Un grupo de accionistas ha entablado una demanda contra la empresa propietaria del Silicon Valley Bank, su director general y su director financiero, acusándoles de no divulgar los riesgos que los aumentos de las tasas de interés planteaban a sus negocios.
La demanda contra el SVB Financial Group, el CEO Greg Becker y el director financiero, Daniel Beck, fue introducida en el tribunal federal para el distrito norte de California. Busca compensar a quienes invirtieron en SVB entre el 16 de junio de 2021 y el 10 de marzo de 2023.
PUBLICIDAD
La demanda de accionistas encabezados por Chandra Vanipenta dice que algunos reportes financieros trimestrales y anuales del SVB no incluyeron adecuadamente las advertencias de la Reserva Federal sobre futuros aumentos de las tasas de interés.
En particular, el litigio dice que los reportes anuales entre 2020 y 2022, “minimizaron los riesgos planteados a la compañía al no revelar que los probables aumentos de las tasas de interés, tal como fueron descritos por la Reserva Federal, tenían el potencial de causarle daño irrevocable a la compañía”.
Alega además que la compañía “se abstuvo de divulgar que, si sus inversiones se veían afectadas adversamente por los aumentos de las tasas de interés, era particularmente susceptible a una retirada masiva de depósitos”.
El colapso del Silicon Valley Bank ha estremecido a la industria tecnológica y ha causado angustia entre individuos o corporaciones que tienen depósitos en esa institución financiera, aunque el anuncio del gobierno de que garantizará todos los depósitos en ese banco, incluso los mayores a 250.000 dólares, ha dado alivio a algunos.
El Silicon Valley Bank era el banco preferido de los inversionistas de riesgo que buscaban socios financieros para propuestas de negocios menos convencionales que otras instituciones bancarias, más grandes y establecidas pero menos actualizadas en el mundo tecnológico.
PUBLICIDAD
Los inversionistas de riesgo abrieron cuentas en el Silicon Valley Bank justo cuando el sector tecnológico iba en auge, y animaron a los empresarios a quienes asesoraban a que hagan lo mismo.
Esa estrecha relación llegó a su fin cuando el banco reveló una pérdida de 1.800 millones de dólares por bonos de bajo rendimiento comprados antes de los recientes aumentos de las tasas de interés, lo que alarmó a sus clientes, quienes propagaron advertencias que llevaron a un retiro masivo de depósitos.