El embalse de Carraízo, que suple agua potable a 492 mil clientes de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) a través de siete municipios de Puerto Rico, perdió 4.29 millones de metros cúbicos (MMC) en su capacidad de almacenar agua desde el dragado que se hizo a finales de la década del ‘90. Ya está encaminado un nuevo dragado, pero solo atenderá el 38 % de esa pérdida de capacidad prácticamente al mismo costo que las obras de hace dos décadas.
Así se desprende de la batimetría del lago contenida en el informe preliminar del Estudio de Ingeniería para el Proyecto de Dragado del Lago Carraízo, comisionado por la AAA a la empresa CSA Group en el año 2021. Metro había solicitado acceso al documento de medición desde el año pasado, pero hasta que no se completó el trámite con la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés) para asignación de fondos y la selección del contratista, no se dio el acceso a la información.
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El nuevo dragado le ganaría al embalse 16.8 días de servicio.
Carraízo provee alrededor de 90 millones de galones de agua diarios a sus abonados. El embalse se construyó en 1953. Su capacidad original era de 26.8 MMC de almacenamiento. Sin embargo, para el año 1994 había perdido casi la mitad de su espacio para almacenar el agua que luego es filtrada en la Planta Sergio Cuevas. En tiempos de sequía severa para mediados de los ‘90, la AAA solo contaba con 11.19 MMC de capacidad en Carraízo, según datos de batimetría.
Esa crisis de los ‘90 propició el dragado del importante embalse para los pueblos de la zona metropolitana, así como la construcción del Superacueducto. Ya completado el proyecto del dragado en el año 1999, la capacidad de Carraízo ubicaba en 19.35 millones de metros cúbicos.
El costo de aquel dragado fue de unos $100 millones.
Veinte años más tarde —en los que se registraron los huracanes Irma y María, además de sequías y racionamientos para los pueblos a los que sirve— Carraízo solo almacenaba 15.06 MMC. Es decir, que perdió 22 % de su capacidad entre el 1999 y el 2019.
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De un dragado a otro, Carraízo perdió 4.29 MMC. Sin embargo, con el nuevo proyecto la AAA solo recuperaría 2 MMC del espacio perdido. Esto se traduce en 16.8 días adicionales de operación para el embalse.
A condición previa al desastre
El subdirector de ingeniería de la AAA, Gabriel Morales, explicó que, a través del estudio de batimetría realizado al lago, se decidieron dragar unos 2 millones de metros cúbicos de sedimento, proporción parecida al impacto dejado por el huracán María en el embalse en 2017. Esto sin anticipar la posibilidad del manejo de otro huracán o tormenta en la temporada que ahora inicia, pues el proyecto de dragado iniciaría como tal después de la época de huracanes.
El proyecto tiene un costo de $93 millones, según FEMA. De los cuales la agencia federal obligó $88 millones. Su desarrollo es mediante el programa FAAST, que no permite aumentos en la asignación federal.
En febrero del año pasado se adjudicó el proyecto de diseño y construcción a través de un proceso competitivo a la empresa con base en el estado de Texas, Great Lakes Dredge and Dock Company.
Por su parte, el director de infraestructura de la AAA, ingeniero Joel Lugo, dijo que el contratista aún está en la etapa de emitir permisos locales para comenzar a movilizar la maquinaria pesada entre el mes de junio y julio próximo.
“Primero se va a hacer el staging area, que es donde el contratista tendrá la máquina y va a hacer un tipo de muelle donde va a colocar los equipos. La proyección y el itinerario del contratista es que, para finales de este año, en tiempo de temporada seca, que es como en noviembre y diciembre, estar viendo los primeros movimientos del dragado”, dijo.
El ingeniero dijo que la duración del proyecto será de dos años y medio y bombeará el sedimento extraído del proceso de dragado hasta depositarlo en los diques construidos en 1997 en la zona de Gurabo y Caguas a través de un sistema de tubería diseñado por el contratista.
“Lo que se hizo fue que, utilizamos el proyecto que hicimos en el 1997, que en aquel momento se construyeron tres diques. Para que el proyecto fuera más expedito, nosotros trabajamos la evaluación ambiental con FEMA y se va a depositar el sedimento en los diques que ya se habían construido”, señaló Lugo mientras apuntó que el proyecto de 1997 fue uno más complejo y abarcador.
El ingeniero indicó que la longitud de la tubería que se instalará es de unas 10 millas y media con un grosor de 24 pulgadas.
El estudio apunta que, para futuros proyectos de dragado, el tema de la eliminación del material seguirá siendo un asunto crítico ya sea por la remoción del sedimento de los tres diques existentes para restaurar su capacidad, la identificación de nuevas áreas de disposición, lo que requiere la adquisición de terrenos, o la alternativa de disposición en una cantera.
“En el caso de la posible disposición de material dragado en una cantera, un proceso debe ser considerado en el sitio, con el fin de devolver el agua al depósito”, añade el informe.
Historial
“Las condiciones de deterioro en el embalse probablemente se consideraron por primera vez en 1989, cuando la falla de los sistemas eléctricos primario y de respaldo durante el huracán Hugo resultó en un desbordamiento de la presa cuando no se podían abrir las compuertas radiales de coronación”, indica el informe.
Morales, por su parte, señaló que, a pesar de que la capacidad del lago aún no llega a los niveles bajos de 1997, sí el embalse estaba a punto de pasar ese umbral.
“Si comparamos cuán sedimentado estaba Carraízo en el 1997 versus ahora, estábamos a punto de llegar a lo que estábamos en aquel momento si no dragábamos. Tenemos como un metro más de agua disponible, así que con esto vamos a aumentar a dos millones más el volumen de agua”, aseguró.
Ello, explicó el también ingeniero, redundará en unos 17 a 20 días adicionales de abastecimiento de agua potable en caso de tener que realizar ajustes operacionales en el embalse.
“Al hacer este dragado básicamente estamos devolviéndole un volumen de alrededor de 528 millones de galones al embalse. En estos tiempos donde ocurren sequias extremas – y aunque la AAA ha podido bajar los días que han tenido que racionar – ahora con el dragado tendremos la oportunidad de tener de 17 a 20 días adicionales, lo que nos permite recuperarnos e incrementar la capacidad de volumen para seguir supliendo agua”, señaló.
Carraízo sirve a abonados en los municipios de Caguas, Gurabo, Juncos, Las Piedras, San Juan,Carolina, San Lorenzo y partes de Trujillo Alto.
En resumen, explicaron ambos ingenieros, con ajustes operacionales en un futuro podrán contar con 17 a 20 días adicionales en tiempos de racionamiento.
¿Y los otros embalses?
La presidenta ejecutiva de la AAA, Doriel Pagán, ha dicho que por el momento no se contemplan más proyectos de dragado en otros embalses.
En marzo del año pasado, el exdirector de la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA, en inglés) para Puerto Rico, Carl Soderberg, advirtió que actualmente hay otros embalses que operan con una capacidad reducida, particularmente tras el paso de María. Entre ellos, mencionó el lago Dos Bocas, entre Utuado y Arecibo, que mantiene una capacidad de apenas 30 %; así como el del lago Guayabal, en Juana Díaz, que suple a ese municipio y Ponce.
Según el experto, ante el embate del cambio climático, la AAA debería adoptar la práctica de realizar dragados en sus embalses cuando la sedimentación alcance el 30 % de la capacidad total.