Tras 60 años de trabajo científico, el mundo cuenta ahora con la primera vacuna contra el virus respiratorio sincitial (VRS).
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó la vacuna Arexvy, de GSK, diseñada para administrarse en una sola dosis a adultos mayores de 60 años.
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La vacuna podría estar disponible para las personas mayores a partir de este otoño, a la espera de que el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), que se reúne en junio, recomiende su uso.
“Los adultos mayores, en particular los que padecen enfermedades subyacentes, como cardiopatías o neumopatías, o un sistema inmunitario debilitado, corren un alto riesgo de contraer enfermedades graves causadas por el VRS”, declaró en un comunicado el doctor Peter Marks, director del Centro de Evaluación e Investigación Biológica de la FDA.
La aprobación hoy de la primera vacuna contra el VRS es un importante logro de salud pública para prevenir una enfermedad que puede poner en peligro la vida y refleja el compromiso continuo de la FDA para facilitar el desarrollo de vacunas seguras y eficaces para su uso en Estados Unidos.
Aunque el VSR es una enfermedad que suele asociarse a bebés y niños pequeños, también puede ser peligrosa para las personas mayores.
Se estima que en Estados Unidos 159,000 adultos mayores de 65 años son hospitalizados cada año por VRS, y que entre 10,000 y 13,000 mueren a consecuencia de la infección.
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“Sin duda, el VRS es una enfermedad importante en los ancianos. En algunos años, la carga de la enfermedad por VRS se acerca a la carga de la influenza en los adultos mayores. Y esto es realmente un avance maravilloso”, dijo la Dra. Ruth Karron, profesora de salud internacional en la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, que no participó en el desarrollo de la vacuna.
En un ensayo clínico con casi 25.000 adultos mayores cuyos resultados se publicaron en la revista académica The New England Journal of Medicine, la vacuna de GSK fue un 83% eficaz en la prevención de la enfermedad de las vías respiratorias inferiores causada por el virus.
La enfermedad de las vías respiratorias inferiores se definió en el estudio como una prueba positiva y dos síntomas más durante al menos un día, como tos nueva o que empeora, sibilancias, dificultad para respirar, frecuencia respiratoria elevada, disminución del oxígeno en sangre o crepitaciones en los pulmones, que un médico detectaría con un estetoscopio.
La vacuna tuvo una eficacia del 94% en la prevención de la enfermedad grave en los adultos mayores. Se consideraba que una persona tenía una enfermedad grave si necesitaba oxígeno suplementario o ayuda mecánica para respirar, como un respirador.
La vacuna contra el VRS de GSK funciona utilizando un pequeño fragmento del virus: una proteína que sobresale en su superficie denominada proteína de fusión o F, que ayuda al virus a adherirse e infectar las células de las vías respiratorias superiores del organismo. Los fragmentos de proteína de la vacuna se fabrican en el laboratorio con células especialmente programadas para ello.
La vacuna se basa en un descubrimiento crucial realizado hace una década por investigadores de los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. (NIH, por sus siglas en inglés), entre los que se encuentran algunos de los mismos científicos que ayudaron a fabricar las vacunas contra el covid-19.
Normalmente, la proteína F se mueve de un lado a otro, cambiando de forma tras fusionarse con una célula.