Por segundo día el miércoles, el líder de los legisladores republicanos, Kevin McCarthy, volvió a fracasar en su intento de ser elegido como presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, después de una quinta ronda de votación.
Transcurría así el segundo día de sesiones del nuevo Congreso, sin que se vislumbre el final del caos político que han creado los conservadores del Partido Republicano.
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Por quinta vez, los republicanos nominaron a McCarthy como su presidente mientras la cámara baja se hundía más en el caos. Eso ocurrió momentos después de que la cuarta votación mostrara que 20 reticentes conservadores aún se negaban a apoyarlo, sin cambios desde la vez anterior. No alcanzó los 218 votos que normalmente se necesitan para ganar el mazo.
A McCarthy no le fue mejor que en las votaciones de la víspera, pues también 20 de sus colegas conservadores le negaron sus votos. Parece que el miércoles no habían cambiado de opinión.
El republicano por California, sin embargo, se comprometió a seguir luchando a pesar de perder las rondas de votación que también causaron revuelo el día anterior entre los republicanos, quienes componen la nueva mayoría legislativa.
La dinámica no fue diferente del martes, el primer día de sesiones. Los demócratas postularon a su líder, el representante Hakeem Jeffries, como presidente de la cámara. Un líder de la derecha del grupo conocido como Freedom Caucus ofreció una opción ante McCarthy, al nominar al representante Byron Donalds, republicano por Florida. Se trató de otro momento histórico, pues tanto Jeffries como Donalds son de raza negra.
“Este país necesita liderazgo”, aseguró el representante Chip Roy, republicano por Texas, quien recalcó que era la primera vez en la historia que dos estadounidenses negros eran nominados para el cargo. Legisladores de ambos partidos se pusieron de pie para aplaudir.
Fue la primera vez en 100 años que un candidato a la presidencia de la cámara baja no logra hacerse del cargo en la primera votación, pero McCarthy no pareció alterarse. En cambio, se comprometió a luchar hasta el final animado —según dijo— por el expresidente Donald Trump para que ponga fin al desorden y una al Partido Republicano.