El escenario de falta de trabajadores en múltiples campos laborales es cada vez más frecuente, sin embargo cuando se trata de vocaciones religiosas la situación se agudiza, según constató Metro Puerto Rico, al menos en la Iglesia Católica a nivel local.
El ingreso de jóvenes al seminario en ruta a la vida sacerdotal, así como a las congregaciones de monja muestra una tendencia decadente. Esto complica la operación de la iglesia en Puerto Rico, así como servicios de cuidado a adultos mayores, una vocación muchas veces ejercida por monjas.
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A medida que los sacerdotes activos envejecen y se reduce la cantidad de nuevos ingresos al seminario, las parroquias se enfrentan a una realidad preocupante: la sobrecarga de trabajo pastoral para un número cada vez más reducido de clérigos.
Christian López Burgos, un seminarista en formación, expresó su inquietud y explicó que la mayoría del clero es mayor de 65 años, lo que implica en mucho más trabajo para los hombres más jóvenes que se ingresan a la vida del sacerdocio.
“Al haber tantos sacerdotes mayores que no se les puede dar necesariamente tanta carga de trabajo. Los jóvenes tienen que tener como varios sombreros […] Si sigue habiendo sacerdotes mayores y pocos entrando al seminario, llegará al punto en que un sacerdote va a tener que atender más de una parroquia, lo cual ya está sucediendo en varias diócesis”, comentó López Burgos.
A juicio del joven seminarista la juventud actual tiene un amplio abanico de oportunidades laborales, lo que reduce las posibilidades de considerar la vida sacerdotal. “También quizás la falta de testimonio. En parte también tiene culpa eso, la falta de testimonio de los mismos, o sea el ejemplo de la misma gente de iglesia”, agregó. Subrayó la importancia de que aquellos que forman parte de la comunidad eclesiástica vivan coherentemente su fe, inspirando así a los jóvenes a considerar el llamado al sacerdocio.
Por su parte, el vicario de las vocaciones en Caguas, el Padre Félix Nuñez fue más optimista, aunque reconoció que en comparación con unas décadas atrás, hay menos ingreso a los seminarios. El religioso actualmente se encuentra en el seminario propedéutico en Naranjito. “En los últimos tres años que he estado en el seminario propedéutico, hemos tenido un grupo de cuatro seminaristas, el año pasado también fue de cuatro, pero este año se incrementó a cinco. Parecería que el próximo agosto tendremos de 5 a 6 jóvenes del primer año de preparación”, afirmó el Padre Félix.
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Sin embargo, reconoció que, en comparación con décadas anteriores, la reducción es significativa. “Cuando yo estaba en formación hace 30 años, éramos de 10 a 12 seminaristas de la diócesis, pero actualmente hay alrededor de cuatro o cinco seminaristas”, mencionó. A pesar de esta disminución, enfatizó que las vocaciones que surgen ahora son más decididas y maduras, ya que los jóvenes tienen claridad sobre su elección incluso después de explorar otras opciones educativas y profesionales.
El vicario de las vocaciones también hizo hincapié en la importancia de la ordenación de sacerdotes para atender las necesidades pastorales en Puerto Rico. “Siempre hacen falta sacerdotes, esa es la realidad”, declaró. El objetivo de la Iglesia Católica en Puerto Rico es ordenar al menos uno o dos sacerdotes al año para asegurar un flujo constante de líderes espirituales en las comunidades alrededor del archipiélago.
Revisión del celibato obligatorio sacerdotal
Anteriormente, el Papa Francisco aseguró al medio de comunicación argentino Infobae que el celibato obligatorio podría ser revisado. Sin embargo, dijo que esta revisión no garantiza que más hombres se unan a la vida sacerdotal.
El pontífice aclaró, en su entrevista, que el celibato no es un dogma de fe, sino una disciplina eclesial y dijo que no hay contradicción para que un sacerdote se pueda casar. “El celibato en la iglesia occidental es una prescripción temporal: no sé si se resuelve de un modo o de otro, pero es provisoria en este sentido; no es eterna”, abundó el Papa.
El seminarista Christian López, concurrió en que la revisión no garantizará nuevos ingresos a la vida sacerdotal.
“Es que sí, pienso igual, porque estamos limitando al ser humano en general, al hombre, a la cuestión afectiva sexual y limitarse a eso sería errado porque el ser humano es mucho más que eso. El sacerdote es mucho más que un hombre soltero que no tiene supuestamente familia”, reiteró López Burgos.
López Burgos enfatizó que el celibato brinda una libertad que a menudo no es comprendida, permitiendo amar y avanzar de manera más plena. “A mí personalmente me limitaría más tener una pareja y estar formándome para ser sacerdote, pensando en que el celibato es opcional”, agregó
Además, compartió su satisfacción y plenitud al estar con la gente y servirles. Como parte de su vocación, complementó sus estudios con un bachillerato en Trabajo Social, lo que considera que fortalece su llamado a convertirse en sacerdote.
De igual forma, el diácono transitorio de la diócesis de Caguas, Karlo José Fernández Claudio explicó que, en la iglesia latina existen otros seis ritos en los cuales el sacerdote puede ser tanto célibe como casado.
“El celibato llega por la historia y también por el fundamento bíblico que Jesús lo dice”, agregó Fernández Claudio, sugiriendo que la decisión de mantener el celibato en el rito latino no necesariamente añade algo esencial al sacerdocio, ya que implica otros sacrificios.
Fernández Claudio también reflexionó sobre las presiones sociales y culturales que enfrentan los individuos en relación con la vida en pareja. Destacó que la sociedad promueve constantemente la idea de tener una esposa y un proyecto de vida, pero señaló que existen otras formas de realización personal y vocacional, y que es importante considerar la libertad individual en la elección del sacerdocio.
Madre Superiora alerta sobre la escasez de monjas
Además del poco ingreso a la vida sacerdotal, también se ha visto la disminución significativa de monjas en los últimos años.
La Madre Superiora Yolanda Cueto, líder de la congregación religiosa en el Hogar Santa Teresa Jornet expresó su preocupación. “Últimamente estamos pasando por una crisis, las vocaciones religiosas han disminuido drásticamente en los últimos años. Por ejemplo, en mi grupo éramos 22 jóvenes que ingresamos, y en la actualidad solo quedamos ocho”, afirmó la Madre Superiora Cueto.
La disminución de vocaciones religiosas y la falta de personal capacitado para atender a los residentes en el Hogar Santa Teresa Jornet reflejan un desafío para la comunidad religiosa y el cuidado de las personas mayores en la región.
El hogar, que solía contar con 22 hermanas de comunidad, ahora se encuentra operando con solo siete religiosas. Esto ha generado dificultades para llevar a cabo su misión de atender a los residentes, ya que la carga laboral recae principalmente en las hermanas. A pesar de su vocación, Cueto reconoció que el agotamiento y la sobrecarga son factores que afectan la calidad del servicio brindado.
La Madre Superiora también manifestó preocupación por el futuro del hogar, ya que prevé un aumento en la cantidad de personas mayores que requieren cuidados. A diario, reciben aproximadamente 15 llamadas de nuevas solicitudes de ingreso, pero la falta de personal dificulta su capacidad de atender a más residentes.
“Nosotras hacemos todo esto con mucho amor y dedicación, pero también somos humanas y nos cansamos. Es necesario que seamos más conscientes de la importancia de las vocaciones religiosas y se promueva la incorporación de más jóvenes comprometidas con esta vocación”, concluyó Cueto.