BOSTON (AP) — Una propuesta para permitir que los presos de Massachusetts donen órganos y médula ósea para reducir sus sentencias plantea profundas dudas éticas y legales sobre la presión indebida que esta idea pueda poner sobre reos desesperados por la libertad.
El proyecto de ley —que enfrenta una dura batalla en la Cámara de Representantes del estado— podría entrar en conflicto con la ley federal, la cual prohíbe la compra o venta de órganos humanos o intercambiarlos por una “contraprestación valiosa”.
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También plantea interrogantes sobre cómo las prisiones podrían cuidar adecuadamente la salud de los reclusos que pasan por el quirófano para donar órganos. Los críticos califican la idea de coercitiva y deshumanizante, a pesar de que una de las promotoras del proyecto plantea la medida como una respuesta al encarcelamiento excesivo de personas de ascendencia hispana y negra, y la necesidad de igualar los donantes en esas comunidades.
“El proyecto de ley parece sacado de una novela distópica”, dijo Kevin Ring, presidente de Familias Contra Sentencias Mínimas Obligatorias, un grupo con sede en Washington, D.C. que aboga por una reforma al sistema de justicia penal. “Promover la donación de órganos es bueno. Reducir las penas de prisión excesivas también es bueno. Juntar ambas es perverso”.
El proyecto de ley crearía un Programa de Donación de Médula Ósea y Órganos dentro del Departamento de Correccionales del estado para permitir que las personas encarceladas reciban una reducción en su sentencia de entre 60 días y un año con la condición de que hayan donado médula ósea u órganos.
La representante estatal demócrata Judith García, una de las patrocinadoras de la iniciativa, dijo que se presentó en respuesta a lo que llamó las desigualdades en salud derivadas del “círculo vicioso de encarcelamiento injusto y vigilancia policial excesiva de las comunidades negras e hispanas”.
Las comunidades negras e hispanas corren un mayor riesgo de padecer problemas de salud que podrían requerir la donación de órganos, y las tasas de encarcelamiento discriminatorias eliminan muchas posibles coincidencias de donantes del grupo, lo que genera listas de espera más largas para los afroestadounidenses en comparación con las personas blancas, agregó.
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Sin duda, la necesidad de órganos para salvar vidas es grande: hay más de 4.600 personas en Massachusetts y casi 106.000 en Estados Unidos en espera de un trasplante de órganos. Un 28% de los habitantes de Massachusetts se identifican como negros, hispanos o latinos, según los datos recopilados por Organ Procurement and Transplantation Network.
Pero los críticos dicen que la medida lo aborda de manera equivocada.
Ofrecer reducción de sentencias a cambio de órganos no sólo no es ético, sino que también viola la ley federal, según George Annas, director del Centro de Derecho, Ética y Derechos Humanos de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Boston. En su opinión, reducir una pena de prisión es el equivalente a un pago.
“No puedes comprar un órgano. Eso debería poner fin a la discusión”, dijo Annas. “Es una compensación por el servicio. ¿No explotamos lo suficiente a los prisioneros?”
El representante estatal demócrata Carlos González, otro de los impulsores del proyecto de ley, defendió la propuesta señalando que es un programa voluntario. También dijo que él está abierto a establecer una política que permita a los reclusos donar órganos y médula ósea sin el atractivo de que les reduzcan la sentencia. Agregó que actualmente no existe una ley en Massachusetts que impida a los reos donar órganos.
“No es un quid pro quo. Estamos abiertos a establecer políticas sin incentivos”, dijo González, y agregó que es “crucial respetar la dignidad humana y el albedrío de los presos al respetar su elección de donar médula ósea o un órgano”.
García y González son miembros de las bancadas Negra e Hispana de Massachusetts.
En 2007, Carolina del Sur propuso un plan similar, pero después de las críticas a la propuesta, el estado creó un programa de donación voluntaria de tejidos y órganos para los presos sin ofrecerles reducción de sentencias. Los presos federales pueden donar órganos, pero sólo si el receptor es su familiar.
La iniciativa de Massachusetts crearía un comité para decidir la cantidad de médula ósea y órganos que deben donarse para conseguir una reducción de sentencia. El proyecto establecería un máximo de “reducción de no más de 365 días” en la sentencia de cualquier preso que participe en el programa.
Al Departamento de Correccionales se le prohibiría recibir pagos por donaciones de médula ósea.
La propuesta parece tener pocas probabilidades en la Cámara de Representantes. Solo un puñado de legisladores la apoyan y el presidente demócrata de la cámara baja, Ronald Mariano, se mostró escéptico esta semana.
“Es una forma un poco extrema de reducir tu sentencia”, comentó. “No sé si tiene mucho sentido”.