NUEVA YORK (AP) — En los mapas de calidad del aire, el color púrpura indica la situación más grave. En realidad, se trata de una peligrosa niebla densa que altera la vida cotidiana de millones de personas en todo Estados Unidos y Canadá, ocultando la silueta de las ciudades y tintando el cielo de naranja.
Y ante la previsión de pocos cambios en lo meteorológico, la humareda procedente de los incendios en Quebec y Nueva Escocia y la llegada de nubes de partículas finas que alcanzan Carolina del Norte y el norte de Europa persistirán el jueves y posiblemente durante el fin de semana.
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Esto supone al menos una jornada más en un ambiente distópico que sacó a los jugadores de los campos de béisbol, bajó a los actores de los escenarios de Broadway, demoró miles de vuelos y provocó la reaparición de las mascarillas y el teletrabajo, al tiempo que aumentó la preocupación por los efectos de la exposición prolongada a ese aire de mala calidad sobre la salud.
El sistema que provoca la gran humareda candiense-estadounidense — un sistema de bajas presiones sobre Maine y Nueva Escocia — “se quedará posiblemente al menos durante los próximos días”, indicó Bryan Ramsey, meteorólogo del Servicio Nacional de Meteorología.
“Es probable que las condiciones sigan siendo poco saludables, al menos hasta que cambie la dirección del viento o se apaguen los incendios", agregó. “Dado que los incendios están activos, y son realmente grandes, es probable que continúen durante semanas. Así que todo va a depender del cambio de viento”.
En el este de Estados Unidos, las autoridades advirtieron a los residentes que se queden en espacios interiores y limiten la actividad al aire libre también el jueves, ampliando las alertas de “código rojo” por la mala calidad del aire por tercer día consecutivo, mientras las previsiones muestran que los vientos seguirán empujando el aire cargado de humo hacia el sur.
El humo afecta también a Groenlandia e Islandia desde el 1 de junio y podría alcanzar Noruega el jueves, según el Instituto Noruego de Investigación Climática y Medioambiental, que apuntó que no se espera que suponga un riesgo para la salud en el país.
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En Washington, D.C., la alcaldesa Muriel Bowser ordenó que las escuelas cancelen los recesos al aire libre y las excursiones el jueves. En los suburbios de Filadelfia, las autoridades habilitaron un albergue para que las personas sin hogar puedan protegerse de la humareda.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, dijo que el estado distribuirá un millón de mascarillas N95 — las recomendadas en el pico de la pandemia del COVID-19 — en instalaciones estatales incluyendo 400.000 en la Ciudad de Nueva York.
Los más de 400 incendios activos en Canadá han desplazado a 20.000 personas. Estados Unidos envió más de 600 bomberos y equipos al país para combatir las llamas, y otros países también prestaron su ayuda.
En una conversación telefónica el miércoles, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, dio las gracias al presidente Joe Biden por su apoyo, según explicó la oficina del mandatario canadiense, que agregó que ambos “reconocieron la necesidad de trabajar juntos para abordar el devastador impacto del cambio climático".
Las autoridades canadienses afirman que el país está sufriendo la peor temporada de incendios en su historia. Comenzó antes de lo previsto debido a que el suelo está más seco que de costumbre y se aceleró rápido. El humo de los incendios afectaba a Estados Unidos desde el mes pasado, pero la situación se agravó con los recientes fuegos en Quebec, donde el miércoles había alrededor de un centenar que ardían sin control.
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Gillies informó desde Toronto.