Tras la limitación por parte del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) a las actividades en la bahía bioluminiscente de La Parguera, el Director del Departamento de Ciencias Marinas del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Ernesto Weil, indicó que, para determinar la mejora definitiva de la zona se deben conducir estudios a corto y largo plazo.
La Orden Administrativa Número 2023-02 busca establecer medidas preventivas que protejan la bahía, al cerrar temporalmente el espacio por tres días de luna llena en cada ciclo lunar para intentar reducir el impacto dañino que está trayendo el impacto humano.
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“Lo que se pretende tratar es de evitar que entren embarcaciones con motor a la bahía, ya que ese escape de gasolina o de aceite y todo eso, pues se queda en la superficie”, explicó Weil.
En los días que cierren la bahía, el DRNA realizará mantenimiento, vigilancia y conservación del cuerpo de agua, ya que el impacto afecta la fauna de la bahía.
“El objetivo de esta primera orden es permitir que nuestro equipo del Negociado de Áreas Naturales Protegidas, y la comunidad científica, evalúen el comportamiento de la bahía durante los días establecidos, para determinar si se requerirán estrategias de manejo adicionales”, explicó la secretaria del DRNA, Anaís Rodríguez Vega.
Weil destacó que la medida es una temporal y considera que se le va a dar un seguimiento, a ver si hay o no una recuperación, lo cual estima se puede realizar mediante un diseño experimental que permita realmente medir que se esté recuperando las poblaciones que están en deterioro.
“No sé si el DRNA tiene ese personal o lo está pensando adquirir para hacer un estudio a corto y largo plazo, que nos permite responder a esa pregunta, si se está recuperando o no las poblaciones”, dijo Weil.
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Igualmente, el catedrático indicó que al momento hay un estudio en progreso sobre las áreas terrestres cerca de la bahía, para aprender cómo poder controlar el desarrollo turístico, el desarrollo de los organismos y la luminosidad que se provoca durante las noches.
“Estas comunidades no funcionan aisladamente del resto del entorno y todo proceso o actividad humana que se lleva alrededor de la bahía y que impacte puede alterar las poblaciones de los organismos que producen las luminiscencia”, especificó Weil.
Para desarrollar la orden administrativa, el DRNA se reunió con el DCM, Sea Grant, Caricoos, el municipio de Lajas y la Asociación de Comerciantes de La Parguera.
El febrero pasado, un grupo de científicos del RUM alertó sobre el deterioro acelerado de la calidad ambiental y el estado de comunidades marinas que forman el ecosistema de la reserva natural de La Parguera en Lajas. Recientemente también se han hecho denuncias sobre construcciones en las casas flotantes de la zona.
Siguen investigando violaciones a la ley cerca de La Parguera
Debido a una querella sometida por la organización Prensa Comunitaria el mes pasado, el DRNA comenzó un proceso de investigación de una residencia que fue remodelada sin permisos, provocando daño ambiental.
“Quiero destacar que la investigación sobre posibles violaciones a leyes y reglamentos, del DRNA en el área de La Parguera continúa su curso. Como he dicho en otras ocasiones, amar la naturaleza es gratis, destruirla resulta caro”, dijo Rodríguez.
Igualmente, exhortó a la comunidad a que se informen sobre los reglamentos estatales y federales sobre las áreas naturales protegidas antes de visitarlas.