Hay quienes organizan sus entornos alrededor del arte ancestral feng shui en búsqueda de bienestar, pero también hay quienes confían en que rodearse de figuras de poder puede moldear su gestión.
El escenario para la primera entrevista presencial y en profundidad del gobernador de Puerto Rico con Metro podría indicar que Pedro Pierluisi se inclina por rodearse de modelos de poder. Una mesa con fotografías en las que el Primer Ejecutivo aparece con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el rey Felipe de España, el papa Francisco y el expresidente estadounidense Barack Obama decoraba el espacio detrás del sofá que ocupaba Pierluisi para el encuentro. A su diestra, otra mesa tenía fotografías de los exgobernadores Luis Muñoz Marín y Luis A. Ferré. En una esquina, el texto de la Constitución de Puerto Rico enmarcaba este diálogo sobre temas que trascienden el día a día.
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Si miramos otros países como República Dominicana y Chile, por ejemplo, vemos planes de país a largo plazo… Usted está comenzando un tercer año en el poder. ¿Cuál es su plan de país a mediano y largo plazo?
—Hay unos compromisos programáticos que trascienden este cuatrienio, por un lado, y son parte del programa de gobierno. Por otro lado, existe el plan fiscal certificado por la Junta, en el cual el Gobierno también ha participado en su elaboración, y ese plan fiscal de cinco años incluye una información y unas estadísticas que pueden llegar hasta 30 años más allá de la presente.
¿Su plan de país sería el programa del partido y el plan fiscal?
—La ruta que estoy siguiendo es la que establece el programa de gobierno que aprobó mi equipo de trabajo. Tengo que añadir que el Departamento de Desarrollo Económico y Comercio publicó un marco estratégico para el desarrollo sostenible de Puerto Rico, que también sirve de guía.
Ese marco estratégico planteaba un cronograma que establecía la publicación de un plan en diciembre. ¿Usted lo tiene? ¿Se va a publicar?
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—Era que el secretario de Desarrollo Económico se comprometió a llevar a cabo unas actividades en las que recibirán insumos de diferentes sectores, y eso ha estado ocurriendo. Es posible que no haya culminado y por eso no se ha anunciado la versión final del marco estratégico, porque se dijo que pudiera ser objeto de revisión dependiendo de la información que llegara.
¿Usted está satisfecho con la gestión que se está haciendo desde el Departamento de Desarrollo Económico?
—Sí. Es que hemos sido bien exitosos. Los números hablan por sí solos. La economía está creciendo de forma sostenida hace ya más de dos años.
¿No es eso por la inyección de fondos federales? Eso no es un plan de desarrollo económico.
—El uso estratégico de los fondos federales ayuda a lograr ese crecimiento. Pero también la labor de promoción de la economía de Puerto Rico que está haciendo el Departamento de Desarrollo Económico y de Comercio, que hago yo, que hacen entidades como el DMO, Invest Puerto Rico, entre otras. Están haciendo una labor encomiable. Estamos siendo bien efectivos.
En febrero del año pasado, tres economistas ponían en duda la sostenibilidad a largo plazo del Plan de Ajuste a la Deuda porque dependería de crecimiento económico y de un plan en esa dirección. Se planteaba que el gran perdedor del proceso fue la UPR y que es una contradicción tener un plan que promueve el desarrollo económico pero recorta el presupuesto de la universidad... ¿Cómo conciliar esa contradicción?
—Yo creo que los economistas que anticipaban un resultado negativo en este proceso de reestructuración de la deuda quedaron mal. Es tan sencillo como eso. Ya estamos viendo el fruto de esa reestructuración. El Gobierno tiene una situación fiscal envidiable. Ahora mismo, en las cuentas del Gobierno tenemos más de $8,000 millones depositados. Muchos están comprometidos, pero hay un sobrante nunca antes visto.
¿Eso no es por la inflación?
—No. La inflación, por un lado, sí puede causar que aumente el pago de contribuciones. Pero, por otro, aumenta el costo de los servicios del Gobierno, particularmente cuando los contrata. No tiene nada que ver con la inflación. El Gobierno tiene una situación fiscal envidiable. La Junta ha tenido que dejar atrás la política de austeridad. Lo otro que se está viendo aquí es que ahora, en el proceso presupuestario, espero que sea más justo: como la universidad, que no siga sufriendo los recortes, que los municipios reciban el apoyo que merecen de parte del Gobierno central porque asisten al Gobierno central en la prestación de servicios. Todo esto es un escenario cambiante.
Un análisis del Centro para la Nueva Economía apunta a que el recorte del 48 % a las asignaciones presupuestarias de la UPR no es proporcional a una reducción de estudiantes del 23 %, y concluye que es contraproducente a la meta de la Junta de mejorar el capital humano. En ese análisis se recomienda que al menos una parte de los ahorros proyectados en la aportación a la operación del programa Medicaid se asignen a la UPR. ¿Es algo que se haya contemplado?
—Yo combatí a la Junta en cuanto a los recortes de la universidad y eso quedó en récord. La Junta utilizó de marco de referencia los presupuestos y el apoyo fiscal que reciben universidades estatales en los estados para exigir esa reducción en el presupuesto de la universidad. Yo siempre dije que era comparar chinas con botellas, que no era justa esa comparación, que la universidad ya tiene una trayectoria y se montó a base de, en gran parte, esas asignaciones. Lo mínimo que yo espero es que la Junta cese de estar recortando el presupuesto a la universidad. La UPR tiene una Junta de Gobierno que supervisa su administración, y es importante que reestructure su deuda y logre unos ahorros. También es importante que aprovechen todos los fondos federales que tienen disponibles. Eso le debe ayudar a atraer estudiantado. También pienso que la universidad debe evitar controversias que redunden en huelgas y en paro porque eso afecta tremendamente a la universidad. (El gobernador planteó que la Junta de Control Fiscal no permite utilizar fondos que iban a parear los programas de Medicaid para otras áreas que no sean salud).
Sin embargo, Gobernador, es difícil, por ejemplo, mantener un ambiente tranquilo en la universidad cuando el costo de la matrícula aumenta cada año. Se paga al nivel de las universidades privadas. Sin embargo, es precario su servicio.
—Yo espero que se estabilice el costo de la matrícula porque tampoco favorezco que se siga aumentando a nivel de bachillerato. Donde sí quedaba un aumento por darse es a nivel de estudios graduados. Pero, nuevamente, lo importante es que haya razonabilidad, que no se le quite competitividad a la universidad, que siga siendo un centro docente y que cueste menos, porque la razón de tener una universidad pública, precisamente, es ayudar a las personas que probablemente no tienen los recursos.
El aumento de salario de los maestros se dio con fondos que culminan el año que viene, pero ese salario ya es ley. ¿Se ha identificado la fuente para mantenerlo a largo plazo?
—Lo estamos incorporando en la petición presupuestaria para el próximo año y lo seguiremos haciendo. La ruta estaba hecha paulatinamente, vamos sustituyendo los fondos federales con fondos estatales.
La Junta de Control Fiscal alega que, como entidad dentro del Gobierno de Puerto Rico, disfruta de “inmunidad soberana” y no tiene que someterse al derecho de acceso a la información reconocido bajo la Constitución del Estado Libre Asociado. ¿Cuál sería su postura? ¿Por qué el Gobierno local no compareció como amigos de la corte en este pleito ante el Supremo de Estados Unidos?
—Hubo una controversia legal de la Junta que es la que está llevando este caso. Es la Junta la que se ha negado a proveer esa información. Yo, en términos generales, favorezco la transparencia, pero el Gobierno no ha asumido postura en eso porque no somos parte del caso ni tenemos que serlo.
Sobre la deuda de la Autoridad de Energía Eléctrica, más allá de su caracterización de la discusión sobre un aumento a la factura de la luz como “histeria”, ¿se puede decir de forma realista que no hay manera de despintar un alza para pagar esa deuda?
—El costo de la luz surge de múltiples factores, de los costos o gastos de la propia Autoridad versus sus ingresos. En el área de los gastos, cerca del 70 % son por el costo de combustible. Así que es muy difícil uno pronosticar cuál va a ser el costo de la luz porque depende (del petróleo) hasta que transformemos la generación de la Autoridad para que descanse principalmente en energías renovables. Estamos expuestos a todo, al mercado. Lo tengo que decir porque esto va a variar. Entonces, sí es correcto decir que cuando llegue el momento de pagar la deuda, sea la que sea que quede después de la reestructuración, vamos a tener un nuevo costo que no hemos tenido hace cinco años. Eso es una realidad. La Autoridad acumuló más de $9,000 millones en deuda y no ha pagado nada en más de cinco años. Parte de esa deuda va a quedar luego de esta quiebra y se va a tener que incorporar en los gastos de la Autoridad y se va a tener que presupuestar.
Esta deuda no es asegurada. ¿Por qué tanto problema con su reestructuración?
—Eso se está litigando. Los bonistas indican que tienen una preferencia de pago, que tienen el derecho de que se les pague primero y después que venga el resto. La Junta está litigando eso con mi apoyo, diciendo que no, que no hay tal preferencia. Esa parte de la propuesta tiene mi visto bueno, es que si (los bonistas) no aceptan una reducción de 50 % en el monto de su deuda y litigan, si prevalece la junta y el Gobierno, entonces, lo que van a recibir es lo que recibiría cualquier acreedor. Hay una mediación en curso que yo no puedo entrar en el detalle, pero veremos dónde acaba este asunto.
¿El Departamento de Energía Federal ya le comunicó en detalle cuál será el rol o jerarquía de Agustín Carbó como director del Equipo de Modernización y Recuperación de la Red de Puerto Rico? ¿Tendrá una función de supervisión?
—Es la persona que van a tener en Puerto Rico como parte del equipo del Departamento de Energía asignado a Puerto Rico. Nosotros respondemos por el Gobierno de Puerto Rico y la secretaria Jennifer Granholm responde por el Gobierno federal, pero cada cual tiene su responsabilidad y entonces es una relación de respeto. Algo importante es que antes de final de este mes o a principios de febrero tendremos los planes de ruta para cumplir con la Ley de Política Pública Energética que para el 2025 requiere que 40 % de la generación sea de fuentes renovables y que para el 2050 sea 100 %. Entiendo que nos van a dar cuatro opciones. Yo voy a estar bien pendiente de ese estudio y estoy comprometido a tomarlo en consideración. Conociendo mi manera de ser, posiblemente busque una que no sea extrema, porque casi siempre esa termina siendo mi decisión.
El nuevo speaker de la Cámara federal fue electo luego de 15 votaciones. ¿El tema de Puerto Rico es más cuesta arriba en este escenario congresional?
—Es un Congreso que para todos los asuntos que va a tener que atender va a tener mayor dificultad para aprobar legislación. No hay duda. Es un Congreso dividido. Para lograr resultados van a tener que llegar a acuerdos bipartita. Por eso, en mi agenda ante el Congreso, que tiene que ir de la mano con la de la comisionada residente, pienso que debemos hacer un esfuerzo por encontrar áreas en las cuales pueda haber apoyo bipartita.
Capitalismo | Socialismo
¿Usted se considera capitalista?
—Bueno, yo creo que el sector privado tiene un rol importante en el desarrollo económico. Pienso que el gobierno tiene un rol importante a la hora de brindar servicios esenciales que necesita el pueblo y, de igual manera, para facilitar el crecimiento del sector privado, que es clave para nuestro bienestar. Así que la contestación, que si pueden decir que soy capitalista... Esa no es la manera de definirme a mí porque hay capitalismo y hay capitalismo. El mío es en conjunción con una función gubernamental que yo entiendo que es esencial, o sea, que no lo llevo al extremo de decir pues mira que la empresa privada se ocupe de toda la necesidad de los puertorriqueños. No, no llego a ese extremo porque es el gobierno el que tiene la responsabilidad con los más vulnerables. Aunque no sea efectivo, tiene que ocuparse de que existan escuelas incluyentes en áreas rurales donde hay poca matrícula para esas escuelas. Es el gobierno el que tiene que velar porque aquí todos tengan un plan médico adecuado, incluyendo los que no pueden pagar por el mismo. Yo tiendo a buscar un balance entre lo que le corresponde al gobierno y lo que le corresponde al sector privado, que incluye el tercer sector.
¿Qué cree de movimientos socialdemócratas en el Partido Demócrata a nivel de Estados Unidos?
—A mí no me agradan las etiquetas, pero nadie puede pensar que yo soy socialista. O sea, el que piense que soy socialista, pues no me conoce porque no lo soy. Admito que me pudieran ver como una persona que favorece el sector privado, pero en donde yo estoy a nivel de política es que yo soy demócrata. En la política de Estados Unidos, soy de centro, soy moderado, no me gustan los extremos. No estoy con el que piensa que todas las soluciones están en el gobierno, ni tampoco estoy con el que piensa que todas las soluciones están en el sector privado. Yo estoy en el medio y trato todo el tiempo de conciliar diferencia.
¿Qué cree de las críticas que han surgido a su gestión cuando usted distribuyó, por ejemplo, bonos a sectores de los empleados públicos de dinero recaudado entre todos los contribuyentes o cuando el sector privado impugnó los cambios de la reforma laboral?
—Eso me recuerda que en mi función es imposible complacerlos a todos. Siempre va a haber algún sector que va a criticar. Por ejemplo, yo reconozco que los bonistas, por ejemplo, los de Puerto Rico, sufrieron los recortes y que tienen todavía un reclamo que hacer. Principalmente, lo que están pidiendo es que se les dé algún tipo de crédito contributivo, porque no es justo. Ellos invirtieron en Puerto Rico, en el Gobierno de Puerto Rico, y sufrieron las consecuencias de un exceso de deuda en una quiebra. Los entiendo. Por otro lado, entiendo a los servidores públicos y por eso intervine para ayudarlos. Cuando llega la reestructuración, yo veo con buenos ojos que se le dé bonificación a ese personal que sufrió las consecuencias de la quiebra. La ciudadanía en general quisiera, entonces, también [que se les bonifique]. Es muy difícil. Yo le diría a la ciudadanía en general que se ha beneficiado de esa reestructuración porque, en gran medida, ahora tenemos al Gobierno en mejor posición fiscal y en posición de dar mejores servicios, precisamente, como resultado de esas estructuras.
Usted acaba de nombrar a una Procuradora de las Mujeres y líderes de su partido como Thomas Rivera Schatz hablan de apoyos de izquierdistas y socialistas. Ese discurso del socialismo se ha adoptado en este asunto y otros. ¿No teme usted que a la larga nos lleve a una polarización como la que se vive en Brasil o en Estados Unidos, donde grupos de extrema derecha asaltan las instituciones democráticas?
—Por mi manera de ser, detesto los extremos, no me agrada la polarización, evito controversias innecesarias, no me agradan las etiquetas y pienso que todos nos debemos tratar con respeto. Yo no soy socialista, pero respeto al que crea [en] esa ideología. Por otro lado, algunos pudieran verme como capitalista, pero les recuerdo que yo creo que el gobierno tiene un rol indispensable en la sociedad, que esto no es cuestión de dejarle todo al sector privado. Lo que sí voy a decir sobre la Procuradora es que no se le debe juzgar a base del apoyo que pueda estar recibiendo de los sectores que históricamente han apoyado a las mujeres en Puerto Rico. Hay personas de todas las ideologías apoyando a las mujeres, y porque alguno tenga una ideología particular no quiere decir que entonces todos los que apoyan a las mujeres piensan igual.
¿Cree que el tema de los derechos de las mujeres se utiliza políticamente?
—Quizás algunos lo han utilizado políticamente. Yo lo que quiero es que en Puerto Rico no haya violencia machista, que no tengamos violencia de género, que nos respetemos unos a otros dejando a un lado las diferencias de género o de orientación sexual, que haya un trato equitativo, que haya equidad, haya justicia en el trato entre todos los seres humanos que convivimos en Puerto Rico. Esa es mi visión. Es cónsono con la visión de Vilmarie Rivera, porque este tema yo lo he discutido en detalle con ella y si en algo nos parecemos es que también ella tiende a ser muy conciliadora.