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¿Cómo han cambiado nuestros cerebros los smartphones?

Cada vez dependemos más de los teléfonos móviles para comunicarnos, acceder a la información y entretenernos.

Un chico en durante una llamada telefónica.
Futuro. Según los expertos, la preocupación por el uso excesivo del teléfono y sus posibles efectos puede impulsar el desarrollo de tecnologías y programas educativos que promuevan el bienestar digital. (Ana Lukenda/freepik)

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Hace 50 años, la llegada de los teléfonos móviles marcó el comienzo de una nueva era de conectividad instantánea, que nos permite comunicarnos sin esfuerzo y acceder a una gran cantidad de información a la carta. Aunque las ventajas de estos dispositivos, convertidos en modernos smartphones, son innegables, cada vez preocupa más las posibles consecuencias que pueden tener sobre nuestras funciones cognitivas.

Algunos estudios recientes ya han demostrado que el acceso constante a la información ha alterado nuestra capacidad de atención, mientras que otros sugieren que puede afectar a nuestra capacidad de pensamiento divergente o creatividad. La conectividad contínua también ha provocado un aumento de la multitarea y de la atención dividida, lo que puede afectar a la concentración y al rendimiento cognitivo.

“La dependencia de los teléfonos inteligentes, para la recuperación de información y la comunicación, también ha provocado cambios en los procesos de memoria, ya que las personas tienden a descargarla en sus dispositivos. Además, la gratificación instantánea y los mecanismos de recompensa asociados al uso del móvil pueden influir en la liberación de dopamina y reforzar ciertos comportamientos”, explica a Metro Shahnawaz Sadique, experto en tecnología y fundador de TheViralPink.Com.

Según Cecilia Castellanos Vázquez, psicóloga clínica especialista en psicología sistémica con sede en Ciudad de México, los teléfonos han cambiado significativamente la forma en que nos relacionamos con nuestro entorno, modificando así el funcionamiento de nuestro cerebro.

“Es muy pronto para sacar conclusiones definitivas sobre el efecto de los teléfonos inteligentes en nuestra cognición, pero ya podemos ver algunas señales de cómo nos hemos adaptado a estos aparatos”, dijo.

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Castellanos Vázquez concluyó: “No creo que la demonización de los avances tecnológicos sea la solución a estos problemas. Es esencial recordar que los móviles son herramientas y deben utilizarse como tales. Al mismo tiempo, es importante crear modelos educativos que permitan a las nuevas generaciones crear criterios saludables para el uso de estos aparatos”.

4 preguntas a Cecilia Castellanos Vázquez:

Psicóloga clínica sistémica radicada en la Ciudad de México.

¿Existen efectos a largo plazo del uso intensivo del teléfono móvil en nuestras capacidades cognitivas?

– Se han estudiado los efectos del uso excesivo del teléfono celular en la atención y la concentración, lo que sugiere que hay un impacto decreciente en la capacidad de atención, especialmente en los infantes. Otra investigación examinó los efectos del uso excesivo del móvil en la memoria. Los resultados indicaron que las personas que utilizaban el móvil durante más tiempo obtenían resultados significativamente peores en tareas que requerían memoria de trabajo que las que utilizaban sus dispositivos de forma más moderada. Otro aspecto importante a tener en cuenta es el impacto del uso del móvil en la calidad del sueño, ya que la privación crónica de sueño puede afectar negativamente a nuestras capacidades cognitivas.

Es importante tener en cuenta que la investigación en este campo aún está en desarrollo. Se necesitan más estudios para comprender plenamente los mecanismos subyacentes y establecer relaciones causales claras.

¿Cómo afecta el uso de teléfonos móviles a nuestra salud en general?

– El uso excesivo de teléfonos móviles puede tener consecuencias en nuestra salud física y psicológica. Estos efectos incluyen problemas posturales, síntomas de ansiedad y depresión, dificultades para dormir y alteraciones del bienestar general.

En la clínica, he participado en la observación de la relación entre el uso de las redes sociales y los trastornos de la conducta alimentaria (TCA). Las redes sociales pueden ejercer presiones sociales y culturales que influyen en la imagen corporal y los estándares de belleza, lo que puede aumentar el riesgo de desarrollar TCA.

¿Qué hay de los aspectos positivos del uso del móvil en relación con el cerebro humano?

– El acceso a la información puede mejorar nuestros conocimientos, nuestra capacidad para resolver problemas y nuestra capacidad de pensamiento crítico. El sentido de pertenencia también se amplía, ya que tenemos acceso a comunidades que no están necesariamente cerca físicamente. Hay un mayor acceso a la estimulación cognitiva gracias a juegos y aplicaciones dedicados a mejorar habilidades cognitivas como la memoria y la atención.

La productividad y la organización pueden verse muy favorecidas con herramientas como calendarios, recordatorios y gestores de tareas. También, hay mayor accesibilidad al apoyo a la salud mental, mientras que las personas con discapacidad pueden ser asistidas por aplicaciones que les permiten comunicarse y participar en actividades fácilmente.

¿Cambiará nuestra relación con los smartphones?

– Nuestra relación con los smartphones seguirá evolucionando a medida que avance la tecnología; lo mejor que podemos hacer es aprender a utilizarlos de forma más consciente y beneficiosa. Me gustaría ver un mayor foco en el bienestar digital integrado en el sistema educativo para preparar a las nuevas generaciones en cuestiones éticas sobre nuestra relación con los móviles y las futuras tecnologías.

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