y la India, se le prestó menos atención al juicio.
Y también hay algunos gobernantes en el mundo que se manifiestan abiertamente en favor de que Trump regrese. En Hungría, el primer ministro Viktor Orban respaldó a Trump en 2016, y dijo que la guerra en Ucrania no estaría ocurriendo si Trump siguiera siendo presidente. En un discurso el mes pasado, Orban gritó: “¡Regrese señor presidente! ¡Devuélvale la grandeza a Estados Unidos y tráiganos paz!"
La naturaleza de las acusaciones contra Trump que están siendo examinadas en el juicio en este momento también es un asunto de interés para los gobernantes extranjeros. Los fiscales alegan que fue negligente con información clasificada, incluidos secretos compartidos por socios en cuestiones de inteligencia, o acerca de ellos.
“Si Donald Trump fuese elegido presidente, entonces definitivamente habrá ciertos gobiernos que van a estar preocupados”, declaró Leslie Vinjamuri, directora del Programa sobre Estados Unidos y las Américas en Chatham House, un centro de investigación con sede en Londres. Dijo también que el caso actual era una “evidencia muy clara... de su disposición a tomarse a la ligera documentos secretos y ultrasecretos”.
Con sus aliados de la OTAN y países tan lejanos como Australia y Nueva Zelanda, Estados Unidos tiene una densa red de acuerdos de cooperación de seguridad militar en los que la confidencialidad, la diligencia debida y la confianza a la hora de intercambiar información delicada son esenciales.
La imputación alega que Trump retuvo intencionalmente cientos de documentos secretos tras dejar la presidencia en enero de 2021, y luego los almacenó en cajas de cartón en diversos sitios, incluido un baño, un salón de baile y un dormitorio. Los documentos contenían información sobre programas nucleares, capacidades de armamento y defensa de Estados Unidos y gobiernos extranjeros, y un “plan de ataque” del Pentágono, escribieron los fiscales.
“Es algo tan descabellado para la mayor parte de la gente que trabaja en inteligencia que realmente como que da risa. Pero obviamente es algo muy grave, muy serio”, le dijo Vinjamuri a la AP.
Los gobiernos mismos han rehuido tocar temas tan delicados abiertamente, pero está claro que la mayor parte de los aliados de Estados Unidos, especialmente en Europa, han acogido a Biden como su mayor esperanza de reavivar viejas alianzas y forjar cooperación para combatir el cambio climático.
La invasión rusa de Ucrania ha creado la mayor crisis en Europa en décadas, y muchas naciones europeas se han solidarizado hombro con hombro con Biden en hacer frente al mandatario ruso Vladímir Putin e imponerle al Kremlin sanción tras sanción.
La guerra incluso ha provocado replanteamientos en algunos países que solían ver con buenos ojos la posición de Trump ante el mundo.
En Polonia, el gobierno conservador nacional no ocultó su admiración por Trump cuando fue elegido, y estuvo de acuerdo con él en ciertos temas, entre ellos la oposición a la migración en gran escala, especialmente de musulmanes. En 2017, el presidente conservador polaco Andrzej Duda dijo que si Estados Unidos establecía una base en Polonia se llamaría Fort Trump, y posteriormente Duda fue uno de los últimos gobernantes en el mundo en felicitar a Biden por su victoria.
Pero Duda y otros están agradecidos por las garantías que Biden le ha dado a Polonia y sus dos visitas a Varsovia desde que Rusia invadió Ucrania.
Kiev mismo ha recibido ayuda crucial del gobierno de Biden, pero no ha mostrado interés en emitir comentarios sobre su rival político. El presidente Volodymyr Zelenskyy intentó no tomar partido durante la odisea del primer juicio político a Trump a pesar de desempeñar un papel central en él, de la misma forma en que ha recibido con beneplácito el plan de paz de China para el conflicto a pesar de la percepción generalizada de que Beijing prefiere a Moscú.
Pero en esta ocasión los gobernantes europeos están guardándose sus opiniones sobre Trump.
“Una de las preguntas más interesantes aquí en Gran Bretaña, en toda Europa y en cualquier otro lugar es: ¿qué están haciendo los europeos para prepararse para la posibilidad de que Donald Trump pudiese volver a la Casa Blanca? Y creo que la realidad es que no mucho en estos momentos”, señaló Vinjamuri.
Ahora Donald Tusk está postulándose para gobernar Polonia luego de las elecciones este otoño. Si llega a ser primer ministro, lo último que querría es enfrascarse en otra disputa con un Donald.
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Periodistas de la AP en todo el mundo contribuyeron a este despacho.