HONG KONG (AP) — Al aproximarse las festividades del Año Nuevo Lunar en China con promesas de banquetes y sobres rojos llenos de dinero, los niños anhelan algo más: una hora extra para jugar en internet cada día.
Sólo una hora.
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Durante años, las autoridades chinas han intentado controlar cuánto tiempo pasan los niños jugando en línea para combatir “la adicción al internet”. Afirman que han tenido éxito para reducir el problema, pero prefieren no arriesgarse.
En 2019, las autoridades limitaron a los menores a jugar 90 minutos al día entre semana y les prohibieron jugar entre las 10 de la noche y las 8 de la mañana. En 2021, emitieron restricciones incluso más severas: los menores pueden jugar en línea durante una hora al día y sólo los viernes, fines de semana y días festivos. Durante ocho meses, se suspendieron las aprobaciones de juegos.
El Año Nuevo Lunar, la mayor celebración tradicional en China, que este año se celebra del 21 al 27 de enero, les dará cuatro horas extra para jugar en internet.
Muchos padres elogiaron las restricciones, incluso cuando sus hijos hicieron berrinches. Las redes sociales y compañías de juegos implementaron o fortalecieron el “modo juvenil” en sus apps con el objetivo de proteger a los menores. Incluyen funcionalidades que limitan el uso, controlan los pagos y exhiben contenido apropiado para menores. Para algunos juegos populares se ha implementado el registro con nombre real e incluso el acceso con reconocimiento facial para evitar trampas.
En noviembre, más de un año después que se introdujeran controles de juegos más estrictos, un grupo de la industria afiliado al gobierno, el Comité del Grupo de la Industria del Juego, publicó un reporte en el cual declaró que el problema de adicción a los juegos entre menores estaba “básicamente resuelto”, incluso cuando el límite de tres horas a la semana de viernes a domingo seguía vigente.
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En general, según el reporte del Grupo de la Industria del Juego, más del 75% de los menores en China jugaban en línea durante menos de tres horas a la semana y la mayoría de los padres dijeron estar satisfechos con las nuevas restricciones.
Un reporte de septiembre de la firma de inteligencia en el mercado de juegos, Niko Partners, halló que el número de menores que juegan bajó a 82,5 millones en 2022 de su pico de 122 millones en 2020 como resultado directo de las regulaciones chinas.
La residente de Beijing, Zhong Feifei, dijo que su hija de 11 años ha pasado menos tiempo jugando desde que entraron en vigor las restricciones. “Mi hija dejó de jugar en línea durante el tiempo prohibido”.
Zhang ha motivado a su hija a jugar con otros niños o a pasar más tiempo realizando otras actividades.
“Incluso durante los feriados públicos, ya no pasa demasiado tiempo jugando porque encontró algo más que hacer, como jugar con nuestro perro o con otros juguetes”, agregó.
El informe del Grupo de la Industria del Juego indicó que la “principal laguna” en las restricciones del juego es que los padres ayudan a sus hijos a evadir los controles. Las restricciones severas también han desatado un mercado clandestino en el que los menores pueden comprar juegos “alterados” sin supervisión o rentar cuentas de juegos para adultos.
Zhong también disfruta jugar en línea, pero dice que evita hacerlo cuando está con su hija y mejor lo hace fuera de la casa para ser un buen ejemplo.
Los padres son el factor más importante cuando se trata de reducir la adicción al juego, dijo Tao Ran director de la Base de Desarrollo Psicológico Adolescente en Beijing, que se especializa en atender el problema.
Según cálculos de Tao, las restricciones y ajustes de “modo juvenil” en las apps han ayudado a contrarrestar la adicción a jugar en línea entre los niños más jóvenes que posiblemente no sepan cómo esquivarlos. Los jóvenes de secundaria suelen tener más recursos y con frecuencia logran encontrar la forma de evitar las restricciones, como convencer a sus padres para que les permitan usar sus cuentas o descubrir contraseñas para apagar el “modo juvenil”.
Con tantas personas atrapadas en casa durante la pandemia, los niños estaban pasando un tiempo excesivo en internet, señaló Tao.
“La pandemia ha contribuido a una mayor adicción al internet. No he visto una reducción en la cantidad de menores que son enviados a nuestro centro cada mes para contener la adicción”, agregó Tao, cuyo centro atiende un promedio de 20 menores cada mes con severa adicción a internet.
“En el caso de muchos de estos niños adictos a jugar, descubrimos que sus padres también juegan con frecuencia”, dijo Tao. “Así que estos niños ven a sus padres y piensan que está bien pasar mucho tiempo jugando ya que sus padres también lo hacen”.
Al aliviarse las medidas severas, los reguladores han vuelto a aprobar juegos nuevos.
En febrero, NetEase, la segunda empresa de juegos más grande del país, recibió una licencia para Fantasy Life, un juego de simulación de rol de Nintendo. Sin embargo, la sociedad de la empresa con Activision Blizzard está por terminar el 23 de enero, tras lo cual se retirarán del mercado chino títulos populares como Overwatch y World of Warcraft hasta que Blizzard encuentre un nuevo socio nacional para publicar sus juegos.
En diciembre, se dio luz verde al primer grupo de juegos importados en 18 meses, cuando la empresa de juegos más grande de China, Tencent, recibió aprobación para el juego táctico de acción Valorant de Riot Games y el multijugador Pokémon Unite, un juego de arena de combate en línea.
No todos los padres están de acuerdo con la dura estrategia del gobierno.
Huang Yan, madre de una hija de 12 años y un hijo de 7 años de Beijing, dijo que los juegos en línea pueden fomentar el trabajo en equipo y ayudar a los niños a encontrar amigos.
“No estoy en contra de que los niños tengan acceso al internet, juegos o redes sociales, ya que esta es una tendencia generalizada y es imposible detenerlos”, dijo. “Es mejor permitirles enfrentar estas actividades e intervenir de forma adecuada si no pueden controlarse, y guiarlos hacia otros intereses”.
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La periodista de Associated Press Yu Bing en Beijing contribuyó a este despacho.