MIAMI (AP) — Más de la mitad de los residentes de la sección de Miami donde se encuentra la Pequeña Habana nacieron en el extranjero. Y cuando la representante republicana María Elvira Salazar se postuló a la reelección el año pasado, ganó por 15 puntos porcentuales.
El dominio del Partido Republicano en el 27mo distrito legislativo de Florida es emblemático de los avances que ha logrado entre los votantes latinos en los últimos años en gran parte de Estados Unidos, y especialmente en Florida. Dichos progresos le ayudaron al gobernador Ron DeSantis a ser reelegido contundentemente el año pasado y contribuyeron a que el partido recuperara el control de la Cámara de Representantes federal.
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Sin embargo, ese buen desempeño está generando algo de tensión, luego de que los envalentonados republicanos en Washington pretenden lanzar una agenda enérgica, en especial en lo que respecta a políticas para controlar la inmigración. Salazar está entre un puñado de republicanos que se oponen a una propuesta de amplio alcance que está bajo análisis en la cámara baja, la cual restringiría las concesiones de asilo en la frontera con México.
“Entendemos que los migrantes quieran venir y vivir en la tierra prometida”, dijo Salazar en una entrevista reciente. “La inmigración legal ordenada es buena para el país y buena para el distrito 27”.
El representante Tony Gonzales de Texas, un republicano mexicano-estadounidense cuyo distrito abarca una larga porción de la frontera con México, desde El Paso hasta San Antonio, ha sido aún más directo: dice que el proyecto de ley es “antiinmigrantes”.
Esa disidencia representa un reto para el Partido Republicano. El futuro del partido bien podría depender de ampliar su atractivo más allá de una base de simpatizantes predominantemente blanca que está envejeciendo. Y aunque algunos latinos conservadores respaldan las políticas de línea dura para controlar la inmigración, existe un riesgo de que el partido pudiese alejar de sí a otros hispanos si se inclina demasiado hacia la derecha en este tema.
Los demócratas también enfrentan retos políticos con respecto a la inmigración. Recientemente, el gobierno del presidente Joe Biden propuso una medida que impondría limitaciones severas al asilo, alegando que el creciente número de migrantes que arriban les deja pocas alternativas. Es casi seguro que dicha propuesta sea impugnada en los tribunales, y los progresistas la han criticado.
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Desde hace tiempo los republicanos se han granjeado el apoyo de aproximadamente una tercera parte de los electores hispanos, muchos de los cuales comparten las actitudes conservadoras del partido en torno a la inmigración y otros temas. En las elecciones de noviembre, el 39% de los latinos votaron por republicanos, según AP VoteCast. Ello representó un incremento en comparación con el 32% de los que apoyaron a los republicanos en los comicios de mitad de periodo en 2018.
En total, aproximadamente una tercera parte de los votantes hispanos estaban a favor de incrementar la vigilancia policial en la frontera con México, mientras que dos terceras partes se oponían. Alrededor de la mitad dijeron desaprobar la forma en que Biden está manejando la seguridad fronteriza.
La mayoría de los electores hispanos que respaldaron a los republicanos desaprobaron a Biden en el tema de la seguridad en la frontera y estaban a favor de una mayor vigilancia policial allí.
Para los republicanos, el expresidente Donald Trump, que de nuevo aspira a ocupar la Casa Blanca, podría darle al partido una especie de ruta sobre cómo navegar la política de control de la inmigración. Durante sus campañas previas y mientras estuvo en el puesto, Trump aplicó medidas enérgicas para modificar las normas de concesión de asilo. Pero también habló de endurecer la seguridad fronteriza y erigir un muro. Ninguna de sus acciones lo llevó a perder respaldo de los latinos durante los dos comicios en los que ha aparecido en las boletas.
“Muchos conservadores se sintieron envalentonados por el desempeño de Trump, por la idea de que un republicano pudiera ser antiinmigrante y (a la vez) ganarse a los electores latinos”, dijo Geraldo Cadava, profesor de historia y estudios latinos en la Universidad del Noroeste y autor de “The Hispanic Republican: The Shaping of an American Political Identity, from Nixon to Trump” ("El republicano hispano: la configuración de una identidad política estadounidense, de Nixon a Trump").
El proyecto de ley de inmigración presentado por el representante federal Chip Roy, republicano de Texas, requeriría que las autoridades federales rechazaran automáticamente o detuvieran a los solicitantes de asilo mientras sus peticiones están siendo examinadas. En la actualidad, los que desean obtener asilo pueden ser liberados junto con un aviso de que se presenten en los tribunales y procuren que se los concedan. El proyecto de ley también les permitiría a las autoridades migratorias federales rechazar el ingreso de todos los migrantes si no hay “control operativo” en la frontera con México.
Roy envió una carta a sus colegas del Partido Republicano en febrero, solicitándoles que respaldaran el proyecto de ley. En una entrevista, dijo que le parecía “absurdo” que Gonzales y Salazar lo cuestionaran.
“Algunos de mis colegas republicanos prefieren estar (perdiendo el tiempo) en cosas sin importancia mientras Estados Unidos arde”, declaró Roy. “Los republicanos van a tener que demostrar con sus actos que realmente apoyan lo que dicen apoyar”.
Salazar, que fue respaldada por Trump y por DeSantis, ha expresado abiertamente la necesidad de reforzar la seguridad en la frontera y de impulsar una reforma migratoria que le dé algún estatus ante las autoridades a las personas que ya se encuentran ilegalmente en el país. Dijo que ella y sus colegas están trabajando juntos para asegurarse de que la propuesta no viole ninguna de las leyes que regulan las concesiones de asilo.
“La fórmula no ha cambiado”, declaró Salazar. “Queremos que los Albert Einstein del mundo vengan y trabajen para nosotros y sigan haciendo fuerte a esta economía”.
Este asunto es de particular importancia en su distrito, dijo. Protestas masivas que surgieron en Cuba en julio de 2021 y la respuesta del gobierno a ellas han influido en el éxodo más reciente de cubanos. El número de cubanos que están emigrando es el más elevado en seis décadas, en un intento por escapar de la agitación política y económica. La mayor parte vuelan a Nicaragua en calidad de turistas y de allí avanzan lentamente hacia Estados Unidos a través de México.
“Sé que mi distrito aprecia lo que digo”, señaló Salazar.
Algunos demócratas se han referido a los comentarios de Salazar para respaldar el rechazo de ellos al proyecto de ley de Roy. El representante demócrata Eric Swalwell de California mostró recientemente una cartulina en una audiencia sobre seguridad fronteriza, en la cual podía leerse una cita de Salazar: “¿Somos tontos? Claro que no. Este país se forjó sobre la base de mentes que pensaban bien. Miren a Albert Einstein. Le dimos una hoja de papel para que ingresara”.
Einstein llegó a Estados Unidos en 1933 en calidad de refugiado de la Alemania nazi.
“Escuchen a sus propios colegas, que saben más acerca de esto que ustedes”, les dijo Swalwell a sus compañeros legisladores.
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La periodista de The Associated Press Hannah Fingerhut contribuyó a este despacho desde Washington.