Locales

Denuncian traición energética del gobierno

Comunidades señalan en que la quema de gas natural perpetúa la dependencia del país a combustibles fósiles

Detrás de la discusión pública sobre el futuro energético de Puerto Rico, se libra una batalla entre los poderes que insisten en mantener la isla bajo un modelo energético obsoleto de quema de combustibles fósiles y aquellos que impulsan el uso del sol como la fuente de energía primaria para el país.

La constante mención por parte del gobernador, Pedro Pierluisi sobre la benevolencia del gas natural – también considerado un combustible fósil – y la legalidad de la quema de este bajo los estándares de la Agencia federal para la Protección Ambiental (EPA, en inglés) encajan perfectamente con el pulseo de Genera PR y su matriz, New Fortress Energy, de impulsar el gas natural en la isla, ya sea como principal fuente para los generadores de emergencia recientemente provistos por FEMA, o para la conversión de plantas generatrices de petróleo, antes de ser decomisadas para convertirse en plantas de energía renovables para 2050.

Para Arturo Massol Deyá, líder comunitario y director asociado de Casa Pueblo – proyecto de autogestión comunitaria – la posición del gobierno en cuanto su plan para migrar al país de energías fósiles a renovable es contradictoria con sus acciones y representa un abandono del Estado a su responsabilidad energética con sus constituyentes.

“Ahí es que se ve la contradicción, es un acto de traición”, aseguró Massol Deyá durante la preparación de la Marcha del Sol, realizada ayer en Adjuntas”. “En Puerto Rico tenemos varios problemas además de la corrupción y el endeudamiento, y es que el gobierno privatizó la generación y la distribución de energía”.

“El gobierno renunció a su responsabilidad sobre el asunto energético. Lo ha privatizado, y al hacerlo, estamos a merced de los intereses de a quién le dieron la privatización, que son simplemente que la gente pague por la luz – en el caso de LUMA – no que la ciudadanía produzca su energía propia como nosotros queremos; y en el caso de Genera PR, lo que quieren es perpetuar su modelo de negocio, que es quemar gas, petróleo y carbón en esas centrales”, añadió.

Ante la insistencia del gobierno de continuar con la quema de combustibles fósiles – aunque sean de menor impacto que el petróleo – Massol Deyá advirtió que la generación centralizada es demasiado vulnerable en momentos cuando la crisis climática continúa incrementando su furia.

El gas natural es lo mismo y estamos a la misma merced de los preciosde la generación centralizada, que es vulnerable a catástrofes naturales. Queremos movernos para el futuro y ellos quieren mantenernos en el pasado para tratar de anquilosar ese modelo y eso es una gran contradicción”, dijo el líder comunitario.

“Para mí es un acto de traición a esa aspiración de movernos a fuentes de energía renovable. Es una aceptación de que dicen una cosa, pero hacen otra”, añadió.

Dos microredes

Massol Deyá utilizó como ejemplo la inauguración ayer de dos microredes en el centro urbano de Adjuntas que generan una capacidad de 170 kilovatios de potencia solar en generación y un megavatio de almacenaje.

“En Puerto Rico no hay referente de una microred y un modelo como este. Es una microred solar urbana que incluye la panadería, la pizzería, las dos mueblerías, la farmacia, una iglesia, una óptica y sirve al área de mayor consumo y demanda energética en el pueblo”, explicó el presidente de Casa Pueblo.

El líder energético aseguró que es vergonzoso que el gobierno, con todos los recursos a su disposición, no haya logrado una migración a energía renovable mientras que las comunidades siguen logrando avances en este campo solo con la autogestión.

“Esto fue con esfuerzo propio, sin necesidad de fondos federales, la fundación de Alex Honnold con otros sectores y la comunidad somos los propulsores, quienes construimos esto con esfuerzo propio y como un referente de cómo movernos al futuro energético que necesitamos urgentemente en Puerto Rico”, dijo.

Modelo sin precedentes

Massol Deyá explicó que el modelo con el que operarán las microredes inauguradas ayer es uno nobel donde la riqueza que se genera a través de un costo fijo por el servicio se reutiliza para autogestionar la migración total a energía renovable.

“La intención es impulsar ese modelo y celebrar que hay un presente energético alterno para movernos a una adaptación climática y una activación económica”, señaló.

El portavoz de Casa Pueblo dijo que este nuevo modelo es único dentro del campo de la ingeniería y en su conceptualización al ser los propios usuarios los que paguen por la utilidad de una manera justa y equitativa.

“La microred se le entrega a una asociación comunitaria, esencialmente comerciantes y dueños de los edificios donde se instaló el sistema. Ellos van a gobernar la microred y van a pagar una tarifa fija, inferior a la que se paga hoy con LUMA, a ellos mismos. Ese dinero, esa riqueza asociada a la energía, no es para pagar deuda, no es para mirar para atrás; ellos van a pagar para construir el país que queremos”, explicó.

“La idea es que ese dinero sirva para operación y mantenimiento, un fondo de emergencia por si algo se daña, pero el grueso de esa riqueza que se genere es para reinversión social. O sea, que ese dinero que ellos se pagan se usa para ayudar a otros que, por ejemplo, no tienen los recursos para tener su casa solar”, añadió.

Massol Deyá aclaró que este modelo cuenta con un marco legal establecido por la Clínica de Derecho de la Universidad de Puerto Rico por el cual se rige este modelo.

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