WASHINGTON (AP) — Las fuerzas armadas de Estados Unidos “tienen mucho camino por delante” para engrosar sus reservas de municiones y garantizar que el país esté preparado para cualquier guerra a gran escala, declaró el miércoles el principal mando militar estadounidense ante el Congreso.
El general del Ejército Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, dijo que la guerra en Ucrania ha dejado de manifiesto la enorme cantidad de municiones que se requieren durante cualquier conflicto a gran escala.
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Milley y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, enfrentaron reiteradas preguntas de los miembros del Congreso esta semana sobre el impacto que la guerra está teniendo en el Pentágono, el cual provee a Ucrania de buena parte de las municiones que necesita para repeler a las fuerzas rusas.
Ellos, y los principales oficiales del ejército, dijeron que el conflicto ha llevado a Estados Unidos a incrementar sus tasas de producción y reevaluar qué tanto arsenal se requiere en realidad en momentos en que las tensiones con China y Rusia continúan en aumento.
“Si hubiera una guerra en la península de Corea o una gran guerra entre Estados Unidos y Rusia o entre Estados Unidos y China, las tasas de consumo estarían por las nubes”, dijo Milley en su testimonio del miércoles ante la Comisión de Servicios Armados de la Cámara de Representantes. “Así que me preocupa. Sé que el secretario también lo está. Tenemos mucho por hacer para asegurarnos de que nuestros arsenales estén listos para contingencias reales”.
Milley y Austin ordenaron que las fuerzas armadas lleven a cabo una revisión completa de todos sus planes de guerra y evalúen sus estimados de municiones, los cuales pueden servir de base para futuras peticiones presupuestarias.
El Pentágono ha solicitado 30 millones de dólares en el presupuesto del ejercicio fiscal 2024 para invertir en la base industrial y para “adquirir el máximo posible de municiones que la industria estadounidense puede producir”, dijo Austin durante la misma audiencia.
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Esta misma semana, la secretaria del Ejército Christine Wormuth dijo a los legisladores que en este momento el Ejército “se siente cómodo con que la cantidad de asistencia letal que hemos estado proporcionando no está socavando nuestra presteza, pero seguimos el tema de cerca”.
Una preocupación en particular es la munición de 155 mm. Estados Unidos ha enviado a Ucrania 160 obuses y más de 1 millón de municiones de 155 mm, y se calcula que se disparan alrededor de 3.000 proyectiles al día, según el Pentágono.
Wormuth, quien visitó la Planta de Municiones del Ejército en Scranton, Pensilvania, en donde se fabrican los cartuchos, dijo que el Ejército pidió 1.500 millones de dólares en el presupuesto para reforzar esa producción. Añadió que a Estados Unidos le gustaría incrementar la producción de 20.000 a 75.000 proyectiles al mes para 2025.
“Estamos colaborando de manera muy estrecha con la industria para tratar de hacer todo lo posible para que les sea más fácil aumentar tanto el volumen de su producción como la velocidad de su producción”, manifestó.
Cuando se le preguntó sobre el impacto en los soldados estadounidenses, el general James McConville, jefe del Estado Mayor del Ejército, dijo que las fuerzas armadas consumen alrededor de 150.000 cartuchos al año durante sus entrenamientos, es decir alrededor de 14.000 al mes.
Otro punto de apremio es la munición para el Sistema de Lanzamiento Múltiple de Cohetes Guiados (MLRS por sus iniciales en inglés), que Estados Unidos también ha enviado a Ucrania. Wormuth dijo que Estados Unidos está trabajando para aumentar la producción de 6.000 a 15.000 al año.
Austin y Wormuth también dijeron que el Pentágono espera que el Congreso permita planes de adquisición multianuales a fin de ahorrar dinero y darle estabilidad a la industria.